Cada vez más son los síntomas asociados con la COVID-19. Mucha agua ha corrido desde aquellos que en enero relacionaban la enfermedad solo con tos, fiebre y dificultad para respirar. En la actualización de su documento de preguntas y respuestas sobre el coronavirus, la OMS (Organización Mundial de la Salud) incluyó las dificultades para hablar y moverse, entre otras muchas.
Aunque señala que los más habituales son la fiebre, la tos seca y el cansancio, califica como otros menos frecuentes los dolores y molestias, la congestión nasal, el dolor de cabeza, la conjuntivitis, el dolor de garganta, la diarrea, la pérdida del gusto o el olfato y las erupciones cutáneas o cambios de color en los dedos de las manos o los pies.
Las personas infectadas con el SARS-CoV-2, que en el mundo ya ha contagiado a cerca de 5.000.000, solo presentan síntomas muy leves. Y alrededor del 80% se recupera sin necesidad de tratamiento hospitalario. Ese 20% restante, uno de cada cinco, acaba presentando un cuadro grave y experimenta dificultades para respirar.
Este porcentaje generalmente incluye a las personas mayores y las que padecen afecciones médicas previas como hipertensión arterial, problemas cardiacos o pulmonares, diabetes o cáncer.
“Sin embargo, cualquier persona puede contraer la COVID‑19 y caer gravemente enferma. Las personas de cualquier edad que tengan fiebre o tos y además respiren con dificultad, sientan dolor u opresión en el pecho o tengan dificultades para hablar o moverse deben solicitar atención médica inmediatamente. Si es posible, se recomienda llamar primero al profesional sanitario o centro médico para que estos remitan al paciente al establecimiento sanitario adecuado”.
Distanciamiento físico, aislamiento y cuarentena
La OMS en su documento establece las diferencias entre distanciamiento físico, aislamiento y cuarentena.
En el primer caso recomienda la separación de al menos un metro entre las personas si se encuentran bien y no han tenido exposición a la COVID-19, aunque cada vez más los especialistas han llevado esa distancia a dos metros. Incluso en el proceso de desescalada iniciado por muchos países es dos metros la referencia que están usando principalmente.
No obstante hay estudios que se han realizado en centros de investigación y universidades en Bélgica, Países Bajos y Chipre que han concluido que dos metros es una distancia insuficiente si se trata de actividades al aire libre, por los efectos que pueda tener el viento en la movilización de las gotículas, que la OMS señala que “son relativamente pesadas, no llegan muy lejos y caen rápidamente al suelo. Una persona puede contraer la COVID‑19 si inhala las gotículas procedentes de una persona infectada por el virus”.
El aislamiento es una medida importante que adoptan las personas con los síntomas de la enfermedad para evitar infectar a otros. Se produce en el momento en que la persona con fiebre, tos u otros síntomas se queda en casa y no va al trabajo, a la escuela o a lugares públicos. Lo puede hacer voluntariamente o por recomendación médica.
La cuarentena tiene el objetivo de evitar la propagación de la enfermedad. Es restringir las actividades o separar a las personas que no están enfermas pero que pueden haber estado expuestas a la COVID‑19.
En el documento, la OMS subraya que la mejor forma de uno protegerse y también a otros es con la higiene respiratoria y de las manos, en todo momento.
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