Por Andrés Tovar
03/02/2017
El presidente electo estadounidense Donald Trump, un objetivo frecuente de los medios de comunicación y acérrimo crítico de las fotografías que ellos utilizan de él, ha encontrado otro objetivo: su imagen en la portada de un libro sobre la pasada contienda electoral editado por CNN bajo el título «Sin precedentes: La elección que lo cambió todo«. (Unprecedented: The Election That Changed Everything.)
Este lunes, Trump -como ha venido haciendo para fijar posición sobre los asuntos «importantes»-, echó mano de su cuenta en la red social Twitter para sentenciar que la mundialmente conocida cadena de noticia había utilizado «la peor foto mía» para la portada del libro. Esto causó cierta confusión inicial, ya que la imagen, un retrato de estudio tomada por la leyenda de la fotografía política David Hume Kennerly, le dio a Trump un perfil bastante más delgado, e inclusive el propio Trump le había dado un sello informal de aprobación.
@CNN just released a book called "Unprecedented" which explores the 2016 race & victory. Hope it does well but used worst cover photo of me!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) January 2, 2017
«El trato era que (Trump) no tenía injerencia en la elección del retrato» dijo Kennerly a la CNN, un hombre que ha fotografiado a todos los presidentes de Estados Unidos desde Richard Nixon. «Pero después de que había tomado dos o tres disparos, Trump preguntó: ¿Puedo ver lo que está haciendo? Le dije: ‘Claro’ y le mostré la parte posterior de la cámara, y él dijo, ‘Wow, me veo mejor allí que en la vida real!'»
Fue exactamente esa foto la que CNN seleccionó para la cubierta de la segunda edición del libro. El problema vino fue con la elección de la primera edición, que mostraba una foto hecha por Kennerly el mismo día de la noche electoral tras conocerse los resultados, durante su fiesta de celebración.
Relata Kennerly que, para esa noche, había pedido un permiso especial para acceder a una zona muy cerca de Trump para fotografiarlo en plan foto-posse, permiso que le fue negado. En su lugar, el laureado fotógrafo tuvo que conformarse con un disparo en un ángulo bajo, mirando hacia arriba desde abajo del podio, con una iluminación de escenario mucho menos exigente.
Para los expertos en marketing político, una foto tomada desde una posición inferior al objetivo puede desembocar en dos resultados: puede hacer lucir al objetivo (al político, en este caso) más poderoso o heroico, o puede hacerlo ver más gordo. Fue esa razón, la segunda, la que impulsó a Trump a quejarse directamente a la presidente de NBC News, Deborah Turness, en una reunión posterior a las elecciones con los ejecutivos de los medios de comunicación el año pasado.
Seguramente CNN recordó ese antecedente al momento de «re-escoger» la foto: la imagen de la segunda edición cuenta con iluminación suave y se enmarca a nivel de los ojos de Trump, restando importancia a las mejillas.
La polvareda alrededor sin precedentes enseña una lección bastante obvio para el presidente electo: Si Trump quiere mejores imágenes de sí mismo, el primer paso será acercar a los fotógrafos.