Coincidiendo con la visita oficial de Michelle Bachelet a China, circularon documentos que detallan prácticas represivas y de tortura en Xinjiang contra los uigures y otras minorías étnicas. Ante la presencia de la alta comisionada de la ONU para los derechos humanos, el presidente Xi Jinping le dijo que ningún país puede, desde la «arrogancia», enseñar a otros cómo defender o respetar los derechos humanos.
El último encuentro entre un alto comisionado y el gobierno chino ocurrió en 2005. Desde entonces se han reportado acciones de control y represión del Estado contra sus ciudadanos. Pero, la de mayor escala e intensidad, violencia y tortura es contra los uigures y otras minorías étnicas. En los textos, sustentados con fotos y videos, se describe la vida en el interior de los «campos de reeducación» en la región occidental de Xinjiang, donde estarían recluidos cientos de miles de uigures en situación de esclavitud.
Los documentos han sido publicados por la Fundación Conmemorativa de las Víctimas del Comunismo con sede en Washington. Y un consorcio de medios que incluye a la BBC, USA Today y El País entre otros, que se remonta a 2018. Incluye avisos de políticas y notas de reuniones que narran la creciente paranoia entre los funcionarios de Xinjiang sobre la población de etnia musulmana uigur.
Los textos cuestionan las afirmaciones de Pekín de que las personas asisten voluntariamente a las instalaciones de reeducación. También se suman a un creciente cuerpo de relatos de testigos, registros públicos e imágenes satelitales. Y visitas a la región por parte de diplomáticos y periodistas que han revelado el uso de trabajo forzoso, la separación de niños de sus padres, tasas de natalidad reprimidas de residentes uigures y detenciones masivas tanto en campos de “reeducación” como en prisiones formales desde 2017.
Lo que vio y oyó Bachelet en China
Michelle Bachelet se encuentra desde el lunes en China para una visita de seis días. Su tarea es investigar los abusos cometidos en Xinjiang. A pocas horas de su llegada se difundieron estos documentos sobre la represión a las minorías con mucha precisión y mayor número de testimonios. Al día siguiente de su llegada, la alta comisionada sostuvo una reunión virtual con Xi Jinping. El mandatario antepuso «su parecer sobre los derechos humanos» y estableció un amplio límite con aquellos que quieran asomarse a analizar lo que ocurre en China sobre esa espinosa materia.
Señaló que China tiene la voluntad de seguir manteniendo el diálogo y la cooperación respecto a la causa de los derechos humanos. «Pero siempre y cuando se basen en el respeto mutuo y la igualdad, o tengan como objetivo expandir el consenso, reducir las diferencias, aprender del otro y hacer progresos juntos”, condicionó.
“No son necesarios ni los ‘profesores’ arrogantes ni la arrogancia de otros países en enseñar cómo defender los derechos humanos. Y mucho menos que se politicen estos asuntos», comentó Xi en una velada referencia a Estados Unidos, que los ha acusado de genocidio y a la Unión Europea, que sancionaron a funcionarios y entidades chinas en 2021 a cuenta de los abusos en Xinjiang.
«Hay que dejarse de dobles estándares y de interferir en los asuntos internos de otros países con el pretexto de los derechos humanos. Tenemos que promoverlos desde una dirección inclusiva, justa y razonable», acotó Xi, quien aseguró que China seguirá «apoyando los esfuerzos activos» de la ONU al respecto.
Bachelet ofrece asistencia a China en derechos humanos
Michelle Bachelet respondió a Xi. «Me he comprometido a realizar esta visita, la primera en 17 años de la oficina que dirijo, porque para mí es una prioridad dialogar directamente con el gobierno de China sobre derechos humanos, nacionales, regionales y mundiales. “Para que el desarrollo, la paz y la seguridad sean sostenibles, los derechos humanos tienen que ocupar un lugar central», puntualizó. Y le ofreció asistencia técnica para acompañar los esfuerzos para fortalecer la promoción y protección de los derechos humanos, la justicia y el Estado de derecho para todos sin excepción».
Al pisar tierra china, Bachelet fue recibida por el viceministro de Asuntos Exteriores, Ma Zhaoxu. Entonces declaró que esperaba debatir «cuestiones importantísimas y delicadas» para ayudar a «fomentar la confianza».
Adrian Zenz, miembro principal de la Fundación Conmemorativa de las Víctimas del Comunismo, destacó que la importancia de la documentación compilada. “Tenemos evidencia sin precedentes en todos los niveles sobre lo que está sucediendo y la naturaleza de los campos y la escala del internamiento”, apuntó.
En un artículo de investigación separado revisado por pares publicado n el diario de la Asociación Europea de Estudios Chinos, por Zenz detalla los hallazgos de una base de datos filtrada de un cuerpo de seguridad. Se lista que alrededor del 12% de los adultos, más de 22.000 personas, fueron detenidos en centros de detención o prisiones entre 2017 y 2018 en un solo condado llamado Konasheher en el suroeste de Xinjiang. Zenz no reveló la fuente de la información, pero dijo que provenía de computadoras policiales pirateadas dentro de Xinjiang.
