El metano, un gas de efecto invernadero extraordinariamente potente, es causante del cambio climático y sus desmanes. Desde noviembre de 2021, muchos países se suman en el propósito global, por reducirlo. Resulta difícil detectarlo y cuantificarlo. Pero un grupo de investigadores, encontró que en la estación Mako, en Austin (Texas), se emiten importantes cantidades de metano contaminando la atmósfera constantemente.
Las funciones de Mako Compressor Station, a simple vista, parecen normales. Similares a decenas de miles de operaciones de crudo y gas repartidas por toda la Cuenca Pérmica, entre Nuevo México y Texas: motor de la producción petrolera de EE UU.
Sin embargo, con equipos especializados, se observó que la estación Mako, propiedad de una subsidiaria de West Texas Gas Inc., liberaba aproximadamente 870 kilogramos de metano a la atmósfera cada hora. Ese es el impacto equivalente en el clima de quemar siete camiones cisterna llenos de gasolina todos los días.
Pero las emisiones descomunales de metano de Mako no son ilegales, ni siquiera están reguladas. Y fue solo uno de los 533 «súper emisores» de metano registrados durante un estudio aéreo del Pérmico realizado en 2021 por Carbon Mapper. Una asociación de investigadores universitarios y el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA.
El grupo documentó la emisión masiva de metano a la atmósfera por las operaciones de petróleo y gas en el Pérmico. Esta vez, sin incluir satélites para la supervisión de esos complejos procesos. Específicamente, en una extensión completamente seca de más de 400 kilómetros de ancho que se extiende a lo largo de los límites entre Texas y Nuevo México, que hace mil millones de años era el fondo de un mar poco profundo. Cientos de esos sitios fueron vistos arrojando gas una y otra vez. Fugas en curso, sin reparar.
Metano y cambio climático, indivisibles
Estados Unidos y la Unión Europea lideran una alianza global por reducir en un 30% las emisiones de metano de cara a 2030.
“Vemos los mismos sitios activos año tras año. No se trata solo de un mes a otro o de una temporada a otra”, dijo Riley Duren, científica investigadora de la Universidad de Arizona que dirige Carbon Mapper.
Carbon Mapper identificó los sitios de vomitado solo por sus coordenadas GPS. The Associated Press tomó las coordenadas de los 533 sitios “superemisores” y los comparó con los permisos estatales de perforación. Permisos de calidad del aire, mapas de tuberías, registros de tierras y otros documentos públicos para reconstruir las corporaciones más probablemente responsables.
Diez compañías eran las propietarias de al menos 164 de esos lugares, según el análisis de los datos de Carbon Mapper que llevó a cabo la AP. West Texas Gas es el propietario de 11 de ellos.
El metano liberado por estas empresas perturbará y acentuará el cambio climático durante décadas, contribuyendo a más olas de calor, huracanes, incendios forestales e inundaciones. Ahora hay casi tres veces más metano en el aire que antes de la era industrial. 2021 vio el peor aumento individual de la historia.
El poder de calentamiento de la tierra del metano es unas 83 veces más fuerte durante 20 años que el dióxido de carbono. Que proviene de los tubos de escape de los autos y las chimeneas de las centrales eléctricas.
El Congreso y la Agencia de Protección Ambiental han fallado en gran medida en regular el gas invisible. Eso deja en manos de los productores de petróleo y gas, para reducir las emisiones de metano por su cuenta.
Discrepancias para detectar o declarar las emisiones
“El metano es un supercontaminante”, dijo Kassie Siegel, directora del Instituto de Derecho Climático del Centro para la Diversidad Biológica, un grupo ambientalista. “Si el dióxido de carbono es el combustible fósil de nuestro planeta que se calienta, el metano es un soplete”.
Las emisiones de metano son notoriamente difíciles de rastrear porque son intermitentes. Un viejo pozo puede estar expulsando metano un día, pero no al día siguiente.
Pero en octubre pasado, los periodistas de la agencia estadounidense visitaron más de dos docenas de sitios marcados como superemisores persistentes de metano por Carbon Mapper. Con una cámara infrarroja FLIR y grabaron un video de grandes columnas de gas de hidrocarburo que contenían metano. Gas que escapaba de compresores de tuberías, baterías de tanques, antorchas y otras fuentes de producción. infraestructura. Los datos de Carbon Mapper y el trabajo de la cámara de AP muestran que muchos de los peores emisores están cargando constantemente la atmósfera de la Tierra con este gas adicional.
Además del sitio Mako de West Texas Gas, se observó una gran columna de gas que escapaba de los tanques. En una estación de compresores WTG a unos 24 kilómetros de distancia en el campo petrolero Sale Ranch. Carbon Mapper estimó que las emisiones de ese sitio promediaron alrededor de 410 kilos de metano por hora.
En una declaración, West Texas Gas, con sede en Midland, dijo que realiza rutinariamente sus propios sobrevuelos con equipo de detección de gas. Y que en los últimos seis meses “había reparado o renovado” nueve de los sitios superemisores sobre los que inquirió la AP, incluso Mako. La compañía dijo que estaba “lidiando activamente” con otro sitio, aunque no ofreció detalles. WTG dijo que inspeccionó el último sitio y no encontró escapes.
Exigen mayor actuación del Gobierno y la EPA
“Reducir las emisiones al aire del sector de petróleo y gas natural es una prioridad del gobierno y de EPA”, aseguró Tomás Carbonell, subadministrador de la EPA para fuentes fijas. El metano, añadió, está “contribuyendo a impulsar impactos reflejados en el cambio climático y que se sienten el país. Se están registrando diariamente, incluso olas de calor e incendios forestales y aumento de los niveles de mar”.
Pero las reglas propuestas para responder a las emisiones en la mayoría de los sitios petrolíferos y gasíferos siguen bajo revisión. Y si son implementadas casi seguramente enfrentarán impugnaciones legales.
Para hacer un seguimiento de las emisiones, el gobierno estadounidense tiene un inventario del metano liberado a la atmósfera. Esas son las cifras que emplean los responsables de las políticas y los científicos para ayudar a calcular cuánto se calentará el planeta en los próximos años.
La AP halló que la base de datos gubernamental no suele reflejar la tasa real de emisiones observada en la Cuenca Pérmica.
Por ejemplo, Devon Energy reportó emisiones de metano equivalentes a 42.000 toneladas métricas de CO2 por un año de operaciones en la Cuenca Pérmica. El análisis muestra que la firma habría emitido mucho esa suma en apenas 46 días.