Por Cambio16
02/03/2016
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El líder de Podemos, Pablo Iglesias, ha pedido al del PSOE, Pedro Sánchez, que rectifique su pacto con Ciudadanos, a quien se ha referido como «naranja mecánica», y le ha pedido que vuelva a negociar con Podemos y que evite que el poder acabe en manos de las oligarquías y el PP por su pacto con C’s.
En el que ha sido su primer gran discurso en el Congreso, Iglesias ha confirmado su voto en contra de la investidura de Sánchez en una intervención que ha comenzado reivindicando la lucha del 15M y ha aprovechado para criticar duramente no sólo al PSOE, sino también al PP y a Ciudadanos.
Iglesias ha reprochado a Sánchez que se haya equivocado de socio y haya elegido uno que le echará en manos del PP, y le ha reclamado que rectifique, que trate a Podemos «de igual a igual», como un socio con quien comparten responsabilidades.
«Esperaba otra cosa de un socialista», ha llegado a decir el líder de Podemos, quien en otro momento de su intervención ha advertido a Sánchez de que puede acabar teniendo que entregar la S y la O de las siglas del Partido Socialista Obrero Español, por haber renunciado a defender a los trabajadores con ese pacto con C’s.
«Aún puede rectificar y ser presidente», ha asegurado después de arrojar duras críticas a los socialistas, también por su pasado.
Incluso, después de mencionar al exministro Carlos Solchaga y sus políticas neoliberales, ha aconsejado a Sánchez también que «desconfíe de los consejos de aquellos que tienen manchado su pasado de cal viva», aludiendo así a uno de los episodios más negros de los GAL. Pero ha tenido críticas para todos. Ha sido también el más duró al reprochar al PP la corrupción.
El PP «es el partido que ha hecho de la corrupción y la injusticia una forma de Gobierno», ha dicho tras haber recordado que esta formación política fue fundada «por siete ministros de la dictadura». «Algunos de ustedes son hijos políticos del totalitarismo», les ha espetado Iglesias en su intervención a algunos miembros del Gobierno, a quienes ha acusado de haber sido «arrogantes con los débiles y serviles con los poderosos» y ser los principales responsables de que la corrupción y la injusticia se hayan convertido en la mayor vergüenza de España. «Son ustedes los convidados de piedra en esta investidura», ha asegurado a Mariano Rajoy el líder de la formación morada.
Poco después ha llegado el tiempo para el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, a quien ha llegado a acusar de representar «la peor de las tradiciones políticas españolas», de actuar como «marioneta de los poderosos» y de no tener más ideología que su cercanía al poder.
En opinión de Iglesias, Rivera -a quien ha reconocido que es un político hábil- podía haber sido perfectamente un líder del «Komsomol» -organización juvenil del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS)- y jefe de Escuadra tras la Guerra Civil.
El discurso de Iglesias ha estado plagado de citas. Desde Maquiavelo, a quien ha comparado Albert Rivera, al subcomandante Marcos, de Chiapas (Mexico), al que ha citado para pedir al PSOE que no les engañe: «En el engaño nada florece, en la verdad todo es posible».
Rajoy y el «bluf»
El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, ha acusado al líder socialista, Pedro Sánchez, de «tomar el pelo a los españoles» y protagonizar un «bluf» con el único fin de sobrevivir y de iniciar su campaña electoral ante unos nuevos comicios.
En el debate de investidura, Rajoy ha arremetido con fuerza contra Sánchez y sus negociaciones para intentar formar gobierno, y también contra el pacto que ha firmado con Ciudadanos, un acuerdo «de muy limitada relevancia» que se ha presentado como si fuera el «Pacto de los Toros de Guisando».
Además ha reprochado a Sánchez que tras firmar este pacto haya decidido «sabotearse a sí mismo» organizando «una subasta de última hora» para tratar de sumar a otros partidos antes de la votación de hoy, ofreciendo un «sinfín de prebendas» para ver si «algún despistado» acababa votándolo.
Mariano Rajoy ha arremetido también contra el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, cuando ha advertido de las versiones «contradictorias» que él y Sánchez hacen del pacto que han firmado, y mientras el primero dice que está hecho «al gusto del PP», el líder socialista lo califica «de izquierdas» para convencer a Podemos
«¿Qué es este curalotodo, el bálsamo de Fierabrás», ha ironizado Rajoy, quien ha afeado a Sánchez haberse pasado un mes «improvisando programas, poniendo y quitando cosas hasta el último minuto, como quien prepara el menú de la boda para dejarla al gusto de todos.
En suma, el líder del PP ha reprochado a Sánchez que, tras comprobar que no podía pactar con Podemos por las «exigencias» del partido de Pablo Iglesias, haya empleado este último mes montando una «comedia» para asegurarse la supervivencia y «apostar por las elecciones».
Y ha acusado al secretario general del PSOE de no haber sido «leal» en este periodo con los españoles, a quienes les ha «ocultado la verdad» y les ha hecho «esperar contra toda esperanza».
El presidente del Gobierno en funciones ha considerado que, en realidad, Sánchez «no ha movido un dedo» para formar gobierno, mientras ha vetado en todo momento al PP, el partido que ganó las elecciones, y ha tratado de vender a los españoles que quien había vencido en realidad era «un tal señor cambio».
