Familias y líderes sociales muestran preocupación cuando los jóvenes no tienen oficio ni ocupación. El desempleo juvenil incontrolable es un serio problema para cualquier país. La pandemia global desestabilizó la economía y afectó duramente el mercado laboral. Pero, la altas cifras de desempleo juvenil se arrastra desde antes de la crisis de 2008.
En China, antes de la pandemia, la tasa de desempleo juvenil era alta. Había aumentado significativamente en la última década. Los analistas opinan que era el primer signo de que la salud económica del gigante asiático no era tan sólida como mostraban los documentos oficiales. En el resto del mundo ocurre igual, pero no se le ha prestado atención
Desempleo juvenil
Los jóvenes en China navegan un mercado laboral tumultuoso. Pasaron años persiguiendo objetivos académicos y profesionales y cuando terminan su educación superior descubren que no hay empleos, que deben quedarse en casa de sus padres como niños adultos. La última cifra oficial publicada en junio marca el desempleo en el 21,3%. Un escándalo. La respuesta de las autoridades fue suspender los informes. China presenta el desempleo más alto de la región. La OIT calcula que el índice de desempleo juvenil en Asia y el Pacífico alcanzó el 14,9% en 2022. Los mejores indicadores son los de Corea del Sur (9,3%) y Japón (4,4%).
Los registros oficiales indican que en China uno de cada cinco jóvenes, entre 16 y 24 años, no tiene empleo. En general, la tasa de desempleo juvenil es una estadística que el Partido Comunista toma en serio. Supone que los jóvenes ociosos y con estudios pueden amenazar su poder.
Volver a ser “niños”
Un artículo The Hustle da cuenta del fenómeno que se registra entre los jóvenes chinos. Son «niños a tiempo completo» que acumulan 40 millones de visitas en la aplicación social china Xiaohongshu, cada vez más popular entre los recién graduados universitario sin empleo. El fenómeno involucra a profesionales que vuelven a vivir con sus padres a cambio de cubrir gastos del hogar. Los jóvenes evitan empleos insatisfactorios y adoptan roles que tenían antes de su educación superior.
Significa depender económicamente de sus familias y desligarse de la extrema y tradicional «cultura 996″. Trabajar desde 9 de la mañana a 9 de la noche, 6 días a la semana. Su tendencia es Tangping», o «tumbarse». Un término acuñado por la generación Z y los millennials para describir el descanso «de los logros constantes». Otro tendencia es «bailan», o «dejar que se pudra», que recoge la falta de motivación ante la incierta realidad laboral. Los expertos estiman la verdadera tasa de desempleo juvenil podría alcanzar 46,5% al incluir a los 16 millones que viven con los padres.
A contravía, la tasa de matriculación universitaria va en ascenso. Entre 2012 y 2022, las tasas de inscripción universitaria en las zonas urbanas aumentaron del 30% al 59,6%. En la jerarquizada sociedad china, los trabajos manuales están mal vistos. La agricultura ocupa un lugar aún más bajo debido a la enorme diferencia de riqueza y bienestar entre las ciudades y las zonas rurales. En el campo, las escuelas no enseñan ni siquiera a leer y escribir, lo que limita radicalmente las oportunidades de educación y empleo para los jóvenes campesinos, para quienes Mao Tse-tung decía que eran todos los sacrificios de la revolución
España por encima de la media
Aunque en China estén alarmados por un fenómeno que había desaparecido de sus escenarios, en general, la tasa de desempleo juvenil en el mundo es alta, más bien demasiado alta. Datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), señalaban que la tasa de desempleo juvenil en el mundo en 2021 era del 13,5%. Una cifra que continuó aumentando. En 2022 llegó al 16,72%, según The Global Economy.
Ese año, Eurostat cifró la tasa de desempleo juvenil en la Unión Europea en un 15,4%. En Estados Unidos el Departamento de Trabajo dijo que estaba en 9,2%. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima el promedio del desempleo juvenil en América Latina en un 20,5%.
En la Unión Europea, el mercado laboral juvenil presenta unas características muy particulares. Y en España la situación laboral de los jóvenes es compleja. Altas tasas de desempleo y baja inserción laboral. De acuerdo con los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), la tasa de paro juvenil (menores de 25 años) es del 28%. Lo que refleja grandes dificultades para acceder al mercado laboral: solo uno de cada cuatro jóvenes tiene un trabajo.
Suben los “Sisis” bajan los “Ninis”
En España, 1.042.500 jóvenes de 16 a 29 años estudian y trabajan simultáneamente. Se trata de los denominados «sisis», que no han aumentado mucho desde 2008. Representan más de un tercio (34%) del total de 3.069.900 jóvenes ocupados en ese rango etario. Los datos de la EPA indican que 809.400 los jóvenes de 16 a 29 años no estudian ni trabajan (los denominados «ninis»). Si bien el INE no utiliza estos términos estadísticamente, confirma que los «sisis» se refieren a jóvenes de 16 a 29 años que combinan estudios y empleo, mientras los «ninis» son quienes no estudian ni trabajan.
Sube el paro y el empleo también
En septiembre el mercado laboral español registró un incremento de 18.295 empleos, pero también del paro en 19.768 personas. A primera vista resulta paradójico que ambos indicadores suban simultáneamente. No obstante, el paro registrado solo contempla a quienes se inscriben como desempleados en el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE). El registro como «parado» depende de las expectativas de encontrar trabajo. El aumento conjunto de empleo y paro obedece entonces a la dinámica entre oferta laboral, perspectivas del mercado y trámites burocráticos, más que a una contradicción.
España además de ser el país con más desempleo de la zona euro, también presenta una alta volatilidad y sensibilidad a los ciclos económicos. Lo que explica la paradoja de que haya más personas trabajando, pero el paro siga casi cinco puntos por encima de su mínimo histórico. Los más afectados son los jóvenes sin experiencia, cuyo diferencial con el resto de edades se sitúa en 16,9 puntos porcentuales. Es el más elevado de la zona euro. Actualmente la tasa de desempleo juvenil es del 28%. Pese a los récords de afiliación, el paro juvenil permanece 10 puntos por encima de su mínimo de 2007. Mientras, la brecha entre edades se ha ensanchado, alejando a España de la media europea.
En la zona euro hay casos como el de Grecia que evidencian que políticas laborales dirigidas a los jóvenes pueden reducir con eficacia del diferencial. En cambio, las reformas impulsadas por España en la última década no lo han logrado. El desempleo juvenil es un indicador importante para cualquier país. Sus altos niveles no solo representan una pérdida de talento y potencial económico, también tiene graves repercusiones sociales. Los jóvenes que no encuentran trabajo pueden sentirse desanimados y desesperados. Para muestra los “niños a tiempo completo” de Chino.