Varias instancias del ejecutivo europeo están decididas a avanzar en el largo camino hacia la sostenibilidad empresarial. El Consejo Europeo y el Parlamento Europeo, en decisiones separadas pero uniformes, impulsan una normativa innovadora para que las empresas del bloque operen con un enfoque responsable con los derechos humanos y el medioambiente.
La aprobación de la Directiva sobre diligencia debida de las empresas en materia de sostenibilidad refuerza la posición del continente como líder global en sostenibilidad empresarial y derechos humanos. Establece la obligación de que las grandes empresas con actividades importantes en la UE lleven a cabo la debida diligencia medioambiental y de derechos humanos en sus operaciones y en toda la cadena de suministro de materias primas o productos específicos.
Después de varios años de desarrollos legislativos sobre la regulación de la diligencia debida, la UE se dirige a armonizar los requisitos en todos los Estados miembros de la UE. Y nivelar el campo de juego para las empresas activas en el mercado europeo. La directiva aprobada por el Parlamento Europeo fomenta un comportamiento empresarial sostenible y responsable, y ancla los derechos humanos y las consideraciones medioambientales en las operaciones y el gobierno corporativo de las organizaciones.
Garantizará que las empresas aborden los impactos adversos de sus acciones, incluidos los de sus cadenas de valor, dentro y fuera de Europa. De este modo se reducirá el riesgo de que se produzcan impactos adversos sobre los derechos humanos y el medio ambiente dentro de las cadenas de valor mundiales. Existe un calendario de introducción progresiva de las disposiciones de tres a cinco años en función del tamaño y el volumen de negocios de las empresas.
Sostenibilidad empresarial, ¿en qué consiste?
La directiva espera que la sostenibilidad empresarial se constituya en una ventaja competitiva permanente. Si una organización incumple la norma y se producen daños ambientales o contra las personas, podría enfrentarse a sanciones económicas.
El texto se incentiva a los directores para que contribuyan a los objetivos de sostenibilidad y mitigación del cambio climático. Su aplicación supone un cambio significativo en la gobernanza de la conducta empresarial en la UE, con implicaciones fuera del bloque. Exige además transparencia en la divulgación de información e impone la obligación de actuar diligentemente para prevenir y corregir posibles daños.
Muchos grupos interesados, entre ellos representantes de la sociedad civil, ciudadanos de la UE, empresas y asociaciones han reclamado normas obligatorias de diligencia debida. El 70% de las empresas que respondieron a una consulta pública enviaron un mensaje claro: es necesaria una actuación de la UE para obtener alcanzar la sostenibilidad empresarial.
Las compañías están conscientes en hacer frente a los efectos adversos de sus acciones sobre los derechos humanos o el medio ambiente, pero los adelantos son lentos y desiguales. Las cadenas de suministro, cada vez más complejas y globales, dificultan a las empresas la obtención de información fiable sobre las operaciones de los proveedores.
La fragmentación de las normas nacionales sobre obligaciones de diligencia debida en materia de sostenibilidad frena aún más la adopción de buenas prácticas. Las medidas aisladas de algunos Estados miembros no bastan para ayudar a las empresas a explotar todo su potencial y actuar de forma sostenible.
La Directiva podría renovar la cadena de suministro, modificando sus impulsores de valor subyacentes y su economía, al cambiar cómo y dónde opera. La ecologización de la cadena de suministro podría acortarla geográficamente. La propiedad intelectual, la tecnología ecológica y la generación de energía renovable, pueden generar nuevo valor.
Impacto fiscal
El paso hacia la sostenibilidad empresarial tiene implicaciones fiscales de gran alcance. Alteran los precios de transferencia y los modelos de propiedad intelectual. Llevan a las organizaciones a nuevos mercados y cadenas de valor, al tiempo que abandonan o reestructuran otros.
A medida que cambie la huella física y transaccional de los bienes, también lo hará el perfil fiscal indirecto y aduanero de la organización, reseña la firma KPMG en un análisis.
Las organizaciones deben asegurarse de que llevan a cabo un estudio de la cadena de valor fiscal en su modelo de negocio refinado, que debería ser el primer paso hacia la gestión de la propiedad intelectual, los precios de transferencia y las consecuencias fiscales indirectas.
Un cambio de este tipo es una oportunidad para reevaluar la posición fiscal de una organización. Las decisiones sobre el origen de los bienes o materiales y su método de transporte afectarán a la posición aduanera y a los impuestos especiales. Esas decisiones, en las circunstancias adecuadas, también pueden permitir a las empresas desbloquear el impuesto sobre el valor añadido atrapado en la cadena de suministro.
Del mismo modo, a medida que la contratación sostenible adquiera un papel más destacado en las organizaciones, los responsables fiscales deberán valorar su contribución a efectos de los precios de transferencia.
Trabajadores en condiciones inhumanas
GreensEFA, una agrupación que incluye eurodiputados verdes y activistas, están satisfechos con la aprobación parlamentaria de la normativa que impulsa a la sostenibilidad empresarial.
Afirma que la directiva es un hito para la conducta empresarial responsable. Por primera vez los Principios Rectores de las Naciones Unidas sobre las Empresas y los Derechos Humanos se codificarán en la legislación de la UE.
Heidi Hautala, vicepresidenta del Parlamento Europeo, relatora alternativa de Los Verdes/EFA sobre la Directiva en la comisión de Asuntos Jurídicos valoró la decisión. “La votación representa la culminación de años de trabajo. Es un logro de una amplia coalición de actores. Incluidos legisladores, organizaciones de la sociedad civil, empresas líderes, académicos y sindicatos. La directiva habría fracasado en el Consejo sin un impulso sin precedentes de todos estos actores y el gran trabajo de la presidencia belga”.
Consideró que “es difícil exagerar la importancia de esta legislación, a pesar de que algunos Estados miembros suavizaron la directiva en el último momento. Los efectos de esta directiva serán considerables. Con una implementación adecuada, podemos demostrar que esta ley tiene fuerza y conducirá a mejoras tangibles sobre el terreno. Puede dar esperanza a millones de personas que trabajan en condiciones inhumanas”.
Hautala señaló: “Hoy es motivo de celebración. Mañana continuaremos nuestro trabajo”.