Por PATRICIA MATEY
Consunción, tisis, mal del rey, peste blanca… Muchos y diferentes nombres se han utilizado a lo largo de la Historia para nombrar a una de las primeras enfermedades documentadas que ha padecido el ser humano: la Tuberculosis. Hoy, en su Día Mundial, vuelve a ponerse en alza que la batalla contra ella aún no se ha ganado.
¿Qué es la Tuberculosis?
Según la OMS, “una enfermedad causada por Mycobacterium tuberculosis, una bacteria que casi siempre afecta a los pulmones. Es curable y prevenible”.
¿Qué síntomas causa?
Tos intensa que dura 3 semanas o más, dolor en el pecho, tos con sangre o esputo (flema desde el fondo de los pulmones), debilidad o cansancio, pérdida de peso, falta de apetito, escalofríos, fiebre o sudor durante la noche, como documentan los Centros de Control de Enfermedades (CDC) de Atlanta (EEUU).
¿Sigue siendo un problema en España?
Como declara Jaime Esteban Moreno, portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), “continúa existiendo en nuestro país, con incidencias de 16 casos por cada 100.000 habitantes, cifra superior a la de la mayoría de los países de Europa Occidental. Nuestras especiales características geográficas, somos frontera con África, donde se encuentran las mayores incidencias de la patología, hace que este problema esté lejos de estar resuelto en el momento actual”.
¿Y en el resto de países?
Tal y como expone el GEIM (un grupo de estudio multidisciplinario de la SEIMC, que agrupa a todos aquellos socios de la Sociedad interesados en cualquiera de los aspectos relacionados con las Infecciones por microbacterias, incluida la tuberculosis), “fue la causa de más de 1.200.000 muertes en 2013 en todo el mundo, siendo el segundo microorganismo responsable de mortalidad global (tras el virus del Sida). Además, más de 8 millones de personas desarrollaron la enfermedad en dicho año. Ésta es especialmente prevalente en los países del África Subsahariana y en el Sur-Sudeste Asiático; en concreto, 22 países de estas zonas contribuyen al 80% de casos nuevos cada año. Sin embargo, la enfermedad puede encontrarse prácticamente en todo el planeta”.
¿Quiénes la contraen?
La tuberculosis (TB) puede afectar a personas de cualquier edad. Las de mayor riesgo son aquellas cuyos sistemas inmunológicos estén debilitados, según la información aportada por el Departamento de Salud de Nueva York (EEUU).
¿Cómo se contagia?
A través del aire, cuando una persona afectada con TB pulmonar tose o estornuda. Para que la infección ocurra es necesario que se produzca una exposición prolongada a un enfermo sin tratamiento.
¿Qué es la infección latente de la tuberculosis?
“Cuando una persona se contagia de un paciente con tuberculosis activa”, insiste el doctor Esteban, “las bacterias penetran en el organismo, donde la respuesta inmune del mismo tratará de controlar la infección. Si esto sucede, lo que pasa en la mayoría de los casos, los bacilos tuberculosos quedarán latentes en el organismo, sin causar daño al mismo. Este estado en el que el paciente es completamente asintomático, pero en el cual presenta una respuesta inmunológica frente a los antígenos tuberculosos, se define como infección tuberculosa latente (ITL)”.
¿Cuáles son las pruebas para diagnosticar la infección?
El experto de la SEIMC recalca que, “dado que el paciente es asintomático, las únicas pruebas para el diagnóstico de ITL son inmunológicas. La más usada hasta ahora es la prueba tuberculínica (consiste en inyectar a un sujeto un producto derivado del bacilo tuberculoso: la tuberculina o el derivado proteico purificado y medir la respuesta cutánea obtenida), que en nuestro país se realiza mediante la intradermorreacción de Mantoux.
En los últimos años se han desarrollado nuevas pruebas, denominadas IGRAs (de las siglas en inglés, Interferón Gamma Release Assays), en las que se mide la producción de interferón gamma en linfocitos del paciente tras ser expuestos a antígenos específicos de ‘Mycobacterium tuberculosis’. Estas pruebas son más específicas que las citadas en primer lugar e, incluso, poseen mayor sensibilidad. Sin embargo, su elevado coste, junto con el desconocimiento de las implicaciones que un resultado positivo tiene a largo plazo (lo que sí se conoce en la prueba tuberculínica) y otras cuestiones pendientes de resolver, han hecho que su uso todavía no se haya generalizado”.
