Por LUCÍA MARTÍN
«Donde unos ven basura, nosotros vemos materia prima”. Es una de las frases que repite Javier Goyeneche, el fundador de esta pyme española y es, sin duda, el mejor eslogan de su compañía, considerando que es capaz de fabricar un anorak con 70 botellas de plástico. Y menudo anorak. Nadie afirmaría, por su apariencia y tacto, que está fabricado con PET, ese plástico de su botella de agua.
Hablamos de Ecoalf, una empresa española cuyo concepto vio la luz en 2010. Javier Goyeneche, su fundador, ya había puesto en marcha años antes la firma Fun & Basics: “Quería crear una marca de moda sostenible. El primer año visité 17 compañías que reciclaban botellas de plástico, pero el tejido resultante no me gustaba, aparte de que estaba compuesto solo de entre un 15 y un 20 por ciento con materiales reciclados”, explica. Y así empezaron: desarrollando sus propios tejidos, que suelen estar hechos cien por cien o con PET, o con redes de pesca, con posos de café, con neumáticos, con algodón postindustrial, paradójicamente uno de los materiales más difíciles de reciclar… Estos son algunos de los residuos que han utilizado hasta ahora en su línea de ropa. Bolsos y zapatillas, en las que cordones, suela y telas vienen de materiales reciclados.
Sus primeros productos fueron bolsos y anoraks. Actualmente, la empresa tiene tres líneas diferenciadas: abrigos, complementos y zapatillas. Ya han reciclado más de 20 millones de botellas, por ejemplo. Y sus posos de café vienen de los utilizados por la cadena de tiendas 7-Eleven en Taiwán.
Y es que, si uno no lo viera con sus propios ojos, diría que la transformación de las botellas de plástico en hilo y después en chaleco acolchado es cosa de magia: “Cuando llegan las botellas a los hangares hay que limpiarlas a muy altas temperaturas para quitar la suciedad y las etiquetas. A partir de ahí, se van cortando en pequeños trozos que después, por un proceso químico, se convierten en polímeros, y de ahí se obtiene el hilo”, comenta.
La empresa, en la que trabajan 17 personas, empezó vendiendo en EEUU (el 50 por ciento de su facturación procede de allí). “Tuvimos la suerte de que Apple nos contactara para hacer fundas para sus ordenadores”. Las ventas en España representan sólo el ocho por ciento de su facturación, el resto va fuera: venden ya en 11 países, aunque únicamente tienen una tienda propia, en Madrid; el resto es a través de establecimientos multimarca. La empresa ha desarrollado tejidos reciclados para Marc Jacobs, LVMH y para el rapero Will.i.am, entre otros. Con la actriz americana Gwyneth Paltrow diseñaron también un anorak que se agotó a las pocas horas de salir a la venta en la web de la actriz. La compañía sigue trabajando en nuevos tejidos: en 2015 presentarán 26.
Ecoalf fabrica donde recicla: es decir, primero localiza al socio tecnológico que pueda encargarse de la transformación del residuo, y después, el fabricante que hace el producto resultante. Por ejemplo, en Corea del Sur es donde reciclan y transforman las redes de pesca. Hasta ocho pasos químicos se necesitan para obtener nailon de una red vieja. Pero para conseguir fabricarlo a partir del petróleo, son necesarios 18.
Si el medio ambiente es una de sus preocupaciones, ¿cómo aseguran las condiciones de trabajo de sus proveedores en determinados países? “Puedo enseñarte hasta cuatro carpetas de certificaciones. Cuando Apple nos encargó las fundas, nos hicieron auditorías hasta debajo de las alfombras. Son muy exigentes”, añade Goyeneche.
En España también fabrican: de nuestro país es de donde salen sus chanclas hechas a base de… neumáticos. En 2012 firmaron un acuerdo con Signus, la organización de referencia en España en la gestión de neumáticos usados, para producir chanclas a partir de ruedas usadas. “Usamos 20 tipos de ruedas diferentes hasta obtener lo que nos gustaba”, cuenta. Las chanclas se venden por 29 euros: “Evidentemente si compras unas de plástico es mucho más económico, pero nuestro producto además, está hecho a mano. El precio de coste es tres veces superior al convencional”, añade. Recientemente, han firmado también un acuerdo con las cofradías de pescadores del Levante para hacerse con la basura del mar: restos de polipropileno, PET y poletileno (el material de las bolsas) que quedan enganchadas en las redes de arrastre.
Ecoalf ha conseguido su objetivo: que los consumidores lleven productos reciclados sin saber que lo son, porque su calidad no se diferencia de la de cualquier otro producto. Sus creaciones pueden encontrarse en Harvey Nichols (Londres), Bloomingdales (Nueva York), Bon Marché (París) o United Arrows (Japón). La firma facturó 300.000 euros en 2012, para pasar a 1,3 millones el año pasado.
“Este año queremos cerrar con 3,5 millones de euros de facturación”, finaliza Goyeneche desde su oficina central en Madrid. Por cierto: la tienda y la oficina también se hicieron con materiales reciclados. Hasta los maniquís son de cartón usado. ¿Quién dijo que la basura no podía ser bonita?