En 1998 la Unesco declaró el 17 de mayo como el Día Mundial del Reciclaje con el fin de fomentar en la ciudadanía más responsabilidad con respecto a sus desechos y el daño que ocasionan al medio ambiente. Se celebra desde 2005 y no en todos los países del mundo como se podría pensar. Todavía en muchos sitios se considera una práctica innecesaria, que la Tierra, el medio ambiente tiene capacidad para transformar los 2.100 millones de basura que producimos.
Con la revolución industrial y con los avances científicos que trajeron las guerras mundiales, especialmente la producción de un material barato como el plástico, la sociedad de consumo devino en un infinito usar y tirar. En los años setenta, con el fin de la guerra de Vietnam y el mar de fondo que creó el movimiento hippie con sus flores y sus consignas de haz el amor y no la guerra, fue floreciendo un sentimiento de respeto hacia la naturaleza, el medioambiente, el planeta Tierra.
Además, había una tarea de muchos años de importante naturalistas y amigos de la naturaleza que desde antes de los años cincuenta venían alertando del camino equivocado que había tomado la civilización, como Aldo Leopold.
El hombre y la armonía con la naturaleza
Leopold participó en 1935 en la fundación de The Wilderness Society y es considerado el fundador de la ciencia de la conservación de la vida silvestre. En el capítulo “La ética de la Tierra” de su libro Un Año en Sand County, Leopold escribió que la conservación es un estado de armonía entre el hombre y la tierra, y que solo el hombre es responsable si se rompe ese frágil equilibrio.
Como parte de la celebración por primera vez del Día de la Tierra, el 22 de abril de 1970, Gary Anderson, que estudiaba Arquitectura en la Universidad de California del Sur, ganó el concurso de diseño para un símbolo de reciclaje. Tomó como base el círculo de Möbius. Tiene la propiedad de ser un objeto no orientable e infinito. Cada una de las tres flechas del símbolo ideado representa los pasos del proceso de reciclaje: recogida, reciclaje y reutilización.
Reciclar es reutilizar, reducir la cantidad de basura y de materias primas que se utilizan en su fabricación. Con los avances en los sistemas se reciclaje fue posible concienciar de que era posible el cuidado de la naturaleza y que la sociedad se también se beneficiaba. Lamentablemente todavía es muy poco lo que se recicla y en el siglo XXI, a pesar de todos los anuncios de gobiernos y empresas la producción de plástico de un solo uso, se multiplicó.
Reciclar no es barato, tampoco la salud
El reciclaje conlleva un gran número de beneficios, como la reducción de residuos en los vertederos, la disminución de extracción de nueva materia prima y ahorro de dinero, en algunos casos. Pero reciclar no es barato ni fácil. Ni todo es reciclable. Antes que reciclar es mejor no consumir, que no contamina en absoluto, pero ese es otro cantar.
Reciclar se inscribe en la estrategia de tratamiento de residuos de las tres erres:
- Reducir, menor producción de objetos susceptibles de convertirse en residuos.
- Reusar, dar una segunda vida a las cosas, con el mismo uso u otro diferente.
- Reciclar, operaciones que permiten reintroducir los desechos en otro ciclo de vida.
Separar los residuos y dejarlos en el contenedor correspondiente implica una reducción de basuras en los vertederos, ahorro de materias primas y energía, disminución de las emisiones de dióxido de carbono implicadas en el cambio climático, creación de puestos de trabajo o nuevos productos. Pero, todavía se recicla un porcentaje muy bajo y una parte de los desechos separados y clasificados siguen su ruta a los vertederos y a la incineración porque requieren procesos costosos y, a veces, más contaminantes. Quizás lo más contaminante en la actualidad son las pilas alcalinas. Una sola puede contaminar 175.000 litros de agua, pero hay muy pocos sitios donde disponer las descargadas.
El reciclaje una meta lejana pero vital para la supervivencia
Sin dudas, hoy la ciudadanía es más consciente de la necesidad de preservar y no dañar el medio ambiente, pero todavía los humanos están lejos de alcanzar un modelo económico con cero residuos y cero emisiones de carbono. Pero si no intenta, pronto y de manera efectiva, la supervivencia no está garantizada.
Actualmente, solo se recicla el 36% de los residuos urbanos que se generan en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos. En las regiones europeas. Todavía España se encuentra muy a la cola. Apenas recicla el 33,9% de los residuos y la Unión Europea exigen que sea el 55% para 2025.
En envases la situación no es muy distinta, y el porcentaje dependerá del origen de los datos. Son muchos los intereses económicos que se mueven detrás del reciclaje y del no reciclaje, también del greenwashing.
Cadena del reciclaje
– Generación de residuos a todos los niveles de la cadena.
– Manipulación de los residuos y separación.
Contenedores
amarillo: Envases ligeros de plástico y de metal y Tetra Bricks.
azul: Papel y cartón.
Recuerda, el reciclaje de 1.000 kilos de papel salva 18 árboles, que producen oxígeno y transforman el CO2 en materia orgánica
marrón: Materia orgánica.
verde o gris: Genérico.
Iglú verde: Vidrio.
– Puntos limpios: Electrónicos, muebles, repuestos de coche, CD, medicamentos, neumáticos…
– Recogida planificada y ajustada (Recuperación).
– Transferencia y transporte (Plantas de transferencia).
– Separación, procesamiento de los residuos sólidos urbanos (Plantas de clasificación).
– Transformación de los residuos sólidos urbanos.
– Reciclaje y reutilización (incluido el compostaje).
– Incineración con recuperación de energía.
– Incineración sin recuperación de energía.
– Evacuación segura, tanto en lo sanitario como lo ambiental.
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