Poco optimismo por los resultados de la visita
En el segundo día de su misión a China para investigar las violaciones de derechos humanos en Xinjiang, Bachelet posó para fotos con el canciller chino Wang Yi, que le entregó el libro Extractos de Xi Jinping sobre el respeto y la protección de los derechos humanos”. También le dijo que esperaba que el viaje la “ayudara a mejorar la comprensión y aclarar la información errónea”. Pekín ha dicho que la visita no constituiría una investigación sobre las denuncias de abuso de derechos, que llama “la mentira del siglo”.
Citando los archivos recientemente filtrados, la secretaria de Relaciones Exteriores de Gran Bretaña, Liz Truss, pidió a China que permita a Bachelet la libertad de investigar las afirmaciones. “Si dicho acceso no se produce, la visita solo servirá para resaltar los intentos de China de ocultar la verdad de sus acciones en Xinjiang”, advirtió.
En Washington DC, el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, señaló que Estados Unidos estaba «profundamente preocupado» por la visita de Bachelet. «No esperamos que tenga el acceso necesario para una evaluación precisa del entorno de derechos humanos en Xinjiang», sostuvo.
Los grupos defensores de derechos humanos tampoco son optimistas. El viaje ocurre después de más de tres años de negociaciones. Las autoridades chinas bloquean o intimidan regularmente a los periodistas que viajan en Xinjiang, pero son muy espléndidas en organizar visitas coreografiadas de dignatarios y medios de comunicación que le siguen el juego.
Áreas de Xinjiang, incluidas las ciudades que Bachelet visitará, han sido objeto de demoliciones y remodelaciones. Han reemplazando secciones de la antigua infraestructura de la ciudad con pueblos turísticos temáticos que contrastan marcadamente con otras partes de la región. Las mezquitas han sido demolidas.
Xinjiang, ¿la historia de derechos humanos más exitosa?
Los archivos filtrados brindan un panorama desconocido de los centros de reeducación activos en 2018. Las imágenes muestran a detenidos uigures encadenados durante el interrogatorio y grupos de hombres y mujeres uigures durante sesiones de reeducación supervisadas por policías uniformados. Algunas de las miles de fotografías policiales de los detenidos uigures parecen mostrarlos llorando o angustiados, recogió The Washington Post.
Cuando se le preguntó si Bachelet podría visitar los centros de detención y los campos de “reeducación”, que las autoridades chinas afirman que son escuelas de formación profesional, el Ministerio de Relaciones Exteriores respondió que “rechaza la manipulación política”. Su portavoz , Wang Wenbin, dijo que los pedidos de acceso sin restricciones de Estados Unidos y Gran Bretaña eran un intento de “sabotear el viaje.
“Parece que Estados Unidos, el Reino Unido y otros países no les importa la verdad en absoluto. Pero quieren usar la visita del alto comisionado para los derechos humanos para exagerar el llamado problema de Xinjiang y difamar a China”, agregó.
Antes de la visita de Bachelet, los medios de comunicación estatales publicaron artículos titulados: “Xinjiang, la historia de derechos humanos más exitosa”.
Los grupos de derechos humanos también señalan el hecho de que la oficina de Bachelet aún no ha publicado un informe histórico sobre Xinjiang a pesar de que en diciembre de 2021 se anunció su pronta difusión.
Zenz dijo que la publicación del del documento filtrado no fue diseñado originalmente para coincidir con la visita de Bachelet a China, pero dijo que espera que influyan en el resultado del viaje. Bachelet aún no se ha referido a los archivos.
Esperanzas por un mejor porvenir
Algunos defensores de los derechos dicen que la visita sigue siendo importante para crear conciencia y que el juicio debe reservarse hasta después de que se complete el viaje.
“Deberíamos darle el beneficio de la duda y ver qué sale de la visita. Incluso si no tiene acceso sin restricciones. Si tiene claro lo que sucedió y puede resaltar la maquinaria de estas visitas que el gobierno chino ha implementado durante años. Esto sería una contribución”, dijo Christelle Genoud, exasesora de seguridad humana de la Embajada de Suiza en Pekín e investigadora en el King’s College de Londres.
El erudito y activista uigur Abduweli Ayup, con sede en Noruega, se refirió a la visita de Bachelet a China. «Si mejora aunque sea marginalmente las condiciones de los residentes en una prisión o centros de detención, valdrá la pena, comentó.
“La gente de allí podría recibir un mejor trato durante al menos un día, y eso es importante”, dijo Abduweli, cuya hermana fue sentenciada a 12 años de prisión. Él es uno de los muchos uigures que viven en el extranjero que piden a Bachelet que los ayude a verificar el paradero de sus familiares desaparecidos. “Si ella puede decirme que está viva, seré feliz”, dijo.