Otro escándalo ha estallado en el Reino Unido. Para tranquilidad de la Casa Real no tiene que ver con ninguno de sus miembros. En el centro de la tormenta el sistema de atención a los menores con disforia de género. Un informe obligó a su cierre al encontrar que se aplicaban tratamientos no probados.
La disforia de género es la sensación de incomodidad o angustia que pueden sentir las personas cuya identidad de género difiere del sexo al nacer o de las características físicas relacionadas con el sexo. El debate sobre si se deben suministrar bloqueadores de pubertad a los menores con disforia de género está envuelto en una tóxica polémica con una intensa polarización. Por un lado están quienes consideran que debe ser un proceso lento que evite el suministro de fármacos hormonales y, por el otro, quienes creen que hay que empezar la transición lo antes posible.
La pediatra Hilary Cass realizó la revisión de los servicios de atención del sistema de salud pública del Reino Unido para los niños con disforia de género. En su informe propone un cambio radical en el tratamiento ofrecido. Indica que un tratamiento médico no es necesariamente la mejor opción para los niños con disforia de género y recomienda que no se administrar sin abordar también otros problemas de salud mental o psicosociales.
Las propuestas de Cass tendrán importantes repercusiones en los desbordados servicios de salud mental infantil. Las listas de espera para la atención de afirmación de género en los servicios de salud británicos son inmensas. Las barreras que impiden a las personas transgénero acceder a la atención de reafirmación de género en el Reino Unido han deteriorado la salud mental de algunos jóvenes. El informe Cass admite que las largas listas de espera impiden proporcionar una atención efectiva..
Defraudados
El informe de la Dra. Hilary Cass revela que los niños que cuestionan su identidad de género han recibido tratamientos no probados. El servicio de desarrollo de la identidad de género ha utilizado bloqueadores de la pubertad y hormonas sexuales cruzadas, a pesar de las “muy escasas pruebas” en el bienestar de los jóvenes.
Cass aclara que su intención no es socavar la validez de las identidades trans ni cuestionar el derecho a la transición, sino mejorar la atención al creciente número de niños y jóvenes con trastornos relacionados con el género. La especialista solicitó a la Universidad de York analizar los resultados sanitarios de las personas que habían sido tratadas. Revela que seis de los siete servicios especializados en cuestiones de género para adultos del NHS “frustraron” ese intento. «La negativa a cooperar estaba coordinada. Me pareció que estaba impulsada ideológicamente”, declaró a The Guardian.
Manifestó que los “influenciadores en línea” han alimentado la confusión entre los jóvenes sobre su identidad de género y lo que tenían que hacer para cambiarla. Algunos de ellos les dan información muy desequilibrada y que los padres no lo entenderían por lo que separaron de sus padres o se distanciaron, cuando el apoyo familiar es clave para el bienestar de las personas con disforia de género-
La investigación de Cass llevó al servicio de salud británico a cerrar los centros que que se encargan de brindar apoyo y atención a niños y jóvenes con problemas de identidad de género, los Gender Identity Development Service. También se prohibió la administración de los bloqueadores de la pubertad y sugiere cambiar a un nuevo modelo “holístico” de atención. L os menores de 18 años que experimenten confusión sobre su identidad de género recibirán apoyo psicológico no intervención médica.
Claves del informe
El informe recomienda que jóvenes con disforia de género sean examinados para detectar trastornos del neurodesarrollo, como el trastorno del espectro autista o el TDAH, y que se evalúe su salud mental. Cass reconoce que algunos adultos transgénero “llevan vidas positivas y exitosas, y se sienten fortalecidos por haber tomado la decisión de hacer la transición”, pero también ha hablado con personas que han abandonado la transición arrepentidos profundamente de haber decidido la transición.
Hilary Cass destaca en el informe la debilidad de la evidencia existente, pues no hay pruebas sólidas sobre los resultados a largo plazo de las intervenciones médicas para gestionar la angustia relacionada con el género.
El Servicio de Desarrollo de Identidad de Género del NHS de Tavistock y Portman se creó en 1989. Cuando comenzó atendía a menos de 10 niños al año. La adopción de bloqueadores de la pubertad ocurrió en 2014. Un estudio de 2015-16 mostró la falta de resultados positivos mensurables, lo que destaca la poca efectividad de estos tratamientos. En 2020, Cass reveló que la evidencia sobre bloqueadores de la pubertad y hormonas cruzadas era débil, pero exacerbada por la desinformación en línea.
El debate sobre cómo cuidar a estos jóvenes está polarizado. Algunos médicos apoyan la afirmación de género y a otros les preocupa la medicación de niños y jóvenes..
Cambio de perfil
El informe destaca el cambio en el perfil de los pacientes desde 2014. Históricamente eran mujeres trans que se presentaban en la edad adulta. Ahora predomina un cambio hacia adolescentes registradas como mujeres al nacer. Un punto importante que menciona Cass es que la identidad de los jóvenes evoluciona con el tiempo y la transición puede no ser la mejor solución para todos. La participación de los padres en la toma de decisiones es fundamental. Sugiere evitar decisiones apresuradas y considerar una transición parcial en lugar de completa.
El informe de Cass ha sido bien recibido por expertos médicos, como el Dr. Lade Smith, presidente del Real Colegio de Psiquiatras. Wes Streeting, secretario de Sanidad en la sombra, destacó que el informe marca un hito en los servicios de identidad de género. Insistió en basar la atención sanitaria infantil en la evidencia y el bienestar de los niños.
Sallie Baxendale, catedrática de neuropsicología clínica en el University College de Londres, se escandalizó por la alarmante falta de pruebas que respaldaran los tratamientos prescritos a los niños con trastornos de género por más de una década. «Ha causado un daño significativo a algunos de los niños más vulnerables de nuestra sociedad», afirmó.
Hay críticas
No todos alaban el documento de Cass. Aidan Kelly, psicólogo clínico especializado en género, expresó su preocupación por la capacidad del NHS para reclutar personal capacitado para las nuevas clínicas. Kelly lamentó la pérdida de la experiencia acumulada y considera que el cambio de enfoque deja a Inglaterra desfasada respecto al resto del mundo.
La periodista transexual Amelia Hansford dijo que los jóvenes se encuentran ahora en una situación peor que la suya cuando buscó ayuda. Sin embargo, acogió con satisfacción algunas de las recomendaciones de Cass.
Cass estima que 270.300 e niños y jóvenes esperan apoyo de salud mental en Inglaterra. Los jóvenes sospechosos de autismo han esperado un promedio de nueve meses (295 días) para una cita. Pese a las recomendaciones del National Institute for Health and Care Excellence de realizar el diagnóstico dentro de los 3 meses posteriores a la derivación.
La atención a menores con disforia de género es un tema complejo que requiere un enfoque cuidadoso, basado en la evidencia, para garantizar el mejor resultado posible para cada individuo. A pesar de las propuestas prometedoras y la positiva acogida del informe, los desafíos persisten. Especialmente para resolver el cuello de botella de las largas listas de espera, la necesidad de reclutar personal capacitado y superar la toxicidad de debate con y sin expertos en el asunto.