Por Cambio16
10/10/2016
Gobiernos de izquierdas, multitud de críticas internacionales, fuertes movimientos de oposición interna y acusaciones de autoritarismo y dictadura. Cuba y Venezuela comparten esas características que han llevado en ocasiones a equiparar a ambos países y a sus respectivos modelos políticos.
El catedrático de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales de la Universidad Complutense de Madrid, Rafael Calduch, recalca que entre las dos naciones, separadas por apenas 2.000 kilómetros, «hay más diferencias que similitudes». No obstante, en lo que sí han coincidido ambos países, según él, es en situaciones de desabastecimiento que han provocado escasez de productos y alimentos.
El catedrático apunta a que en el caso de Cuba esa falta de comida se dio «cuando dejó de recibir apoyo y ayuda de la URSS», que intercambiaba productos básicos como el azúcar que se producía en la isla por petróleo y otros bienes que se importaban desde la potencia comunista. Pero cuando se desmembró, «el régimen cubano también se desmoronó y tuvo serios problemas de abastecimiento».
En Venezuela, en cambio, se utilizaron los ingresos que ha ido obteniendo de la venta del petróleo «no para desarrollar la industria y la economía agraria sino para generar clientelismo, dando subvenciones a cambio de traer recursos de la economía productiva«. Así, explica Calduch, «a pesar de los recursos agrarios que dispone, como el país no desarrolló su industria no es capaz de garantizar su autoabastecimiento».
Consecuencias en la movilización
El profesor advierte de las consecuencias que este tipo de situaciones provocan en los países. Y menciona el efecto que está teniendo, actualmente, en la movilización de la sociedad venezolana: «La falta de productos básicos hace que se arruinen las clases medias y se produzca una polarización de la sociedad, pero también genera una dinámica de desmovilización social. Se producen dos fenómenos aparentemente contradictorios, porque tirarte horas cada día para poder conseguir alimentos te deja poco tiempo para otras historias».
Las cosas serían ahora diferentes en Cuba. «Porque allí existe polarización política, pero no una polarización social y económica como en Venezuela ni un aumento de la violencia entre los polos políticos del país».
El origen de las diferencias entre ambos países está, a su juicio, en el propio nacimiento de los sistemas que rigen la política de cada uno de los territorios. Así, explica que mientras en Cuba existe un «régimen que surgió de un proceso revolucionario» con un «partido único que se constituyó como tal», en Venezuela fueron unas elecciones las instauraron «un liderazgo populista». Son, a su juicio, «modelos radicalmente distintos» porque «el castrista no es un régimen populista» y, «aunque tuvo un liderazgo muy claro de Fidel Castro» tiene «un aparato del partido que ha perpetuado el régimen».
La legitimación del líder
En cambio, insiste, «el régimen chavista no tiene una estructura de partido que lidere el movimiento y el país», y por eso «se ha desmoronado con el fallecimiento de Hugo Chávez», perdiendo, según él, el respaldo de la mayoría de la ciudadanía así como el peso regional que mantuvo durante el mandato del también comandante. «Los seguidores del movimiento chavista no perciben lo mismo en un Maduro que se le aparece a un pajarito que le habla de Hugo Chávez. El propio Maduro ha intentado personalizar la legitimidad que tenía Hugo Chávez, pero la personalidad de Hugo Chávez no es la de Maduro. Y esto genera enfrentamiento en las cúpulas», señala.
También distingue «diferencias muy claras» en cuanto a la gestión del país. Recuerda que el «castrista es un régimen básicamente rural porque el turismo desapareció con la revolución», mientras que Venezuela, «además de los recursos agrarios», existen «recursos energéticos pero muy poco desarrollados. Carece de refinerías y exporta básicamente todo su crudo». Por eso cita esas «bases socioeconómicas distintas»: «El régimen castrista cuando le falla apoyo de la URSS se desmorona, mientras el venezolano cae cuando baja el precio del petróleo».
Calduch añade que «el discurso político también es diferente», porque el cubano se basa «en una visión internacionalista de raíces comunistas», si bien «el régimen chavista carece de esa visión internacionalista».