Gema Fernández Melero, directora de Recursos Humanos de MetLife Iberia
En el lugar de trabajo, la forma en que nos definimos a nosotros mismos puede ser diferente de lo que perciben otras personas. De hecho, no todo el mundo tiene el mismo concepto en cuanto a lo que es la diversidad o la inclusión. En MetLife, por ejemplo, entendemos la diversidad como la representación de las diferencias y similitudes que nos definen como individuos, como consumidores, como accionistas o como empleados. Mientras que la inclusión es una acción, el compromiso de garantizar que todos los trabajadores se sientan valorados, respetados y verdaderamente reconocidos por su individualidad
Es importante ser conscientes de que cada uno de nosotros tiene una interseccionalidad de diferencias: no somos solo una mujer o un hombre, una madre o un soltero, una etnia, una edad o una habilidad; somos una confluencia de cada uno de ellos. Y crear un entorno en el que se respete y valore a cada uno de ellos es lo que realmente hace que una cultura empresarial sea inclusiva.
Hoy en día, se habla mucho de diversidad, equidad e inclusión, pero las preguntas son: ¿por qué es tan importante?, ¿tiene realmente la relevancia que se le da? Rotundamente, sí. En mi opinión, hay muchas razones por las que es vital, pero destacaré dos: el talento y las oportunidades de negocio. Si queremos entender mejor a nuestros clientes, es más fácil tener en nuestro equipo a personas que representen todas esas voces internamente. Y el talento viene en diferentes tamaños y formas, por lo que, si solo contamos con una pequeña selección o grupo de personas, estaremos disminuyendo la posibilidad de contar con el mejor talento.
Referente de equidad, diversidad e inclusión
Hay muchas investigaciones que demuestran que las organizaciones o equipos que son diversos son más productivos, más innovadores y creativos para resolver problemas que un equipo más homogéneo. No hay más que preguntarse: ¿estamos teniendo en cuenta a diferentes personas en el proceso de toma de decisiones?, ¿estamos escuchando a aquellos que son diferentes a la mayoría a medida que se nos ocurren nuevas ideas? En los equipos donde existe diversidad y cuentan con una cultura inclusiva. Todas las personas colaboran activamente, y las diferentes ideas y perspectivas son tenidas en cuenta.
Las personas son para MetLife parte del ADN de la compañía por lo que, independientemente de la edad, el género o la religión, todos y cada uno son su razón de ser. Precisamente, este es uno de los pilares sobre los que se sustenta nuestro trabajo, y parte de la estrategia de Recursos Humanos, con un claro objetivo: ser referente en diversidad, equidad e inclusión en el sector asegurador, cerrando la brecha de percepción que limita las oportunidades de igualdad y crecimiento.
Pero me gustaría destacar algo importante: conseguir una cultura inclusiva no es solo responsabilidad de la alta dirección. La inclusión se genera en equipo y cada una de las personas que lo forman cumple una función relevante a la hora de crear un lugar de trabajo inclusivo donde todas las personas se sientan valoradas, escuchadas y respetadas.
La inclusión es responsabilidad de todos
Como establece nuestro compromiso, “la inclusión comienza con cada uno de nosotros. Es nuestra responsabilidad y nuestro futuro”. Es responsabilidad de cada líder valorar, reconocer y resaltar la diversidad. Y es responsabilidad de cada persona comportarse de manera inclusiva.
Una cultura inclusiva tiene innumerables beneficios a corto plazo: mayor productividad, colaboración, innovación, mejores productos, mejor experiencia para el cliente, etc., que permiten, a largo plazo, el crecimiento sostenible de personas, organizaciones y sociedad.
Es por ello por lo que necesitamos que las empresas creen entornos en los que las personas puedan aportar todas sus diferencias al trabajo. Y, ahora más que nunca, las corporaciones tenemos la oportunidad y la responsabilidad de apoyar a nuestros empleados y ayudarlos a prosperar y a marcar la diferencia.