Anticipado por cientos de tecnologías, el mundo avanza halado por un futuro del que todavía no está claro y eso, para algunos da vértigo, para otros un maravilloso desafío. ¿Cómo interpretar, por ejemplo, la inteligencia artificial enrostrada en tantas herramientas, cuando sus creadores pidieron un ‘time’ para dimensionar sus alcances y sus limitaciones? Douglas Rushkoff trata de dar respuestas con una artillería de críticas a los genios de Silicon Valley y apunta directamente que “la élite tecnológica tiene un plan para sobrevivir al apocalipsis: dejarnos a todos atrás”.
Rushkoff (Nueva York, 1961) es uno de los principales teóricos del mundo sobre Cultura Digital y uno de los diez intelectuales más influyentes del planeta para el MIT. Autor y documentalista que estudia la autonomía humana en la era digital. Entre sus veinte libros se incluyen el recién publicado ‘La supervivencia de los más ricos: las fantasías de escape de los multimillonarios tecnológicos’. Así como el reciente Team Human, basado en su podcast, y los bestsellers Presente Shock’. Tirar piedras al autobús de Google. Programar o ser programado, Life Inc y Media Virus.
En las entrevistas que ha ofrecido, a propósito del lanzamiento de su último libro, el experto señala que quiere “abrirle los ojos” a esos tecnológicos y hacerlos pisar tierra. “Algunos milmillonarios se ven a sí mismos como humanos y nos perciben a los demás como si fuéramos bichos o datos. Otros, siguen viéndonos como humanos, pero sólo porque ellos se ven como dioses griegos o romanos, semidioses o superhéroes”.
El gran escape de los multimillonarios tecnológicos
En el libro La supervivencia de los más ricos se descorren algunos secretos de ese pequeño mundo que pretende dirigir los destinos de la humanidad. Rushkoff afirma que «la élite tecnológica tiene un plan para sobrevivir al apocalipsis: dejarnos a todos atrás». Asegura que cinco misteriosos multimillonarios lo convocaron a un resort desértico para un encuentro privado. ¿El tema? Cómo sobrevivir al “evento”: la catástrofe social que saben que se avecina.
El teórico digital infirió que estos hombres estaban bajo la influencia de “la Mentalidad” (“The Mindset”). Una certeza al estilo de Silicon Valley de que ellos y su cohorte pueden romper las leyes de la física, la economía y la moral para escapar de un desastre de su propia creación, siempre y cuando tengan suficiente dinero y la tecnología adecuada, sostiene la Editorial Capitán Swing en la presentación del libro..
Rushkoff rastrea los orígenes de la ‘Mentalidad’ en la ciencia y la tecnología hasta su expresión actual en las misiones a Marte, los búnkeres insulares, el futurismo de la inteligencia artificial y el metaverso. A través de personajes imaginarios explica por qué quienes tienen más poder para cambiar nuestra trayectoria al desastre no tienen interés en hacerlo. Y muestra, además, cómo trascender el paisaje creado por la ‘Mentalidad’. Un mundo vivo, de algoritmos e inteligencias que recompensan activamente las tendencias más egoístas.
«Tienen la fantasía de ir a Marte, a una isla, bajo tierra o de cargar su cerebro en un ordenador”, afirma el profesor de Cultura Virtual en la Universidad de Nueva York. “Piensan así, juegan así, fantasean así», reitera. «¿Y quién es capaz de pensar, jugar y fantasear así? Personas endiosadas que en muchos casos han perdido el contacto con la sociedad, la realidad e incluso su propia humanidad», argumenta.
Ahora se están torturando a sí mismos
‘La Mentalidad’ se da especialmente entre los multimillonarios tecnológicos que han hecho fortuna y buscan nuevos propósitos para ese capital. “Para ellos, el futuro de la tecnología consiste en una sola cosa: escapar del resto de nosotros”, le dijo Rushkoff a elDiario.es. Insistió en que “los milmillonarios tecnológicos saben que sus negocios están llevando al mundo al colapso y quieren usar la tecnología para huir del resto de nosotros”.
