No eran mamuts, pero sí elefantes enormes, más que los modernos, unos verdaderos gigantes. Con cuatro metros de altura, fueron los últimos moradores de su especie en la más reciente Era Glacial de Europa. Un grupo de investigadores dio con sus rastros en Huelva. Científicos encargados del estudio consideran que el resultado contribuye al conocimiento sobre la evolución de la fauna y de los neandertales.
La investigación, que llevaron a cabo científicos de España y Portugal, determinó que hace más de 100.000 años estos elefantes gigantes, además de aves acuáticas, ciervos, zorros rojos, lobos y jabalíes (estos últimos de hasta 300 kilos de peso), habitaron lo que es hoy la provincia de Huelva, en el suroeste del país.
Para ser más específicos, poblaron el acantilado del Asperillo entre las playas de Matalascañas y Mazagón. El acantilado es un sistema de dunas fósiles que comprenden doce hectáreas de costa entre dichas playas. De encuentra dentro del Parque Nacional de Doñana.
La noticia cobra aún más relevancia al tratarse de los últimos mamíferos de Europa que se desplazaron al suroeste de la península ibérica en busca de un mejor hábitat por las difíciles condiciones de la glaciación en el resto del continente.
Un equipo multidisciplinario
El estudio estuvo dirigido por los paleontólogos Carlos Neto de Carvalho y Fernando Muñiz, miembros de las universidades de Lisboa y de Sevilla, respectivamente.
A su vez, participaron las universidades de Coimbra, Huelva, Barcelona, el Museo Nacional de Gibraltar y el Centro Administrativo El Acebuche. Se publicó recientemente en la revista Quaternary Science Reviews. Lleva por título Primeras huellas de vertebrados y paleoentorno MI5-S en el Parque Nacional de Doñana.
El descubrimiento de una superficie sellada de huellas a los pies del acantilado del Asperillo abre una fuente de conocimientos sobre la evolución de la fauna en esta zona, informó Huelva Ya.
Elefante de colmillo recto
El hallazgo, denominado Matalascañas Trampled Surface (superficie pisoteada de Matalascañas), tiene como una de sus novedades el que los investigadores encontraran las huellas del Palaeoloxodon antiquus, al que también se le conoce como el elefante de colmillo recto, y el cual vivió durante el Pleistoceno. Las lluvias del último invierno dejaron al descubierto dichos rastros en el acantilado del Aspillero.
El Palaeoloxodon antiquus no era un elefante cualquiera. De poco pelo y orejas pequeñas, sus colmillos casi rectos medían unos dos metros de largo. Se parecía al actual elefante africano de la floresta. Se calcula que pesaba entre 6.000 y 7.000 kilos y que sus patas eran un poco más largas que las de los elefantes modernos.
Además, se cree que las huellas de estos elefantes gigantes medían 80 centímetros. Esto hace suponer a los investigadores que llegaban a los 4 metros de altura. También se cree, partiendo de los registros de sus huellas, que se desenvolvía en pequeños grupos familiares.
A su vez, en Matalascañas se han identificado los rastros paralelos de un adulto de tamaño medio y un ejemplar joven.
Un equipo de unas 30 personas se encargó de catalogar las huellas. También se ha hecho un amplio reportaje fotográfico y elaborado moldes. De esta manera, pueden seguir estudiando este hallazgo, antes de que el propio empuje del mar acabe por destruirlo.
Anteriormente, en Portugal se habían encontrado restos de este mamífero de hace alrededor de 30.000 años. En España también se han hallado en los yacimientos de Torralba y Ambrona, en Soria.
Habitantes antiquísimos
Otro resultado importante de la investigación es que el equipo estudió la huella más reciente de los neandertales. Se cree que estos pudieron vivir en esa zona hasta 12.000 años más que en el resto del continente, gracias a las buenas condiciones del clima y la fauna. En el resto de Europa, sin embargo, se extinguieron hace 40.000 años.
Así pues, el equipo dio con la huella de un adolescente de 1,30 metros de altura en una antigua cantera de Gibraltar, informó El País.
“La fotogrametría evidenció la forma de los dígitos, el talón, el puente y las almohadillas. No hay duda de que se trataba de un homínido. La comparación con otras huellas mostraba que era cercano a los neandertales. La termoluminiscencia (OSL, siglas en inglés de optically stimulated luminescence) nos dio la fecha precisa: 28.300 años”, afirmó, por su parte, Muñiz.
Más que elefantes gigantes
“El estudio de los rastros complementa los trabajos paleontológicos y aporta un factor fundamental para entender el comportamiento de los vertebrados terrestres hace miles de años. Nuestros hallazgos contribuyen al debate sobre la supervivencia de especies durante ese periodo de transición climática hacia el último Glacial, que abarca entre los 125.000 y los 12.000 años, y a demostrar el origen de la biodiversidad posterior en la zona”, explicó Neto de Carvalho.
El paleontólogo agregó que encontraron otras huellas de neandertales en el norte del Algarve. Dijo que las están analizando a fin de establecer la edad exacta.
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