Diez mil personas aglomeradas en un espacio cerrado en medio de la pandemia causada por el COVID-19 puede ser una imagen que transmita terror o confianza, según se mire. Algunas iglesias en el mundo mantienen sus puertas abiertas a pesar de las continuas recomendaciones de las autoridades sanitarias mundiales y nacionales de mantener el aislamiento y la distancia social.
Edir Macedo, un obispo que se rebela contra el coronavirus desde la fe y que dirige una “megaiglesia” en Brasil, la Universal del Reino de Dios, afirma que la COVID-19 no es la plaga: «La mayor plaga es la “coronaduda”. Y contra el coronavirus y la «coronaduda» basta la «coronafé».
Macedo, que reúne hasta 15.000 personas en un mismo recinto, coordina cientos de esos templos en Brasil y no han dejado de congregarse pese a los muchos alertas sobre el rápido contagio del coronavirus.
Iglesias a puertas abiertas
La Asamblea de la Victoria de Dios en Cristo de Silas Malafaia y la Iglesia Mundial del Poder de Dios de Valdemiro Santiago –megaiglesias como la de Edir Macedo– son templos que mantienen sus puertas abiertas. También grandes iglesias evangélicas como Sana Nuestra Tierra, Renacer en Cristo y la Cuadrangular del Poder de Dios están abiertas, aunque recomiendan a los fieles a asistir a los servicios religiosos por Internet.
Silas Malafaia –pastor y líder de la Asamblea Pentecostal de la Victoria de Dios en Cristo– dice que solo cerrará su iglesia si un tribunal se lo ordena. Lo ha manifestado abiertamente a través de sus redes sociales. Solo en Twitter tiene 1,4 millones de seguidores. Malafaia también critica a los pastores que cerraron sus iglesias y que atienden las recomendaciones del Ministerio de Salud en Brasil. Los llama “profetas del caos”.
A pesar de las medidas tomadas por gobiernos estatales, los fieles siguen asistiendo a las megaiglesias en Brasil. En Sao Paulo –la ciudad más afectada por la COVID-19, el servicio en el Templo de Salomón, con capacidad para 10.000 personas, estuvo lleno el domingo pasado .
Templo de Salomón en Sao Paulo
El Templo de Salomón pertenece a la Iglesia Universal del Reino de Dios. Antonieta Dos Santos asiste todas las semanas a pesar de ser diabética y de sufrir de hipertensión. Asegura que si la iglesia permanece abierta, ella irá. Antonieta vive con su esposo e hijos, además de su madre de 90 años de edad.
El gobernador de Sao Paulo decretó a mediados de marzo la suspensión de eventos con más de 500 personas. También en Sao Paulo un organismo judicial prohibió cualquier acto religioso que implique reunirse, pero el presidente de la Corte de Justicia revocó la medida por una petición del ayuntamiento y el gobierno estatal.
El Tabernáculo Viviente en Luisiana
Pero las iglesias en Brasil no son las únicas que se mantienen abiertas. En Luisiana, Estados Unidos, cientos de fieles asisten a los servicios religiosos cada domingo. En la Iglesia del Tabernáculo Viviente cerca de 500 personas de todas las edades asisten a los servicios religiosos. Los vecinos de Baton Rouge se han hecho de oídos sordos al gobernador que advirtió la pronta saturación de los hospitales por los nuevos casos de coronavirus.
Mientras que la actitud de los fieles y ministros del Tabernáculo Viviente son el caldo de cultivo para un conflicto comunitario. Otros vecinos que cumplen con las recomendaciones del distanciamiento social esperan que la policía se haga cargo. Varias iglesias ofrecen sus servicios a través de Skype. Ven como un grave problema que a los fieles del Tabernáculo no les importe cuánto podrían afectar a los demás vecinos.
La distancia social y la fe
El pastor del Tabernáculo Viviente señaló que la iglesia no obliga a nadie a asistir a los servicios y que está en su derecho de predicar. En Luisiana, hay más de 3.500 casos de coronavirus y más de 150 personas han muerto, de acuerdo con las cifras oficiales. Solo en la parroquia de Baton Rouge hay 160 personas infectadas.
El gobernador John Bel Edwards expresó que las personas que desafían la recomendación del distanciamiento social son egoístas, irresponsables y facilitarán que la enfermedad continúe propagándose.
Las iglesias que permanecen con sus puertas abiertas en Brasil dicen que cumplen las recomendaciones del distanciamiento social y la higiene. En algunas, los fieles se sientan cada dos asientos y se lavan las manos antes de entrar. Además, no se toman de la manos en las oraciones y rezos.
Hace un par de semanas los científicos apuntaban la importancia de la detección del COVID-19 y el distanciamiento social a través del aislamiento. Las iglesias en el mundo o los lugares de culto que aún están abiertos no solo desafían a la ciencia y el avance de la pandemia, sino que muestran una arista más del sentir humano, la fe.
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