El gobernador de Florida, Ron DeSantis, firmó vía exprés un proyecto de ley para acabar con el «autogobierno» que Walt Disney World tiene en Orlando y que le permitió a esta ciudad crecer durante casi medio siglo hasta convertirse en la capital mundial de los parques temáticos. Ahora, el gigante del entretenimiento no gozará de la misma libertad para seguir construyendo y a partir del primero de junio de 2023 seis de sus distritos especiales, entre los cuales figura el Reedy Creek Improvement District, donde opera Disney, dejarán de existir. La medida se debe a que según DeSantis se han encargado de “mentir” y «provocar» sobre temas de diversidad sexual.
Desde 1967, el denominado «país más feliz de la Tierra» contaba con la categoría de distrito especial. Una especie de autogobierno que le permitió a Disney crecer hasta tener media docena de parques temáticos, un centro deportivo, un enorme centro comercial y 25 hoteles. Además de su propia policía y cuerpo de bomberos y cerca de 80.000 empleados en la ciudad de Orlando. En total, el Reedy Creek Improvement District cuenta con casi 11.000 hectáreas que están situados en los condados de Osceola y Orange. Y tiene un impacto económico estimado de más de 75.000 millones de dólares al año. Allí Disney tiene su propio “reino mágico”, el cual era prácticamente independiente dentro del estado de Florida.
¿Adiós al reino de Disney en Florida?
El conflicto entre Disney y DeSantis comenzó el mes pasado cuando la comunidad LGBTQ, incluidos empleados de la compañía, protestaron por la supuesta falta de oposición del grupo en contra de la ley conocida coloquialmente como “Don’t Say Gay” (“No digas gay”) impulsada por el gobernador republicano. Entre otras cosas, la normativa prohíbe a los maestros hablar a los alumnos más pequeños sobre orientación sexual e identidad de género. Días después la compañía condenó la ley y dijo que suspendería las donaciones políticas en Florida en espera de una revisión.
El martes pasado DeSantis, quien es un posible candidato presidencial republicano para 2024, dio a conocer en rueda de prensa la inclusión de este proyecto para acabar con el autogobierno de Disney dentro de la agenda de la sesión especial para definir el nuevo mapa electoral de Florida. Durante el debate de la medida, la oposición demócrata calificó la iniciativa de “castigo” a la corporación, que es un importante motor para la economía estatal, por su postura ante la promulgación el pasado mes de la polémica ley “No digas gay”. El miércoles la Cámara Alta, encabezada por republicanos, sacó adelante la medida. Para el viernes el gobernador ya la había firmado, concretando así el despojo a Disney de su autonomía.
Disney más inclusivo en sus contenidos
A pesar de que a Disney le ha costado un poco hablar abiertamente sobre temas de diversidad sexual, el mes pasado puso fin a las críticas y comunicó que para finales de 2022, aproximadamente, la mitad de los personajes de sus películas de animación serán LGBTQ+ y pertenecientes a minorías étnicas. El anuncio lo dio Karey Burke, directora general de contenido de entretenimiento de Disney, quien expresó ser madre de dos niños queer, uno transgénero y otro pansexual. Este tomó por sorpresa a ciertos grupos conservadores, incluyendo a los republicanos del estado de Florida.
Aunque Burke es responsable de estos contenidos en el conglomerado de entretenimiento infantil, la compañía entera está completamente a favor de mantener esta postura. Por lo que poco a poco han ido agregando numerosos casos de inclusión en escenas de sus series y películas. Desde 2020 Disney ha ido incluyendo personajes LGBTQ+ en sus animaciones. Comenzando en el cine con la policía Lena Waithe de Onward (Unidos), quien menciona a su novia, o en Toy Story 4 donde se puede ver a dos madres despidiéndose de su hija en la guardería. El mismo año fueron más allá estrenando en su plataforma Disney Plus el corto de nueve minutos llamado Out, cuya trama es que el protagonista quiere confesarle a sus padres que es homosexual.
Pero la decisión de Disney de ser más inclusivo ha generado que muchas familias rechacen sus contenidos inclusivos y consideren un problema la nueva imagen que pretende vender la marca. Muchos argumentan que deben informarse y visualizar previamente las películas y series antes de que las vean sus hijos. Dicen que en definitiva «se ha roto la confianza» y se vino abajo la «imagen positiva» que el grupo construyó durante tantos años.
La guerra entre DeSantis y el autogobierno de Disney
Hace casi un mes, el director ejecutivo de Disney Bob Chapek emitió un comunicado en el que criticaba una ley de derechos de los padres que prohíbe las discusiones sobre cuestiones de género en las clases de las escuelas públicas hasta el tercer grado y potencialmente hasta la escuela secundaria. Dicha normativa es considerada ultraconservadora por grupos progresistas. Para los demócratas es parte de la «venganza política» del gobernador, que planea ser presidente en 2024, contra Disney. Mientras que para los opositores es un intento de marginar a los estudiantes homosexuales y transgénero, o a los hijos de padres homosexuales.
El pronunciamiento de Chapek causó revuelo entre los republicanos y desde entonces Ron DeSantis ha criticado lo que describió como una “ideología despierta” en la empresa. Lo calificó de “deshonesto” y dijo que habían “cruzado la línea”. “Si Disney quiere pelear, eligieron al tipo equivocado”, escribió el gobernador de Florida en un correo electrónico en el que pidió donativos para su campaña de reelección. “Como gobernador, fui elegido para poner a la gente de Florida en primer lugar. No permitiré que una corporación con sede en California dirija nuestro estado”, agregó.
Una medida apresurada que podría ser contraproducente
Al respecto, algunos demócratas han dicho que Disney es muy poderoso y que comenzar la guerra contra el grupo puede ser contraproducente. «Los campos de Florida están llenos de cuerpos de personas que se opusieron a Disney”, dijo el comisionado del condado de Broward, Steve Geller, demócrata y exrepresentante estatal. “Disney es sin duda el empleador más grande del estado. Son los más poderosos políticamente. El gobernador DeSantis puede estar haciendo un buen movimiento táctico, pero uno estratégico malo”, señaló.
Por su parte, la administración Biden, que se opuso al proyecto de ley de derechos de los padres porque «es un impacto potencialmente dañino para los jóvenes LGBTQ+», también condenó la ley que pone fin al autogobierno de Disney el jueves. “Nos oponemos a que el gobernador tome medidas contra una empresa por su oposición a ese proyecto de ley”, dijo Karine Jean Pierre, vocera de la Casa Blanca.
Disney detiene las donaciones al estado
Hasta ahora Disney no ha comentado sobre la legislación que le pondría fin a su autogobierno en Florida. La compañía, que ha donado millones de dólares a políticos en Florida, en su mayoría republicanos, detuvo las donaciones en el estado después de que se aprobara el proyecto de ley de derechos de los padres.
El impacto económico de Disney en Florida es tan grande que los mismos funcionarios locales dijeron que si se ven obligados a hacerse cargo de los servicios públicos realizados por el grupo, como el mantenimiento de carreteras, el estado tendrá que aumentar los impuestos a la propiedad.
Disney tiene un estimado de mil millones de dólares en obligaciones de deuda, junto con los más de 160 millones de dólares al año gastados en servicios públicos, que pasarían a los gobiernos locales cuando Reedy Creek se disuelva oficialmente el próximo año. Si bien el impacto financiero en la compañía y el estado es incierto, todo este cambio impulsado por DeSantis podría alterar la forma en que Disney opera su imperio en expansión en Florida. Lo cual a su vez deterioraría la estrecha relación que ha disfrutado con el estado durante más de 50 años.