Cada 1º de diciembre el mundo conmemora el Día Mundial contra el VIH. Personas de todo el planeta se unen para apoyar a las personas que viven con el virus y también para recordar a quienes han fallecido por enfermedades relacionadas con el sida.
Este año toda la atención se ha enfocado en la pandemia de la COVID-19 y sobre cómo este nuevo coronavirus ha afectado la salud de las personas. Se ha podido comprobar cómo una pandemia hacen tambalear la existencia y la economía. También ha demostrado que los problemas de salud tienen que ver con otros problemas fundamentales como la desigualdad, los derechos humanos, igualdad de género, protección social.
El lema de este año es «Solidaridad mundial, responsabilidad compartida». Un lema que no solo se relaciona con la pandemia de la COVID-19, sino que también tiene que ver con la del VIH. En la lucha contra ellas resaltan la eliminación del estigma y la discriminación, y basar las respuestas en los derechos humanos y adoptar enfoques con perspectiva de género.
Tratamiento para todos
El médicode IrsiCaixa, Bonaventura Clotet, cree que tras la gran cantidad de avances que han surgido contra el sida, la clave para acabar con la enfermedad es que el tratamiento le llegue «a todo el mundo». Pues todavía hay un «alto» porcentaje de la población del mundo al que no lo recibe.
Clotet, que también es presidente de la Fundación Lucha contra el Sida y jefe del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Germans Trias i Pujol de Badalona, en Barcelona, ha resaltado el trabajo del Instituto de Investigación del Sida IrsiCaixa. La apuesta de crear un centro líder en 1995 de la investigación para la erradicación del VIH ha dado frutos.
Con ello han desarrollado un amplio conocimiento en el campo del sida que se puede aplicar a otras enfermedades, de acuerdo con Clotet. Sobre todo ahora que el mundo se afronta la pandemia de la COVID-19. Como el VIH ataca el sistema inmunitario, su estudio ha favorecido investigaciones en cáncer, envejecimiento, ébola, sífilis, alzheimer y, este último año, coronavirus.
Resultados de la lucha contra el VIH
Si en los años ochenta y noventa fallecían miles de personas por sida, actualmente se ha logrado cronificar con un tratamiento antirretroviral que ofrece una esperanza de vida que se equipara a la del resto de la población. Eso sí, siempre y cuando se comience en las etapas precoces de la enfermedad.
El tratamiento actual permite que el virus sea indetectable. Ya no se transmite en relaciones sexuales, lo que contribuye a frenar el «crecimiento de nuevas infecciones». Por eso es tan importante que el tratamiento esté disponible para todos los que lo necesiten.
Un ejemplo de que no está ocurriendo es que el 38% de la población africana no tiene acceso a la medicación. En el mundo, 39 millones de personas conviven con el VIH y los contagios no cesan. Las estimaciones apuntan a 1,7 millones de infecciones y 700.000 muertes anuales.
Incluso en Cataluña, los contagios siguen produciéndose, con 470 nuevos casos al año. «El día que logremos que todo el mundo haga el tratamiento, y que sea el correcto, se acabará el sida», afirma Clotet. Y la forma de lograrlo es que todos puedan disponer del tratamiento.
En busca de una vacuna preventiva contra el sida
El camino es el tratamiento, mientras que continúan los trabajos para desarrollar una vacuna preventiva, que evite el contagio en personas sanas. Un desarrollo en el que participará IrsiCaixa, bajo el liderazgo del virólogo estadounidense Dan Barouch.
A la espera de los resultados de esta investigación en los próximos años, IrsiCaixa también trabaja en una vacuna terapéutica para tratar a los contagios. Pero que debe combinarse con otros fármacos para que sea efectiva y termine con el «reservorio del VIH», las células que contienen virus «escondidos».
Si bien el fin de la ciencia es la erradicación del sida en el cuerpo, los esfuerzos no serán suficientes si persisten los contagios; esto debido a que existe el riesgo de que pacientes que eventualmente se podrían curar puedan volver a infectarse. Mucho se ha avanzado a lo largo de los años, pero queda camino por recorrer.
El VIH en el mundo
Desde que a principios de los años ochenta se diagnosticaron los primeros casos en Estados Unidos, se estima que 78 millones personas se han contagiado de sida y 39 millones han muerto por ello o por enfermedades relacionadas. Y aunque actualmente a 36 millones de casos en el mundo, de acuerdo con el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (Onusida), esa cantidad incrementa cada año.
El 80% de las personas que viven con el virus se concentra en Sudáfrica, Nigeria, India, Zumbabue, Mozambique, República Unida de Tanzania, Uganda, Kenia, Estados Unidos, Rusia, Zambia, Malaui, China, Brasil, Etiopía, Indonesia, Camerún, Costa de Marfil, Tailandia y República Democrática del Congo.
Sin embargo, el VIH sigue siendo un problema de salud global, y en algunas regiones como Asia y Pacífico y Oriente Medio y Norte de África ha incrementado el número de nuevas infecciones o muertes en los últimos años. En España, por ejemplo, se ha notificado un total de 34.690 nuevos diagnósticos desde 2003. Y aunque la tasa de personas infectadas se ha reducido un poco desde 2008, la cifra es superior a la media de la Unión Europea (UE), de 5,9 por cada 100.000 habitantes.
La COVID-19 y el sida en África
Aproximadamente 430.000 pacientes con VIH en África subsahariana pudieron haber muerto en los últimos 6 meses debido a interrupciones en el tratamiento generados por los confinamientos para contener la propagación de la COVID-19.
La Agencia Nacional para el Control del Sida, de Nigeria, explicó que el aumento de las muertes de pacientes con VIH se debió a una disminución de la terapia antirretroviral durante el confinamiento. Gambo Gumel Aliyu detalló que hay 1,8 millones de personas que viven con el virus en el país y que se necesitan unos 2.400 millones de dólares para lograr el objetivo de la ONU de controlar la epidemia en los próximos 3 años.
De acuerdo con Gambo Gumel Aliyu, entre el 25% y el 30% de las pruebas de la COVID-19 en Nigeria se realizaron en mega laboratorios de VIH. Se estima que 470.000 personas murieron en 2018 por causas relacionadas con el sida en África subsahariana. A principios de este año la Organización Mundial de la Salud y Onusida advirtieron que una interrupción de 6 meses en la terapia antirretroviral podría causar más de 500.000 muertes en la región vinculadas con el sida.
El VIH en América Latina
La Organización Panamericana de la Salud reveló que los casos de sida en América Latina aumentaron 21% en la última década. Agregó que la pandemia de la COVID-19 pone en riesgo el combate de la enfermedad.
Los contagios de VIH pasaron de unos 100.000, en 2010; a unos 120.000, en 2019. En el mismo período las muertes anuales relacionadas con el sida disminuyeron levemente, de 41.000 a 37.000. Datos que indican que la infección por VIH sigue siendo un grave problema de salud pública en América Latina.
Lo grave es que se espera que la COVID-19 exacerbe la situación debido a su impacto en los servicios esenciales de salud. Especialmente en los países que cuentan con sistemas de salud muy frágiles. Además, por la pandemia los diagnósticos también disminuyeron.
La OPS estima que 23% de las personas con VIH en América Latina y el Caribe desconocen que están contagiadas. Además, un tercio tiene diagnóstico tardío, y la inmunodeficiencia avanzada.
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