Como el «ejemplo más singular de cerrazón que ha conocido la política española» ha definido Rajoy la decisión de Sánchez de rechazar cualquier asociación con el PP y de rechazar incluso «la conversación» con los ‘populares’, que representan a más de siete millones de votantes.
Rajoy, que ha vuelto a justificar su rechazo al ofrecimiento del Rey ser candidato a la investidura, ha recurrido a la economía para justificar la negativa de su grupo a la investidura del líder socialista.
Así, ha advertido de que la actitud de Sánchez en este proceso ha «abierto de par en par una gran puerta a la desconfianza» y España ha pasado de ser un estímulo en Europa a convertirse en una «zona de sombra», mientras quedan aparcadas muchas decisiones económicas, inversiones, iniciativas empresariales y ofertas de empleo.
Igualmente ha señalado que «el pasado no le avala» a Sánchez, porque los socialistas son quienes «siembran déficit y paro con la misma naturalidad que noviembre trae los catarros y la primavera las alergias».
Con la definición de bluf, que según el diccionario es un «montaje propagandístico para crear un prestigio que posteriormente se revela falso», ha acabado Mariano Rajoy, quien ha apelado a su deber de votar contra lo que supone, ha dicho, una «amenaza para los intereses de los españoles».
Sánchez responde
En su réplica al presidente del Gobierno en funciones durante el debate de investidura, Sánchez ha señalado que si Rajoy «hubiera tenido coraje y valentía política, debería haber estado aquí hablando y no sentado en su escaño». «Ese es su mayor fracaso, su renuncia, este debate es la viva prueba de ese fracaso», ha asegurado.
Nada más subir a la tribuna, Sánchez ha afeado a Rajoy el tono de «falta de respeto» de su intervención: «Escuchándole me reafirmo en la necesidad de cambiar el gobierno en el fondo y la forma», le ha espetado.
Sánchez, que ha optado por contestar de forma individual a Rajoy tras la intervención de éste, se ha reafirmado en la oferta que hizo ayer para «desterrar el insulto» de la vida pública y ha acusado al presidente en funciones de hacer un «ejercicio de imposición y soberbia, que es la forma más débil de ejercer el poder».
El candidato socialista ha pedido a Rajoy que no critique a quienes han «puesto en marcha el reloj de la democracia» y han dado «ejemplo de valentía y coraje» y ha calificado de «frívola» su «voluntad de cambio y de acuerdo».
«Nos propone cambiar de gobierno, de presidente y de políticas, pero con la condición de que usted siga siendo el presidente, de que el gobierno sea del PP y de que haga las políticas del PP, y luego me llama usted a mi frívolo», le ha dicho.
Sánchez ha sostenido que Rajoy se «escabulló» del encargo del Rey para formar gobierno con el argumento de que él ya había pactado con el líder de Podemos, Pablo Iglesias; un pacto inexistente con un partido que, paradójicamente, «puede ser esta semana su tabla de salvación».
En su réplica a Rajoy, el líder socialista también ha defendido que su acuerdo con Ciudadanos es una «enmienda a la totalidad» de la políticas que el Gobierno de Rajoy ha desarrollado durante los últimos cuatro años.
Rivera y la pinza
El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, ha pedido al PP que permita poner en marcha el acuerdo de gobierno entre PSOE y C’s y abandone la «extraña pinza» que está haciendo con Podemos porque, de lo contrario, estará votando con el partido de Pablo Iglesias y con los independentistas.
Rivera, que también se ha subido por primera vez a la tribuna de oradores del Congreso, ha señalado en cualquier caso que Rajoy no puede liderar esta nueva etapa porque no cree en las reformas necesarias para España y tampoco es la persona que puede abandonar la lucha contra la corrupción.
Ha defendido su pacto con el PSOE y ha advertido «a quienes les dé pereza dialogar», quienes sólo quieren «insultar» o a los que ven sólo «en blanco y negro», que les esperan «tiempos muy oscuros».
Durante su media hora larga de intervención, ha asegurado que su partido ha ido al Congreso a «trabajar por los españoles» que son quienes les «pagan el sueldo» y ha pedido a otros partidos que «dejen de pelearse por las sillas» y empiecen a pensar en el país.
Lo ha dicho pensando en Rajoy pero también en Iglesias, acusando a Podemos de no apoyar el pacto que han firmado PSOE y C’s porque «no puede cumplir» con las confluencias que están dentro de su grupo y que piden un referéndum que, ha advertido, no piensan permitir.
Ante el debate territorial, ha subrayado, no vale el inmovilismo y ha insistido en que hay que reformar la Constitución, algo para lo que, ha recordado, seguirá pidiendo el apoyo del PP porque necesita de su respaldo.
Durante este punto del discurso en el que Rivera hablaba del debate soberanista, un diputado ha gritado en catalán «Viva Cataluña libre», a lo que el líder de Ciudadanos ha respondido «Visca Catalunya libre de corrupción». El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, ha pedido recuperar la clase media trabajadora y volver a recuperar el milagro español para redistribuir la riqueza.
Ha dedicado buena parte de su tiempo a hablar de economía y a afirmar que uno de los objetivos de Ciudadanos es recuperar la clase media trabajadora y «ponerse a trabajar por los españoles, porque los ciudadanos son los jefes».