António Guterres reiteró su mensaje por la paz y el respeto a los derechos humanos en el contexto de la pandemia por la COVID-19. El llamamiento es a todos los sectores de la sociedad para que pongan fin al «discurso del odio», desatado globalmente.
La pandemia ha lucido como la excusa perfecta para que el discurso del odio y los ataques xenofóbicos hacia migrantes y refugiados campen a sus anchas.
El secretario general de la ONU instó principalmente a los gobiernos a que trabajen por la cohesión social. Los líderes políticos están llamados a «mostrar solidaridad con todos los miembros de sus sociedades».
#COVID19 does not care who we are, where we live, or what we believe.
Yet the pandemic continues to unleash a tsunami of hate and xenophobia, scapegoating and scare-mongering.
That’s why I’m appealing for an all-out effort to end hate speech globally. pic.twitter.com/ojh957xhQq
— António Guterres (@antonioguterres) May 8, 2020
Fin al discurso del odio
El segundo sector que toca el mensaje de Guterres es el de la educación. Exhortó a las instituciones educativas a enfocarse en la alfabetización digital, entendiendo que miles de millones de estudiantes están gran parte del tiempo en línea, mientras los extremistas están a la caza de audiencias cautivas y desesperadas para pregonar sus ideas.
Los medios de comunicación también tienen un rol fundamental en la disminución del discurso del odio. Apuntó específicamente a las empresas de la redes sociales para que hagan más por el respeto de los derechos humanos. ¿Cómo lo pueden hacer? Eliminado contenido racista, misógino y en general dañino en línea con el derecho internacional humanitario.
La sociedad civil también tiene un rol y una tarea: fortalecer sus propios medios para ayudar a los más vulnerables. Y por último la religión en todas sus manifestaciones. «Los actores religiosos deben ser el modelo del respeto mutuo».
Para cada uno en el planeta
El mensaje de António Guterres es para cada ser humano en el mundo en cualquier lugar donde se encuentre. La pandemia es una oportunidad para que los seres humanos nos tratemos con dignidad y amabilidad.
Finalmente recordó que en 2019 lanzó la Estrategia y Plan de Acción sobre el Discurso del Odio de las Naciones Unidas. El objetivo de Guterres es mejorar los esfuerzos de la ONU contra un flagelo que cobra cada día más fuerza.
La iniciativa lanzada en junio proporciona ideas para abordar las causas fundamentales y los factores que conducen al odio. El deber de todos en el planeta es «proteger a las personas, acabar con el estigma y prevenir la violencia», al mismo tiempo que se lucha contra el virus de la COVID-19. «Derrotemos el discurso del odio y la COVID-19 juntos», dijo.
China y el origen de la COVID-19
Al mismo tiempo que António Guterres instó al mundo a trabajar conjuntamente para derrotar al virus del SARS-CoV-2 y la xenofobia, China manifestó que siempre ha estado dispuesta a colaborar con la OMS en la búsqueda del origen del virus de la COVID-19. La declaración la hizo la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Hua Chunying.
Desde la Administración de los Estados Unidos, principalmente, hay un creciente interés por conocer el origen del virus de la COVID-19.
Tanto el presidente estadounidense, Donald Trump, como el secretario de Estado, Mike Pompeo, han declarado que el SARS-CoV-2 se originó un laboratorio de Wuhan. Una versión bastante débil, ya que hasta ahora no hay pruebas al respecto.
Una fuente animal
La OMS insiste en que el origen de la pandemia por la COVID-19 tiene una fuente animal, asegurando que la evidencia científica apunta a que el SARS-CoV-2 no es un virus que haya sido manipulado o fabricado en un laboratorio.
De acuerdo con las declaraciones de Chunying, el Comité de Emergencias recomendó que la OMS, la Organización Mundial de Sanidad Animal, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura más lo países miembros investiguen la fuente animal del nuevo coronavirus.
En ningún momento mencionó cuándo invitará China a la OMS a participar en una investigación conjunta para encontrar el origen de la COVID-19. Reiteró y confirmó que China estaba abierta a investigar sobre el origen de la enfermedad.
Señaló que encontrar el origen del virus es una cuestión científica que debe dejarse en manos de los expertos sobre el control de enfermedades. Sin tapujos señaló que en los Estados Unidos se están divulgando «disparates» sobre la fabricación y propagación del virus en China, colocando al país en el banquillo de los acusados y buscando una indemnización.
Ante tal enfoque recalcó que China se opone firmemente, ya que va en contra de la «voluntad original de la investigación científica e interfiere con la cooperación intencional»,
La búsqueda del origen de la pandemia se ha vuelto un cóctel de opiniones políticas y científicas, donde mucha veces se pierde el foco: investigar el origen de la pandemia es avanzar en la lucha contra el virus. El reiterado mensaje de cooperación para frenar el discurso del odio y la xenofobia en el mundo de Guterres no pareciera una mera casualidad.
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