Por Isabel Pérez
16/10/2016
Los casi dos millones de habitantes de este minúsculo territorio de la costa este del mediterráneo viven desde 1967 bajo control militar israelí. El asedio se multiplicó en 2006 con la llegada al poder de Hamas. Israel justifica el castigo como una medida de seguridad.
Qué es un bloqueo? ¿Cuándo y por qué Israel decidió imponerlo sobre Gaza?
Bloqueo significa impedir el movimiento de bienes, mercancías y personas. La franja de Gaza, con 365 km² y 1,8 millones de habitantes, está bajo ese régimen desde 2006, año en el que el movimiento islamista Hamas arrebató el poder por las armas a Fatah, la principal facción palestina. Sin embargo, el bloqueo ha existido en la franja desde hace muchos más años. Es territorio bajo ocupación y está regido por leyes y órdenes militares israelíes desde la Guerra de los Seis Días de 1967.
El territorio de la franja está demarcado por la Línea Verde, establecida en el Armisticio árabe-israelí de 1949, al norte, este y sur. A lo largo de ésta, Israel ha levantado muros, vallas y alambradas. De los cinco pasos terrestres fronterizos, Israel sólo permite la apertura de dos para el paso de mercancías y personas. El acceso se permite únicamente a portadores de permisos israelíes, difíciles de adquirir.
Al oeste, en el mar Mediterráneo, la marina israelí impide el transporte naval. Ningún barco llega a Gaza. También obstaculiza la pesca a más de seis millas náuticas de la costa, a veces incluso a una sola milla, a pesar de que los Acuerdos de Oslo (1993) dispusieron 20. El espacio aéreo está ocupado por drones y cazas israelíes. La franja tenía un aeropuerto internacional, inaugurado en 1998, pero fue bombardeado y dejó de operar en 2000. España aportó 31 millones de euros en su construcción. Así se completa el bloqueo por aire, mar y tierra, mientras el único paso no israelí, Rafah, en la frontera con Egipto, se cierra a cal y canto la mayor parte del año por parte de las autoridades egipcias.
Pero se permite la entrada de bienes y materiales necesarios, ¿no?
Israel sólo permite la entrada de bienes o materiales por un único paso fronterizo cuya capacidad de gestión de tonelaje y número de camiones es mucho menor de lo que la población necesita para tener una vida digna. En ocasiones, Israel disminuye la importación de bienes, como la gasolina o el diesel.
Según las leyes internacionales Israel, como poder ocupante, debería suministrar los bienes y servicios básicos necesarios para la vida en la franja sin costes. Sin embargo, las únicas ayudas gratuitas que llegan son las aportadas por organizaciones humanitarias. De ellas vive el 80% de la población.
Otra de las críticas es la calidad de los bienes que importa a la franja o que el material para reconstruir los hogares palestinos bombardeados por Israel sea de fabricación israelí. Hasta 2013, los gazatíes tenían como alternativa los túneles del mercado de estraperlo con Egipto. Entraba más cantidad y a precios mucho más asequibles. También cruzaban personas. Ese año, el Ejército del presidente egipcio Al-Sisi comenzó a derrumbar las vías subterráneas que también servían para tráfico de armas.
Parece que están pagando justos por pecadores… ¿Cómo afecta el bloqueo a la vida diaria?
El bloqueo lo justifica Israel por la presencia de Hamas. Con el paso de los años esta política israelí, unida a las tres grandes ofensivas militares (2008/9, 2012 y 2014) ha afectado gravemente a la economía del enclave costero, siendo este el lugar de todo el planeta con mayor tasa de desempleo: 43% (60% entre los jóvenes), según el FMI. Otra consecuencia es el acceso a los alimentos. Según la ONU, el 72% de la población sufre o está en riesgo de padecer inseguridad alimentaria.
Existe un importante déficit de viviendas y colegios, donde se hacen turnos de clases de mañana y tarde para escolarizar a todos los niños. Falta, asimismo, combustible y presupuesto, ya que la única central eléctrica -que no trabaja a pleno rendimiento desde su bombardeo en 2006- suministra una media diaria de ocho horas de electricidad.
Hamas también está inmersa en una crisis económica. Esto está provocando un drástico y arbitrario aumento de los impuestos sobre los comerciantes y también los consumidores que ya pagan un 16% de impuestos a Israel y un 1% a la Autoridad Palestina, según marca el Protocolo de París (1994).
Con todo, las noticias de casos de suicidios, o intentos de quitarse la vida, son cada vez mayores.
Que Israel y Hamas sean enemigos, ¿implica necesariamente que no hay ningún contacto entre ambas partes?
El movimiento Fatah, cuyo gobierno se estableció en la ciudad de Ramala, Cisjordania, tras la victoria de Hamas en las elecciones legislativas del año 2006, se presenta como único interlocutor válido para Israel y el conjunto de la comunidad internacional.
Oficialmente, el contacto entre las autoridades israelíes y la organización palestina se realiza a través de intermediarios como Egipto, pero hay ocasiones en las que representantes de Hamas e Israel se sientan juntos a negociar. Sucede en el paso Beit Hanún-Erez cuando, por ejemplo, la marina israelí confisca barcas de pescadores en las costas gazatíes y estos discuten las condiciones para devolverlas a sus dueños.
¿Tiene el Gobierno israelí una buena justificación para mantener el bloqueo?
Las autoridades israelíes afirman que su bloqueo sirve para impedir el terrorismo de Hamas: lanzamiento de proyectiles contra ciudadanos de Israel o incitación al odio y la venganza. Tras el Plan de Desconexión, de retirada de la franja de Gaza de 2005, el país creó unilateralmente una ‘zona de colchón’ buscando mayor seguridad frente a las milicias palestinas, pero en detrimento de la población de esos territorios, atacada diariamente dentro de un perímetro de 1,5 kilómetros dentro del territorio de la franja. La ONU, por su parte, considera a Hamas un grupo terrorista y, al mismo tiempo, advierte de que el bloqueo y las políticas de ocupación israelíes quebrantan convenios y leyes internacionales.
Si dejaran de lanzar cohetes desde Gaza, el Ejército israelí pararía de bombardear Gaza, ¿no? ¿Cuál es el escenario para que se levante el bloqueo?
Las fuerzas israelíes invadieron la franja en 1967, mucho antes de que Hamás, fundado en 1987, y sus cohetes existieran. Esto hace pensar que, aun sin la organización palestina, Israel aplicaría sobre la franja una política de represión y castigo colectivo como la que practica en Cisjordania o Jerusalén-Este donde no gobierna el movimiento islamista. Se trata, además, de una violencia estructural. El imperioso bloqueo y zonas de colchón israelíes en la franja son infranqueables, y los derechos de los ciudadanos palestinos son violados. La solución no llegará por la fuerza militar sino por la deliberación política. Aunque los actores principales son inflexibles y existen otro tipo de intereses, lejos de la defensa de los civiles de ambas partes, como el final de la ocupación y el desarme de las milicias palestinas.