Restaurar las tierras, detener la desertificación y cuidar el agua

La deforestación es una de las causas más comunes de la degradación de las tierras. Cada año, la Tierra pierde 10 millones de hectáreas de cubierta forestal, una superficie equivalente al tamaño de Portugal. La desaparición de estos bosques acelera el cambio climático, alimenta la pérdida de especies y agrava la pobreza en las zonas rurales.