¿Y si la prueba da positivo?
“Una persona con una prueba positiva para ITL no está enferma. No tiene signos ni síntomas y, especialmente, no es contagiosa. Sin embargo, tiene un riesgo de padecer tuberculosis a lo largo de su vida mayor que el de las personas negativas. Este riesgo es de entre un 10% y un 15 %, que es el porcentaje total de pacientes infectados que desarrollarán la patología, mientras que en no infectados dicho riesgo es casi nulo”, apostilla el experto.
Si existe la infección tuberculosa latente, ¿cómo se puede evitar el desarrollo de la enfermedad?
Una persona diagnosticada de ITL, en especial si el contagio es reciente, evitará su desarrollo con un tratamiento específico. “No obstante, dicha terapia deberá estar indicada por el médico especialista, puesto que numerosas variables del paciente pueden condicionar su administración”, subraya el doctor Esteban.
¿Qué sucede con los pacientes con infección por VIH?
Los que desarrollan una ITL tienen un riesgo mucho mayor de padecerla, en especial si no reciben tratamiento antirretroviral. Este potencial desarrollo dependerá del estado inmune del paciente, siendo el riesgo mayor a medida que el mismo se deteriora.
¿Cómo se puede prevenir la enfermedad?
La única forma eficaz actualmente es el diagnóstico precoz, el tratamiento completo y el aislamiento de los pacientes enfermos durante el tiempo considerado como contagioso. Simultáneamente, deben buscarse en el entorno del paciente posibles contagios con ITL, personas que deberán recibir el tratamiento adecuado para evitar que desarrollen la enfermedad.
¿Existe una vacuna?
“La vacuna actual (BCG) data de los primeros años del siglo XX y, aunque protege eficazmente a los niños frente a la tuberculosis meníngea y diseminada, su capacidad de protección frente al resto de formas de la patología es muy limitada. Se están investigando nuevas vacunas que mejoren esta tasa de protección”, insiste el portavoz de la SEIMC.
¿De qué tratamientos se dispone hoy en día?
En la actualidad, hay 10 medicamentos autorizados por Agencia estadounidense del medicamento (FDA, sus siglas en inglés). De todos ellos, los de primera elección, que son básicos en todo tratamiento, son isoniazida (INH), rifampicina (RIF), etambutol (EMB) y pirazinamida (PZA), según los CDC.
¿Cuál es el peligro de las cepas resistentes?
Tal y como puntualiza Médicos sin Fronteras, “la TB multirresistente a los medicamentos (MDR-TB) es una forma más grave que presenta al menos resistencias a los dos antibióticos de primera línea más potentes. No es imposible de curar, pero el tratamiento tiene muchos efectos secundarios y dura como mínimo dos años. Una cepa más nueva, la tuberculosis extremadamente resistente (XDR-TB), se da cuando la MDR-TB presenta resistencias a los medicamentos de segunda línea. Hoy día es virtualmente imposible de tratar”.
¿Qué retos plantea la tuberculosis?
“Este Día Mundial señalará un renovado esfuerzo para alertar a los Ministros de Salud de la emergencia mundial, nacional y regional contra la TB haciendo hincapié en la situación inaceptable de que muchos casos no están diagnosticados, tratados o no se curan. Es la oportunidad de participar con los directores nacionales de los programas internacionales de la enfermedad y otras entidades interesadas en la mejorar la calidad de los programas existentes y el acceso a la atención y servicios de los afectados. Sólo en EEUU, la campaña de este año pretende servir de plataforma también para poner de relieve la necesidad urgente de cubrir el déficit de financiación actual de los 850 millones de euros, aproximadamente, por año para intervenciones contra la patología. La importancia de eliminar las barreras de acceso a todos los diagnósticos y los medicamentos recomendados y hacer frente a la tuberculosis multirresistente, como una amenaza real a la seguridad sanitaria mundial, también serán puntos destacados de la celebración de este año. Todo ello sin olvidar que la TB debe ser una preocupación de todos que eleva la necesidad de la involucración general en la lucha contra ella”, detalla la Alianza para poner freno a la tuberculosis, fundada en 2001, con la misión de garantizar que el tratamiento de alta calidad está disponible para todos los que lo necesitan.