Por Benito Guerrero
19/01/2016
La Cámara de los Comunes ha debatido una petición -respaldada por 574.000 firmas, para prohibir la entrada al país de Donad Trump. El precandidato republicano fue calificado de bufón, estúpido, misógino y racista como consecuencia de sus comentarios sobre los musulmanes.
El debate se produce tras la iniciativa de una activista escocesa que puso en marcha una campaña en diciembre después de que Trump propusiera públicamente prohibir el acceso de los musulmanes a Estados Unidos. El Gobierno británico tiene la obligación de dar respuesta a todas las propuestas que superen las 10.000 firmas, y la la Cámara de los Comunes debe decidir si se lleva a debate las que superen las 10.000.
La propuesta no ha tenido la aceptación de ninguno de los dos grupos que forman el parlamento. Los diputados conservadores y laboristas dejaron claro que vetar la entrada de Trump puede jugar en beneficio de este ya que se convertiría en un «mártir».
El primer ministro, David Cameron, y el líder de la oposición, Jeremy Corbyn, dejaron clara su oposición a la medida antes del debate. Cameron ha afirmado que los comentarios sobre la comunidad musulmana «crean división» pero se ha mostrado contrario a prohibirle la entrada a multimillonario.
La respuesta del precandidato republicano no ha tardado en llegar, ha asegurado que de si se le niega el visado retirará su inversión de más de mil millones de euros en Escocia. De momento no hay constancia de que Trump tenga previsto visitar Reino Unido próximamente. Trump ha asegurado en intervenciones públicas que Londres está tan radicalizada que la policía «teme por su vida».
Durante el debate, el laborista Paul Flynn dijo que «el gran peligro de atacar a este hombre es que podemos darle un halo de victimismo. Le daríamos el papel de mártir, lo que puede ser visto como una ventaja para aquellos que le apoyan». Por su parte, Edward Leight diputado conservador recalcó que el veto «jugaría a favor de Trump. Su estilo de hacer política está basado en avivar la controversia y hacer declaraciones escandalosas».
El Parlamento no tomó ninguna decisión por lo que es el Ministerio de Interior británico el que ostenta la potestad de impedir o no la entrada al país de cualquier individuo. Desde 2010, según cifras publicadas en 2015, el Gobierno del Reino Unido ha prohibido la entrada al país a más de 200 personas.