En el mundo existen aproximadamente 72 millones de personas sordas, según las cifras más actualizadas de la Federación Mundial de Sordos, mientras que los datos de la Organización Mundial para la Salud, indican que más de 360 millones de personas padecen pérdida de audición, obligando a comunicarse por el lenguaje de señas.
Todas esas personas utilizan como colectivo más de 300 diferentes lenguas de señas. Estas son idiomas diferentes de todos los efectos y son estructuralmente distintos a las lenguas habladas.
Existe también un lenguaje de señas internacional que es el que utilizan las personas sordas en reuniones internacionales y, de manera informal, cuando viajan y socializan.
Este lenguaje internacional se considera una lengua pidgin, es decir, un idioma mixto creado a partir de una lengua determinada, más otros elementos de otras lenguas.
En el caso de la lengua de señas internacional es menos compleja que las lenguas naturales de señas y tiene un léxico limitado.
Lenguaje de señas, un derecho de las personas con discapacidad
La convención de las personas con discapacidad reconoce y promueve el uso de las lenguas de señas.
De hecho, establece que los gobiernos faciliten el aprendizaje de la lengua de señas y promuevan la identidad lingüística de la comunidad de las personas sordas.
La Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) proclamó en su resolución A/72/439/, el 23 de septiembre como día internacional de las lenguas de señas.
La finalidad de la fecha es concienciar sobre su importancia para la plena realización de los derechos humanos de las personas sordas.
La Asamblea de la ONU establece que el acceso temprano a las lenguas de señas, incluida educación de calidad en ese idioma, es vital para el crecimiento y desarrollo de las personas sordas y decisivo para el logro de los objetivos de desarrollo sostenible.
Asimismo resalta también la importancia de preservar las lenguas de señas como parte de la diversidad lingüística y cultural.
Algunas características
El lenguaje de señas ha sido objeto de numerosas investigaciones que constatan su carácter no universal. Cada país o cada región tiene su propio idioma de señas. No obstante, esta forma de comunicación tiene características generales:
- Utilizan el canal visual y gestual
- Las manos, los brazos, el tronco y el rostro son los órganos de articulación
- La palabra o unidad mínima es el signo
- La articulación de estos signos están constituidos por siete parámetros formacionales: la configuración y forma que adoptan las manos, el movimiento que realizan, la orientación que adoptan, el punto de contacto con el cuerpo, el lugar de articulación del signo lingüístico, el plano en el que se coloca el signo, y los componentes no manuales (expresión facial).
Masificar el lenguaje de señas
Más allá de un derecho de aprendizaje de las personas que mantienen la condición de sordos, también es necesario que las personas tomen conciencia de la forma de comunicación mediante el lenguaje de señas.
«Todos nos deberíamos sensibilizar y debemos entender que todas las personas tenemos capacidades distintas y solo tenemos que buscar los canales y las formas, y el lenguaje de señas es una de ellas», expresó Wilber Mejías, catedrático que se está formando en el lenguaje de señas.
El especialista también destaca que es importante valorar el lenguaje de señas como cualquier otro idioma.
«Una de las propuestas que ayudaría a toda la comunidad de sordos, es que en todas las escuelas incluyan en su pensum la lengua de señas, al igual que está el inglés u otro idioma», agregó.
Igualmente, destacó que el aprendizaje de lenguaje de señas tiene su particularidad y su complejidad.
«El proceso de aprendizaje se comienza entendiendo que la comunidad sorda tiene sus propios códigos y cultura. A pesar de no escuchar, tienen otros sentidos afinados y son muy perceptivos en cuanto a las sensaciones y emociones que se pueden percibir a través de la vista. La lengua de señas se divulga a través de lecciones y se comienza por el abecedario y los números», dijo Mejías.
Finalmente, expresó que las mismas personas eligen la seña con la que será identificado su nombre.
«La identificación del nombre la elige la misma persona, pues son ellas las que deciden su expresión mediante sus características físicas, personalidad y otras cualidades que perciban».
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