Las grandes metrópolis siguen exhibiendo rascacielos con diseños de alto impacto. Espacios habitables, estéticos, hipertecnológicos y ahora, ecológicos. La arquitectura verde o eco arquitectura, avanza en formas y maneras de minimizar la afectación de las edificaciones sobre el medio ambiente y las personas. “Urban Sequoia”, un nuevo concepto que deslumbra por su audaz presentación, es un edificio sostenible que respira y que podría redefinir el futuro de las ciudades.
Ya es común en muchas ciudades, ver edificios con azoteas provistas para desarrollos agrícolas, o con jardines verticales a un costado. En el caso de Urban Sequola las aplicaciones ecológicas son más profundas e innovadoras. Esta propuesta, que nace de un equipo de arquitectos en Nueva York, lleva el nombre de un árbol, la secuoya roja o secuoya de California. Suelen ser longevos y poseer la conífera más alta que existe, pues llegan a alcanzar 115,61 metros de altura y 7,9 m de diámetro en su base. Con esa dimensión es visualizado el complejo urbanístico del futuro.
En la reciente cumbre climática COP26, en Glasgow, la firma global de arquitectura Skidmore, Owings & Merrill presentó su proyecto. A sabiendas del impacto ambiental de los edificios, no descartaron la construcción de inmensas moles urbanísticas, sino que éstas generen menos daño posible.
SOM reconoce que los arquitectos difícilmente están libres de culpa medioambiental. «La pregunta que nos hicimos», dice Chris Cooper, socio de la compañía, es «¿cómo se puede hacer un edificio que haga más bien que mal?». Entonces idearon Urban Sequoia. Un prototipo para construir un futuro libre de carbono; en otras palabras, que los edificios y su contexto urbano absorban carbono a un ritmo sin precedentes, sostiene.
Urban Sequoia, un gigantesco edificio sostenible
En Urban Sequoia, SOM ha desarrollado el primer paso para lograr este objetivo a gran escala, con un prototipo de edificio sostenible de mucha altura que se puede construir hoy.
Explican sus diseñadores que la necesidad de transformar la construcción es clara. Este sector genera casi el 40% de todas las emisiones globales de carbono. A medida que las poblaciones urbanas continúen creciendo en las próximas décadas, los estudios han predicho que se necesitarán otros 230 mil millones de metros cuadrados de nuevos edificios para 2060.
Cooper explica el potencial de crear una economía circular que absorba carbono. “Estamos evolucionando rápidamente más allá de la idea de ser neutros en carbono. Ha pasado el tiempo de hablar de neutralidad. Nuestra propuesta para Urban Sequoia, y en última instancia, ‘bosques’ enteros de Sequoias, es otro concepto de edificios. Y por lo tanto, de nuestras ciudades, que sean parte de la solución al diseñarlos para secuestrar carbono, cambiando el curso del cambio climático».
Insiste el arquitecto que “este es un camino hacia un futuro más sostenible al que se puede acceder. Imagínese un mundo en el que un edificio ayuda a sanar el planeta”, indicó Kent Jackson, también socio de SOM. “Desarrollamos nuestra idea para que pudiera aplicarse y adaptarse a satisfacer las necesidades de cualquier ciudad del mundo, con el fin de generar un impacto positivo a cualquier escala de construcción”.
Urban Sequoia reúne diferentes corrientes de pensamiento de diseño sostenible, las últimas innovaciones y tecnologías emergentes y las reinventa a la escala de un edificio. Integra biomateriales, biomasa avanzada y tecnologías de captura de carbono. Este proyecto logra reducciones de carbono sustancialmente más significativas que las que se han logrado aplicando estas técnicas por separado.
Bioladrillo, cánamo, biocemento
Para las ciudades, el prototipo Urban Sequoia de SOM es un edificio sostenible de gran altura que puede secuestrar hasta 1.000 toneladas de carbono por año, lo que equivale a 48.500 árboles. icorpora soluciones y materiales basados en la naturaleza que utilizan mucho menos carbono que las opciones convencionales y absorben carbono con el tiempo.
Los materiales como el bioladrillo, el cáñamo, la madera y el biocemento reducen el impacto del carbono de la construcción en un 50%. En comparación con el hormigón y el acero. Un enfoque progresivo podría reducir las emisiones de la construcción en un 95%.
“El poder de esta idea es lo alcanzable que es. Nuestra propuesta reúne nuevas ideas de diseño con soluciones basadas en la naturaleza. Tecnologías de absorción de carbono emergentes y actuales y las integra de formas nunca antes vistas en el entorno construido”, dijo Yasemin Kologlu, director de SOM.
Pero, en el mercado inmobiliario del mundo, hay otras opciones. Tal vez más modestas, pero igualmente amigables con el medio ambiente. En España, las publicaciones especializadas, hablan de al menos diez edificaciones de ese tipo. Una de ellas, es la sede de la Oficina de la Propiedad Intelectual de la UE (EUIPO), en Alicante. El inmueble alcanzó la más alta calificación internacional debido a su sostenibilidad, el certificado ‘Breeam’. Esta etiqueta de calidad evalúa diez criterios: gestión, salud y bienestar, energía, transporte, agua, materiales, residuos, uso ecológico del suelo, contaminación e innovación.
La EUIPO cuenta con una instalación fotovoltaica que se complementa con otros elementos renovables, como aerogeneradores, bomba geotérmica y solar térmica. Además están la torre del BBVA, restaurado por OHL; el edificio Oxxeo, el centro Canalejas, el rascacielos Caleido, y las sedes de Cofides e Idex, en Madrid.
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