El pensamiento crítico basado en la ciencia es esencial para navegar en un mundo inundado de información errónea. En 2013, la Universidad de California, en Berkeley, presentó un curso para enseñar a los estudiantes de pregrado los métodos utilizados por los científicos para comprender la realidad. La esperanza era que estas herramientas fueran útiles para evaluar las afirmaciones y contraafirmaciones que nos bombardean a diario.
Titulado Sentido y sensibilidad y ciencia, la iniciativa fue un éxito y convenció a los profesores de escribir un libro para plasmar la experiencia. El texto que surgió, Pensamiento del tercer milenio: Creando sentido en un mundo sin sentido, proporciona consejos sobre cómo navegar sistemáticamente a través del ruido que nos rodea para buscar la verdad. A la vez, enseña la manera de trabajar y llegar a consensos con personas que tienen valores diferentes.
Saul Perlmutter, profesor ganador del Premio Nobel de Física y científico del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley, había estado discutiendo durante casi un año con un colega docente de filosofía, John Campbell, la necesidad de impartir un curso de pensamiento crítico. Ambos coincidieron en que tenían que buscar una tercera perspectiva: la de un psicólogo social. Se acercaron a Robert MacCoun, entonces profesor de políticas públicas y derecho en UC Berkeley, quien aceptó. Ahora con el apoyo de Amy Lerman, profesora de políticas públicas y ciencia política de UC Berkeley, el curso tiene 300 estudiantes inscritos para conferencias en Zoom y secciones de discusión adicionales en persona.
Una guía
El libro proporciona herramientas prácticas para discernir la verdad. Pone de relieve que se necesita un enfoque científico para la creación de pensamiento crítico y la toma de decisiones. Basados en que la ciencia es una profesión en la que tienes que trabajar con personas que no están de acuerdo contigo sobre algo, abordan la importancia de no confundir la correlación con la causalidad, pensar en términos de probabilidad, no de certeza, controlar los prejuicios y no tener miedo de admitir que estás equivocado. Aspectos usados en la ciencia que son útiles para llegar a comprender el mundo actual.
«No puedes simplemente decir, ‘OK, estamos de acuerdo en no estar de acuerdo’. Crees que en realidad hay una respuesta por ahí. Y aunque ambas partes piensan que es más probable que tengan la correcta, están de acuerdo en que hay una respuesta correcta. Y ambas partes quieren saber cómo podemos al menos acercarnos a la respuesta correcta», explica MacCoun.
Campbell lo resume así: «Si todos pudiéramos reconocer que, por muy fuerte que sea la corazonada que tenemos de que esto es correcto, siempre hay margen de error, facilitaría enormemente el debate entre divisiones». Los autores aseguran que la ciencia tiene un historial probado en la resolución de problemas del mundo empírico y por eso el objetivo del libro es que llegue al público en general porque no todos saben de estas cosas.
Pensamiento crítico implica:
1.- Identificar el problema
2.- Investigar
3.- Organizar y analizar la información
4.- Hacer preguntas abiertas para reducir los sesgos
5.- Determinar la mejor solución para el equipo
6.- Presentar la solución a los participantes clave
7.- Analizar los resultados
La esencia de la ciencia
Hay tanta información actualmente al alcance de cualquiera que ya no se puede enseñar ciencia que pretenda ser integral. Hubo una época en la que la mayoría de las personas educadas conocían gran parte de la ciencia, o al menos lo que se sabía en ese momento. Pero ahora es casi imposible. «Lo que puedes hacer es enseñar los elementos que entran en el pensamiento científico para que cuando se vaya a un video de YouTube o leas un artículo, se tenga alguna manera de juzgar lo que se está haciendo y si se está haciendo de una manera que cumpla con estos estándares de pensamiento», aseguran.
El mundo ha pasado de ser muy autoritario, donde una sola persona es el genio que hace algún descubrimiento, a uno en el que hay una comprensión mucho más profunda de cómo la autoridad es un proceso comunitario, cómo las personas pueden resolver las cosas juntas.
Hace 100 años la ciencia no impactaba la vida cotidiana de tantas formas como lo hace ahora. Es imposible hacer un manual que se aplique a la mayoría de las decisiones que se toman. No hay prácticamente nada que esté libre de algún aspecto científico o donde la ciencia no pueda ser de alguna ayuda para la toma de decisiones. No obstante, se debe tener una buena idea de lo que es la ciencia, su alcance y límites, dónde puede conectarla y cómo se integra con los valores.
Como humanos, anhelamos certeza. Es tan atractivo cuando los políticos se expresan con plena convicción sobre todo. Porque estamos en un mundo desconcertante y confuso, y es muy agradable cuando alguien dice: Puedo guiarte a través de todo esto. Sin embargo, tenemos que aprender a vivir con el desconcierto. Una cosa que deberíamos buscar en los políticos es apertura a la posibilidad del error.
Pensamiento crítico, cómo desarrollarlo:
1.- Leer el contexto e identificar las palabras difíciles
2.- Detectar los retos a resolver
3.- Analizar los problemas
4.- Estructurar ideas (elaborar hipótesis)
5.- Formular los objetivos de aprendizaje
6.- Buscar información de forma individual
7.- Poner en común los resultados con el equipo
Escepticismo con optimismo
En el libro se trata de transmitir un par de actitudes que las personas generalmente no vinculan. Cultivar un sentido de escepticismo, pero con optimismo. La mayoría de los científicos asumen que cada problema tiene una solución y que la van a encontrar. «Hablamos de escepticismo como el pedal del freno y optimismo como el acelerador. Si quieres llegar a alguna parte, necesitas ambos pedales», acota MacCoun.
La publicación también se adentra en cómo tomar decisiones racionales basadas en hechos individualmente, pero trabajando con otras personas para llegar a un consenso aunque no todas comparten los mismos valores. Expresan los autores que en el curso incorporaron el pensamiento racional con todos los aspectos que entran en juego en una decisión, como los valores, las metas, los miedos y las ambiciones.
«Si no se te ocurre una forma organizada y basada en principios de incorporar todas esas cosas junto con la racionalidad, sabemos qué parte se perderá. No van a ser los miedos, los objetivos y las ambiciones. Será la racionalidad. Entonces, si te importa la racionalidad, debes preocuparte por cómo se ve cuando intentas tejer eso junto con los valores, objetivos y temores», enfatiza Perlmutter.
Mundo ruidosos de ideas
El docente cree que si la gente lee el libro y comienza a trabajar en el estilo que están defendiendo, se sentirá mucho más seguro en el mundo en el que vivimos. «Creo que sería un mundo ruidoso y argumentativo, como debería ser. La gente tratará de resolver las cosas y discutir entre sí, pero estarían discutiendo entre sí con el objetivo de resolver problemas juntos. Y al final estarían obteniendo una comprensión mucho más aguda de la realidad en la que vivimos».
Explican que el conflicto no es necesariamente malo. Que puede ser feroz y seguir siendo muy productivo, si se haces de la manera correcta. Si realmente quieres hacer cosas en el mundo, tendrás que, en última instancia, sentarte y hablar con personas que no están de acuerdo contigo. Campbell precisa: «Los humanos son fundamentalmente cooperativos, aunque fundamentalmente tribales. Lo que necesitamos es tener un espacio donde la cooperación pueda ocurrir entre personas con puntos de vista radicalmente diferentes. Ese es realmente el sueño».