A la nave espacial de carga Dragon de SpaceX, lanzada desde el Centro Espacial Kennedy en Florida, le espera una ardua tarea, entre ellas, investigar el polvo atmosférico y su impacto en el clima. La cápsula se acopló este fin de semana de manera autónoma a la Estación Espacial Internacional, cuando viajaba sobre el Océano Atlántico Sur.
La misión tiene entre sus objetivos conocer la composición de los minerales que contiene el polvo en el aire. El polvo mineral, también conocido como polvo del desierto, «puede influir en el clima, acelerar el deshielo y hasta fertilizar las plantas en la tierra y en el océano», dijo la NASA.
El proyecto bandera, denominado EMIT, misión de Investigación de la Fuente de Polvo Mineral de la Superficie de la Tierra, es desarrollado por el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la agencia espacial estadounidense. Incorpora un espectrómetro de imágenes para medir la composición mineral del polvo en las regiones áridas del planeta.
Los investigadores han pasado décadas mapeando los caminos del polvo para informar mejor los modelos de cambio climático. Pero lo que falta es una comprensión de la composición de las partículas, señaló Natalie Mahowald, investigadora principal adjunta de EMIT.
En términos prácticos, EMIT tiene como propósito saber si el polvo calienta o enfría el planeta y cómo eso cambia con el tiempo. Esto requerirá más información sobre la composición del polvo.
El polvo puede viajar distancias increíblemente grandes en la atmósfera. «Las partículas del norte de África, por ejemplo, pueden viajar miles de kilómetros alrededor del mundo. Provocando floraciones de fitoplancton, sembrando las selvas amazónicas con nutrientes y cubriendo algunas ciudades estadounidenses con arena mientras también absorben y dispersan la luz del sol», señalaron funcionarios del Laboratorio.
Desde el espacio Dragon SpaceX estudiará el polvo atmosférico
La nave espacial de carga Dragon de SpaceX se encargará, como punto focal, en el estudio del polvo atmosférico. También investigará, desde la Estación Espacial Internacional, los efectos de la microgravedad en el envejecimiento del sistema inmunitario y en las comunidades microbianas del suelo. La producción de proteínas sin células y la fabricación de hormigón fuera de la Tierra, entre otros.
Sin embargo, el polvo mineral acaparará la atención de la misión espacial. Su afectación al clima, la meteorología y la vegetación de la Tierra, entre otros factores. Por ejemplo, las tormentas de polvo, el polvo que contiene minerales oscuros que absorben la luz solar puede calentar una zona, mientras que el de color claro puede enfriarla, advirtió el Laboratorio de Propulsión a Chorro.
La investigación recogerá imágenes durante un año para generar mapas de la composición mineral en las regiones que producen este polvo. La cartografía resultante podría hacer avanzar la comprensión de sus efectos en las poblaciones humanas, tanto actualmente como en el futuro.
Las regiones desérticas productoras de polvo tienden a estar submuestreadas. «Normalmente, en los modelos climáticos, modelamos el polvo como amarillo, el color promedio de todos los tipos de polvo. Pero si alguna vez has ido a una región desértica, sabrás que la arena no es del mismo color», dijo Mahowald. «Entonces, la suposición de que es uniforme en todo el mundo no refleja lo que está sucediendo en la realidad».
Las partículas de polvo mineral varían en color porque están hechas de diferentes sustancias. El polvo rojo oscuro obtiene su color del hierro, por ejemplo. La composición de las partículas de polvo afecta la forma en que interactúan con muchos de los procesos naturales de la Tierra.
Colores del polvo, componentes e impactos
El polvo mineral interviene en la formación de nubes y la química atmosférica. Cuando el polvo mineral se deposita en el océano o los bosques, puede proporcionar nutrientes, actuando como un fertilizante. Cuando cae sobre nieve o hielo, el polvo acelera el derretimiento, lo que lleva a una mayor escorrentía de agua. Y para los humanos, el polvo mineral puede ser un peligro para la salud cuando se inhala.
La EMIT, que transporta la nave SpaceX recopilará información sobre 10 variedades de polvo atmosférico. Incluidos los que contienen óxidos de hierro, arcillas y carbonatos. Con estos datos, los científicos podrán evaluar qué efectos tiene el polvo mineral en diferentes ecosistemas y procesos.
A medida que aumentan las temperaturas globales, las regiones áridas pueden volverse aún más secas, lo que posiblemente resulte en desiertos más grandes (y más polvorientos). Hasta qué punto esto podría suceder depende de varios factores, incluyendo cuánto aumentan las temperaturas, cómo cambia el uso de la tierra y cómo cambian las tendencias de las precipitaciones.
Cada año, los fuertes vientos transportan a través de la atmósfera más de mil millones de toneladas métricas. O el peso de 10.000 portaaviones de polvo mineral provenientes de los desiertos y otras regiones secas de la Tierra. Si bien los científicos saben que el polvo afecta el medio ambiente y el clima, no tienen suficientes datos para determinar, en detalle, cuáles son o pueden ser esos efectos en el futuro; al menos no todavía.
Participación española en la misión
“Los aerosoles de polvo creados por la erosión eólica de las superficies áridas se encuentran entre los mayores contribuyentes a la carga global de partículas en la atmósfera. Determinando efectos climáticos en grandes áreas de la Tierra”, señaló Carlos Pérez García-Pando a la Agencia SINC. Es investigador del Barcelona Supercomputing Center – Centro Nacional de Supercomputación (BSC-CNS) que participa en la misión.
Estos efectos sobre el clima dependen de las variaciones regionales en la composición mineral del polvo, que no están bien representadas en los actuales modelos del sistema terrestre.
Argumentó que “el proyecto EMIT tiene el potencial de desencadenar un cambio de paradigma. Al permitir la producción de una base de datos precisa y casi global de la mineralogía de la superficie. Que mejore los análisis que sustentan los actuales atlas mineralógicos utilizados en los modelos que calculan los efectos climáticos. Al medir detalladamente los minerales que componen el polvo, EMIT ayudará a responder si los aerosoles de polvo calientan o enfrían la atmósfera. Así como la forma en que esto podría cambiar en futuros escenarios climáticos”.