La llamada «corrección política» se está convirtiendo en una nueva forma de poner límites a la creatividad literaria, pictórica, teatral o cinematográfica. Pero no solo eso. También ha comenzado a ser el «filtro» que permitirá determinar cuáles obras del pasado merecen ser apreciadas en el presente y en el futuro. No dependerá solo de su calidad artística, sino que estará supeditada a lo que un ente «moralmente superior» determine que es adecuado para ser apreciado o no.
Unas de las últimas creaciones en caer en este círculo de «juicio a destiempo» son algunas de las más emblemáticas películas de los estudios Walt Disney. Los clásicos Dumbo, Peter Pan, Los Aristogatos y La Familia Robinson será retirados por la plataforma Disney+ de su catálogo infantil. Pasarán ahora a la categoría de adultos, por considerar que incluyen estereotipos racistas.
Dónde están los límites
La plataforma justificó la decisión diciendo que forma parte de «su esfuerzo continuo por promover la diversidad y la inclusión». En este sentido, decidió retirar las películas seleccionadas de los perfiles de Disney + para niños, «debido a representaciones culturales negativas, particularmente estereotipos racistas». Las películas todavía están disponibles en los perfiles estándar de Disney + con una advertencia de contenido que dirige a los espectadores a una página de la compañía Disney, con el sugestivo nombre de Stories Matter.
En el pasado reciente, ha quedado muy claro que algunas obras infames, como Mein Kampf, de Adolf Hitler, debían ser acompañadas de una explicación que señalara a futuras generaciones de lectores, el oscuro período histórico que siguió a la publicación de ese libro. Pero en este caso, se habla de películas infantiles, que fueron disfrutadas por varias generaciones de niños, que llegaron a la adultez sin emprender una campaña de crímenes contra piratas mancos o gatos musicales. La decisión de Disney pone en evidencia que tratar de alcanzar la corrección política nos puede llevar a caminos insospechados. La gran pregunta ahora es, ¿hasta dónde nos hará llegar?
La justificación concreta
La razón detrás de la prohibición de Peter Pan es porque presenta una tribu nativa americana cuyos miembros se conocen como «pieles rojas». En el caso de Los Aristogatos, hay un personaje de gato siamés llamado Shun Gon, cuyos ojos rasgados y dientes prominentes han sido descritos como una caricatura de la gente del este de Asia.
La Familia Robinson ha sido criticada por sus piratas de «cara amarilla» y «cara morena». Dumbo ha sido acusada de ridiculizar a los afroamericanos esclavizados en las plantaciones del sur. Una escena durante la película muestra a trabajadores negros sin rostro cantando letras como, «Cuando recibimos nuestro pago, tiramos todo nuestro dinero».
Disney implementó un aviso de contenido revisado en octubre sobre cuestiones relacionadas con los estereotipos raciales. Las preocupaciones estaban relacionadas con Peter Pan, os Aristogatos, Dumbo, La dama y el vagabundo y El libro de la selva.
Un mensaje equivocado
En el caso de las películas infantiles hay un componente adicional. Eliminar estas películas o reprender a los niños por su «falta de corrección política», puede ser contraproducente.
Existe cierto consenso entre los especialistas en el hecho de que los niños, desde muy temprana edad, son conscientes de la raza y las diferencias entre los distintos grupos. Es normal que adviertan (y digan en voz alta) que una persona es negra, por ejemplo. Advertir la raza de alguien no es racista. Pero regañar al pequeño por hacer su observación puede mandar un mensaje equivocado.
A lo que sí deben estar atentos los padres y madres es a cualquier juicio de valor que hagan involuntariamente sobre esas diferencias y corregirlos. Es algo que la eliminación de estas películas no permite hacer.
Una perspectiva histórica
Pero hay algo más. Cada época, cada sociedad, cada civilización a lo largo de la historia de la humanidad ha tenido sus luces y sus sombras. Lo que en un momento fue considerado parte de la «corrección política», es visto hoy como algo negativo. Y las personas que vivieron en esas circunstancias, tenían una visión mediatizada por el entorno que les tocó en suerte.
Grandes científicos, escritores, pintores o líderes fueron dueños de esclavos, pensaron que la mujer debía estar supeditada a la voluntad del hombre, creyeron que los recursos naturales eran inagotables, o incluso que la Tierra era el centro del Universo. ¿Qué debe hacerse en esos casos?
Si partimos del principio de la «corrección política» como el bien supremo, entonces es muy poco lo que quedará de la cultura para que las generaciones futuras lo aprecien. ¿Habrá tal vez que prohibir El Quijote, por hacer una descripción caricaturesca de un hombre que no podría distinguir la realidad de la ficción? En La creación de Adán Miguel Ángel dibujó a Dios y a su creación como hombres blancos. ¿Deberá ser quitada esta obra de la Capilla Sixtina por semejante muestra de racismo?
El cielo es el límite
Si bien la pregunta sigue siendo hasta dónde nos puede llevar la corrección política, sus defensores ya parecen dar una respuesta: hasta dónde lo consideren necesario. El caso de Disney+ es solo el más reciente.
Ya en junio, la película Lo que el viento se llevó fue retirada del catálogo de HBO Max como contribución al movimiento antirracista Black Lives Matter. La plataforma apuntaba al «contenido racista» de la cinta, una adaptación de la novela homónima de Margaret Mitchell, ambientada en la Guerra Civil de los Estados Unidos. La novela policial «Diez negritos», de Agatha Christie, cambió su nombre, para no «herir susceptibilidades».
Y no es solo en el arte. La Nasa anunció en agosto su decisión de dejar de usar ciertos apodos para objetos astronómicos que se consideren racistas. Tal es el caso de la Nebulosa Esquimal, o la Galaxia de los Gemelos Siameses. Ya ni siquiera el cielo es el límite.
En este panorama, la lista puede ser interminable. Quizás La guerra y la paz, de León Tolstoi, debería llamarse solo La paz, para no hacer apología de la guerra. La ciencia quizás deberá buscar nuevos nombres para los agujeros negros o la materia oscura.
Tal vez en un futuro, no muy lejano, habrá que buscar un término distinto al de «corrección política», para evitar que se sientan excluidos quienes no militen en ninguna formación política. Se escuchan propuestas.
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