Por Carlos Sanz Alonso
El futuro ya está aquí. La tecnología se ha convertido en una pieza fundamental en casi todos los ámbitos industriales. La energía destaca como un donde el cambio es más rápido y generalizado. Y es allí donde la diversidad renovable aparece como un jugador de peso.
La búsqueda de nuevas fuentes de energía va más allá de la eficiencia costo/beneficio. Los factores ambientales son cada vez más importantes. Es allí donde la energía renovable adquiere un rol fundamental.
Y este sector, tal vez como ningún otro, se ha visto impactado por la transformación digital y el uso masivo de nuevas y eficientes tecnologías de almacenamiento eléctrico. Estos avances están cambiando las reglas del juego de las energías renovables.
Impacto a gran escala
La diversidad renovable se traduce en mejoras importantes. Por ejemplo, el uso a escala de baterías ofrece nuevas formas de gestionar la distribución de energía renovable.
El futuro de los operadores de energía renovable pasa por una mayor presencia y papel como gestor de energía. Ello es posible mediante el uso combinado de la producción prevista y la energía almacenada donde las reglas del mercado lo permitan.
En cierta forma, ese rol lo viene realizando ya las grandes compañías que operan en el sector. Lo hacen con flotas de generación que combinan diferentes tecnologías. Ello además abre nuevas vías de negocio para operadores 100% renovables.
Más digital = Más eficiencia
Gran parte del esfuerzo del sector durante la última década se ha focalizado en el desarrollo de avances tecnológicos en el mundo “off/onshore”. Lo han hecho con mayores y más eficientes turbinas, paneles solares más eficientes y baratos y una progresiva reducción de los costes de desarrollo e instalación de los parques.
El uso de capacidades digitales avanzadas permite incrementar la eficiencia de Operación y Mantenimiento mediante una optimización de la producción. De esta manera, se logra reducir los costes de mantenimiento. El secreto estriba en ser predictivo.
En el caso de la energía fotovoltaica, los costes de Operación y Mantenimiento no son tan significativos como en el mundo eólico. Sin embargo, la transformación digital permite conseguir eficiencias muy destacadas durante el desarrollo y construcción de los grandes parques solares.
Igualmente, la tecnología y analítica permite maximizar la eficiencia del diseño constructivo del parque y la adopción de robótica en la propia instalación.
Diversidad renovable
El ecosistema del negocio renovable es definitivamente diverso. El número de jugadores que operan en el sector ha crecido de forma inimaginable.
Las grandes compañías petroleras, la industria automovilística e incluso los gigantes tecnológicos compiten hoy en este sector.
Históricamente, el sector estaba dominado por las empresas de energía tradicionales. Éstas fueron instalando la generación renovable al amparo inicial de la generación tradicional.
Estas grandes compañías de energía competían con un conjunto elevado de pequeños operadores e inversores financieros. Incluso con pequeñas iniciativas que ofrecen servicios digitales o plataformas.
Hacia una mayor convergencia y concentración
Si bien el mercado está creciendo de forma imparable, con nuevos entrantes y negocio, se produce una paradoja que posiblemente conducirá al sector a una mayor concentración y convergencia en los próximos años.
Según varios estudios de Accenture, los mayores operadores (>3GW) son más eficientes que los pequeños (<1GW). Curiosamente, son estos grandes jugadores los que están apostando más por el uso masivo de tecnologías digitales en la gestión de la Operación y el Mantenimiento.
Por el contrario, los pequeños operadores no pueden permitirse en muchas ocasiones este tipo de inversiones, por su inevitable orientación al resultado a corto plazo.
Una parte importante de este grupo de pequeños jugadores sigue estando, de una u otra forma, vinculado a los fabricantes de los equipos y a empresas externas de mantenimiento. Son empresas muy ágiles y dirigidas a maximizar el rendimiento, pero su tamaño no facilita la inversión necesaria para seguir creciendo en rentabilidad.
En este mercado inundado de nuevos entrantes, el músculo operativo y financiero se antoja como uno de los factores clave en la lucha por la eficiencia.
Por ello, no sería raro ver en los próximos años una aceleración del proceso de convergencia e integración de compañías y activos renovables, algo que, por otra parte, ya empieza a suceder bajo el amparo de los grandes fondos de inversión. A la par, una diversidad renovable va ampliando los horizontes en un sector que crece cada día más.
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