Las autoridades colombianas evacuaron este martes en la mañana un campamento que albergaba a cerca de 600 refugiados venezolanos en Bogotá.
La operación, que se inició a las 6:00 am, estuvo a cargo de funcionarios de la Secretaría Social de la Alcaldía, Migración Colombia, Policía, Procuraduría y Personería, y del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF). La jornada se ejecutó con total tranquilidad.
Las 33 carpas amarillas que desde noviembre alojaron a los refugiados venezolanos fueron amontonadas en un rincón del campo de fútbol de la localidad bogotana de Engativá. Con anterioridad los migrantes pernoctaron en las afueras del principal terminal de autobuses de rutas interurbanas de la ciudad.
Desde las 6:00 a.m. de este martes, inició el desalojó de las 33 carpas en las que los refugiados venezolanos se refugiaban en el campamento humanitario que instaló el Distrito en localidad de Engativá en Bogotá el año pasado.
Mientras los adultos sacan sus pertenencias, algunos miembros de entidades se encargan de conversar con los niños. ► https://t.co/cp1uSno2QF pic.twitter.com/40LN8csYEV
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Refugiados venezolanos sin saber qué hacer
Carmen Núñez, de 58 años de edad, lloró frente a las autoridades. Dijo que no tenía idea hacia dónde dirigirse. “No tengo recursos. Quiero regresarme a Venezuela. Allá al menos tengo donde quedarme”, expresó a Reuters.
Los funcionarios le ofrecieron transporte hasta la ciudad fronteriza de Cúcuta. Pero la mujer alegó que no tenía dinero para regresar a su hogar en la costa venezolana. Otros migrantes permanecían con sus pertenencias en la entrada del campamento fuertemente vigilada.
Por su parte Luis Sánchez expresó a France 24 que ahora deberán «dormir en la calle».
“Ni idea qué voy a hacer”, dijo a la prensa local el caraqueño Junior Palacios, de 23 años. “No quiero volver a Venezuela. Es una cuestión de avanzar y hacer una vida aquí de alguna forma”.
El campamento fue humanitario y temporal
Los refugiados venezolanos conocían que podían permanecer en el campamento hasta el 15 de enero, fecha cuando sería cerrado definitivamente.
La medida obedece a las presiones de bogotanos quienes desacuerdan la creciente presencia de refugiados venezolanos en la capital colombiana.
Voceros de la Alcaldía de Bogotá aseguraron que el campamento para refugiados venezolanos era «humanitario, pero sobre todo transitorio». Y que se había advertido a los migrantes de su desmantelamiento. El centro de paso estuvo a cargo de María Angélica Trujillo, gerente de Venezuela en Bogotá.
Los funcionarios encargados del desalojo ofrecieron a los refugiados venezolanos algunas alternativas. Entre ellas transportarlos hasta la frontera con Venezuela o inscribirlos en programas sociales, a lo que muchos se niegan. A otros les sugirieron llevarlos a albergues temporales en los que podrán permanecer hasta un máximo de tres días.
Cristina Vélez, secretaria de Integración Social de Bogotá, anunció que la ciudad no planea abrir más refugios. A menos que https://twitter.com/ELTIEMPO/status/1085176486267678721sobrevengan circunstancias extraordinarias que los justifiquen.
"La atención en el campamento fue regular", afirma uno de los migrantes que a esta hora abandona el campamento ► https://t.co/cp1uSno2QF
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Refugiados venezolanos en la lupa de la ONU
La ONU asegura que unos 3 millones de personas han abandonado Venezuela desde 2015. De ellas se calcula que al menos un millón viven en Colombia.
Buscan eludir el colapso económico y la creciente hiperinflación que afecta al país, así como la escasez de alimentos y medicamentos básicos.
Se estima que otros 2 millones de venezolanos emigren este año. En su gran mayoría viajan por tierra a través de Colombia. Aunque muchos continúan hacia otros países sudamericanos.
El 14 de diciembre la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) anunciaron el lanzamiento de un plan de emergencia para refugiados venezolanos.
Consideraron que la ONU debe enfrentar el mayor flujo de población en América Latina en años recientes. Unas 95 organizaciones de 16 países trabajan conjuntamente para brindar respuesta a las necesidades de millones de migrantes y refugiados de Venezuela.
Este plan operacional es el primero en su tipo en las Américas. Incluye un fondo de recursos económicos para atender cuatro áreas claves: asistencia de emergencia directa, protección, integración socioeconómica y cultural, y fortalecimiento de las capacidades en los países de acogida.
“Este plan es un llamamiento a la comunidad de donantes. Entre ellos diversas instituciones financieras internacionales y actores de desarrollo. Estos pueden jugar un rol fundamental en la situación actual”, expresó entonces Eduardo Stein, representante especial conjunto de ACNUR y OIM para los refugiados y migrantes venezolanos.
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