Por Andrés Tovar
30/12/2016
Disney está abrazando con entusiasmo la transmisión de vídeo. El conglomerado de medios, propietario de las cadenas de televisión ABC, ESPN y Disney Channel, además de los estudios Pixar, Lucasfilm y Marvel, está repartiendo los derechos de su contenido a plataformas de streaming como Netflix y Hulu. Entre los contenidos se encuentran clásicos como Mulan, Pocahontas y Pesadilla antes de Navidad.
El 27 de diciembre, Disney anunció un acuerdo con Hulu para transmitir más de 50 películas de la «vieja escuela» de Disney a través del servicio de suscripción de la plataforma. Algunas de esas películas sólo estaban previamente disponibles para su compra en línea, incluyendo los tres clásicos que arriba se mencionan. Hulu, que transmite exclusivamente vía streaming, también ofrecerá títulos incluyendo Lilo & Stitch, Tarzán, 60 Segundos y Pearl Harbor, que también están disponibles a través de servicios de suscripción como Netflix o Amazon Video.
El acuerdo es muy importante para Hulu. Los nuevos títulos de Disney le dan a la sección de cine de la plataforma un impulso necesario y añade a un gigante como Disney a su biblioteca en un año en que se han propuesto capturar al público infantil, un nicho de mercado sumamente potencial en estos tiempos tecnológicos y que su competencia Netflix aún no ha arropado por completo.
Netflix, por su parte, tiene los derechos de transmisión de las nuevas versiones como Capitán América: Civil War, que aterrizó recientemente en la plataforma. También tiene series de co-producción sobre personajes de Marvel como Jessica Jones y Luke Cage (realizada con ABC Studios), así como la segunda temporada del drama sobrenatural The Glitch.
Los clásicos de Disney, como La Bella y la Bestia y Aladdin todavía sólo están disponible en línea -legalmente- a través de plataformas como iTunes, Google Play, Amazon Video o el propio servicio de Disney, Disney Movies Anywhere. Títulos como El Rey León y Peter Pan permanecen bloqueados en el «Disney Vault» que se refiere a la costumbre de liberar sus películas animadas por períodos limitados de tiempo y después quitarlas del mercado para impulsar la demanda de la empresa.