La pandemia por COVID-19 ocupa no sólo gran parte de la programación de los medios de comunicación, sino también muchos espacios de la cotidianidad. En medio de la emergencia sanitaria mundial, una avalancha de mascarillas, antibacteriales y desinfectantes se han convertido en productos de primera necesidad para millones de personas. Sin embargo, la vida continúa y los retos –anteriores a la pandemia– que enfrenta el mundo siguen existiendo. La contaminación del medioambiente es uno.
Desinfectantes a la carga
Está claro que existe una necesidad apremiante de sentir algo de seguridad sanitaria ante las pocas certezas científicas que, hasta el momento, se tienen con respecto al desarrollo de la pandemia. Todos (sistemas sanitarios, trabajadores de la salud, gobiernos, ciudadanos) están completamente desconcertados ante un virus de transmisión rápida que contagia y las personas portadoras no presenta síntomas de la enfermedad por muchos días.
En este escenario, la población toma medidas sanitarias extremas que podrían tener una incidencia negativa en los ya afectados flujos de agua del mundo.
El gerente estratégico de reciclaje de WildTrust –una organización medioambiental de Sudáfrica– señala que los químicos presentes en los antibacteriales para manos que usan muchas personas para protegerse del COVID-19 son potencialmente peligrosos para el medio ambiente.
Triclosán, triclocarban y copolímeros de acrilato
Hanno Langenhoven señala que en su mayoría los desinfectantes contienen triclosán, triclocarbán y copolímeros de acrilato, químicos que se consideran tóxicos. Sin embargo, como se utilizan en muy pequeñas cantidades se consideran seguros. Solo que esta vez millones de personas en el mundo utilizando desinfectantes y lanzan sus residuos al medio ambiente.
El triclosán es un componente que se añade a productos de higiene personal con la finalidad de evitar la contaminación bacteriana. Está presente en jabones antibacterianos, cremas dentales y algunos cosméticos. También se le puede encontrar en la ropa, en algunos utensilios de cocina, en el mobiliarios y en juguetes.
El compuesto químico es continuamente criticado por los efectos sobre la salud humana y el medio ambiente. En 2017, la Comisión Europea publicó reglas para su utilización y estableció que el uso continuado de esta sustancia en una concentración máxima del 0,3% en los cosméticos no es seguro para los consumidores.
El triclocarban es otro compuesto químico con una acción muy similar al triclosán; la diferencia es que el triclocarban se usa más para los jabones en pastilla. Aunque ambos han sido aprobados como productos seguros por el Comité Científico de Seguridad de los Consumidores de Europa y por el panel de Revisión de Ingredientes Cosméticos en los Estados Unidos, algunos investigadores reconocen que los estudios sobre la toxicidad de las sustancias químicas han sido insuficientes.
Los copolímeros de acrilato son estabilizadores de los geles para el cabello y cremas para el cuerpo. En la Unión Europea no pesa ninguna restricción sobre el uso de los copolímeros de acrilato.
Dioxina, agua clara y luz solar
Explica Langenhoven que cuando el triclosán entra en contacto con el agua clara y la luz solar se transforma en una dioxina, un compuesto químico muy tóxico que permanece durante años en el medioambiente y puede perjudicar la salud de los humanos.
De acuerdo con la OMS, las dioxinas pueden generar problemas de reproducción y desarrollo, afectar el sistema inmunitario, interferir con las hormonas y causar cáncer. También señala que la exposición humana a las dioxinas se da a través de los alimentos, principalmente, en los productos cárnicos, lácteos y pescados y mariscos.
Leslie Petrik, profesora de Ciencias Naturales en la Universidad de Werstern Cape, advirtió que el triclosán y el triclocarban son ciertamente antibacterianos, pero no son completamente efectivos contra los virus. Indica que las personas creen que los desinfectantes que usan contra el COVID-19 lo detendrá, cuando en realidad las medidas más efectivas son el autoaislamiento y el frecuente lavado de manos con jabón
¿Contaminar con desinfectantes?
Langenhoven apunta que los canales de contaminación por triclosán son sencillamente aterradores. Todas las botellas plásticas de desinfectantes y antibacteriales contienen remanentes del producto que se filtran al medio ambiente a través de vertederos o caen directamente en arroyos y ríos. Luego están las millones de botellas plásticas que se desechan y se desecharán, que también aumenta el terrible problema de contaminación por plásticos en el planeta.
¿Contaminar o no? Pueda que la contaminación por triclosán, triclocarban y copolímeros de acrilato no esté tan clara. Pero lo que sí es seguro que muchas de las botellas plásticas que contienen los desinfectantes contra el COVID-19 terminarán en vertederos de basura o en los océanos.
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