Por Benito Guerrero
25/07/2017
La apertura de Asgaya (Calle Doctor Fleming, 52) ha supuesto la evolución y revolución de la cocina asturiana y norteña.
El local hace honor a su nombre, que en bable significa “abundancia”.
Por consiguente, sus raciones son contundentes y su servicio generoso y atento a los detalles.
De hecho, la carta del restaurante es sobre todo es un homenaje al producto, al refinamiento y al sabor.
Asturiano de nacimiento y madrileño de adopción, su propietario Manolo Fernández empezó en el oficio hostelero a los 18 años.
En Madrid trabajó en el restaurante de sus tíos hasta que en 1981 se independizó para abrir Vigamar’s, una casa de comidas asturiana, enfocada al día a día en la zona de Chamartín.
También con la mirada puesta en sus raíces en 2007 inauguró el Hórreo Asturiano y ahora sorprende a los paladares más exigentes con esta nueva apertura.
Tradición, innovación y una materia prima excepcional
Manolo ha busca en Asgaya dar salida a los sabores de su pueblo natal pero desde un prisma mucho más moderno y sofisticado.
Por ese motivo, la propuesta gastronómica parte de la mejor materia prima: pescados del Cantábrico, mariscos de las Rías gallegas, carnes de las cabañas del Norte, verduras de la huerta Navarra y quesos de Asturias.
Actualmente en su recetario no faltan especialidades asturianas como las verdinas hechas como en Cudillero o la fabada.
Por otro lado, el restaurante ha querido rendir homenaje el Principado apostando por la sidra para brindar.
En total, tres referencias de edición muy limitada y muy distintas entre sí escogidas entre las más singulares y especiales.
– Prau Monga, del llagar Viuda de Angelón en Nava y también con D.O.P.
Con gran intensidad de matices es perfecta para tomar con croquetas de cabrales o la ensalada de perdiz con foie y parmesano.
– Valdedios, una sidra del llagar Manuel Busto Amandi en Villaviciosa.
Esta sidra está hecha base de manzanas seleccionadas, suave pero ligeramente picante, de cuerpo medio y larga persistencia.
– Valveran, una sidra de hielo que se elabora en Asturias cuyo sabor recuerda a los grandes vinos de hielo alemanes.
Es especial, muy original y sorprendente. Armoniza con postres como la tarta fina de manzana.
¡Buen provecho!