“Antes estas personas inundaban el mundo con planes de negocio descabelladamente optimistas. Basados en cómo la tecnología podría beneficiar a la sociedad humana. Ahora han reducido el progreso tecnológico a un videojuego que uno de ellos gana cuando encuentra la escotilla de salida”, plantea. Es que para Rushkoff, los cohetes de Elon Musk o Jeff Bezos, el metaverso de Mark Zuckerberg o las mansiones-fortaleza en lugares recónditos como la que se ha construido Peter Thiel en Nueva Zelanda son ejemplos de esos intentos de fuga.
“Ahora se están torturando a sí mismos, lo cual es divertido de ver. Tienen miedo de que sus pequeñas IA vengan por ellos. Son apocalípticos y muy existenciales, no tienen conexión con la vida real ni idea cómo funcionan las cosas. Temen que las IA sean tan malas con ellos como lo han sido con nosotros”, le dijo Rushkoff a The Guardian.
En el libro, Rushkoff incluye una serie de observaciones sobre la élite tecnológica, extraídas de sus encuentros en conferencias y charlas privadas con ellos. Rushkoff insiste en que los multimillonarios tecnológicos están en modo de escape: planificando misiones a Marte o creando islas búnkeres en caso de que ocurra «el evento» (código para el colapso climático catastrófico) y creando un «metaverso» virtual”.
Capitalismo sociópata
El problema con este comportamiento escapista de estos multimillonarios tecnológicos, señala Rushkoff, es que no funciona ni funcionará. “No van a salir del planeta, no van a vivir para siempre. Simplemente están viviendo fantasías. Son eugenistas. Hay una razón por la que se llevaban bien con Jeffrey Epstein y Richard Dawkins: creen que los genes son lo único que importa. Que vivimos en un universo enteramente material, que no hay alma, que los humanos pueden autosintonizarse. Los ceros son sólo ruido”, argumenta.
Apunta que empezar desde cero una comunidad nueva no es la forma natural en la que se desarrollan las cosas. Esa es la manera en la que surgió Las Vegas, las nuevas ciudades de Dubái y Emiratos Árabes, o la construcción de cientos de kilómetros en línea recta que prepara Arabia Saudí. “Ellos creen que pueden planificar mejor que la naturaleza. Tienen este tipo de ideas constantemente, creen que es como jugar a ‘Sim City’ y que tienen el capital para hacerlo. Una fantasía. No se dan cuenta de que el mundo es mucho más complejo. Pero ese pensamiento está arraigado en lo más profundo de su mentalidad”, asienta.
Sostiene que “es una forma pura del mismo tipo de capitalismo sociópata de la Compañía Británica de las Indias Orientales o en (Thomas) Hobbes hablando de los nativos americanos. Pero ahora tienen una tecnología que amplifica las tendencias sociópatas”. Por ejemplo, dice, “lo que pasó con las empresas tabacaleras acabará pasando con las empresas de redes sociales. Han realizado todas las investigaciones durante 20 años y han dicho que estas cosas no son dañinas cuando saben que sí lo son».
Ser humanos y conscientes
Rushkoff lanza a sus lectores un mensaje tranquilizante. La solución a la explosión de desafíos tecnológicos del mundo moderno no es el gobierno, ni las grandes empresas globales sino las decisiones y la responsabilidad personales. La única forma de rebelarse es siendo humano y consciente. “Sea sociable, ponga los pies en la tierra, haga contacto visual, tenga relaciones sexuales, conozca gente, respire el aire. Cuanto más lastre de la vida real tengas, menos influirá en tu existencia diaria este universo frágil, ideológico, abstracto y mediado por las redes sociales. Sea más humano”, palabras de Rushkoff