Por Cambio16
27/04/2017
Sus principales responsables fueron pillados in fraganti, y eso permitió a la Policía y a la Guardia Civil la desarticulación de toda una organización dedicada al tráfico de estupefacientes, que introducía hachís a través de las costas de Barbate, en Cádiz.
Tal y como han informado ambos cuerpos en sendas notas, en total han sido detenidas doce personas y se han incautado 1.900 kilogramos de hachís, una embarcación neumática y once vehículos, entre ellos dos todoterrenos y un quad de gran cilindrada.
La operación se inició cuando los agentes tuvieron conocimiento de la existencia de una red dedicada a la introducción de hachís por la costa de Barbate, la cual estaba liderada por una persona conocida como Canela. Este individuo habría ido escalando peldaños en la estructura de las organizaciones de narcotraficantes que operan en el Estrecho de Gibraltar, empezando como conductor de transportes terrestres portando droga hasta formar y liderar su propia organización.
Las primeras investigaciones le atribuyeron a este grupo la organización de un alijo de 1.650 kilos, interceptado por la Guardia Civil en la desembocadura del río Canchón, que le obligó a realizar varios viajes a Marruecos. A raíz de este, se detectó que los investigados contarían con fuertes contactos en Ceuta, Algeciras y Marruecos. La base se encontraba en la comarca de la Janda (Cádiz), donde habían establecido numerosos contactos y puntos de alijo, lo que podría componer una organización criminal.
Las investigaciones permitieron localizar a cada uno de los miembros de la organización y asignarles el rol que desempeñaban en la misma, así como domicilios, vehículos que utilizaban además del resto de su infraestructura.
Entre el final de enero de este año y principios de febrero, se produjeron varios encuentros entre sus miembros y los compradores de la droga, que resultaron ser ciudadanos holandeses de origen marroquí. Las pesquisas de los agentes desvelaron que el alijo se iba a producir de forma inminente, constatando que el líder realizó varios desplazamientos a Marruecos para mantener reuniones con las personas que le suministraban el hachís.
El 11 de febrero, se organizó el dispositivo para abortar el alijo que la organización preparaba. Los guardias civiles del Servicio Marítimo de Cádiz abordaron la embarcación a una milla y media de la playa de El Palmar, concretamente frente a la zona de la Chanca. Se trataba de una panelable de 10 metros con tres tripulantes marroquíes a bordo y que cargaba 1.900 kilogramos del estupefaciente.
Tras este alijo y una vez se recabaron pruebas e indicios suficientes para demostrar la implicación de todos los investigados en la comisión de los delitos de tráfico de drogas y asociación ilícita, se solicitó de la autoridad judicial la entrada y registro en los domicilios de los investigados, ubicados en Vejer, Barbate, Guadiaro, Ceuta, Segurilla (Toledo) y Estepona (Málaga), realizándose simultáneamente.
Así, se detuvo a los nueve miembros de la organización, así como la intervención de dinero, vehículos, diversa documentación y material tecnológico para su estudio. Sobre los tres ciudadanos holandeses que se habían desplazado a nuestro país para ultimar la operación se dictó una orden internacional de detención.
En el registro efectuado en la casa que el líder de la organización poseía en Barbate, se encontraron dos armas detonadoras y un inhibidor de frecuencia, además de un quad de gran cilindrada que había sido robado. Una bodega de la vivienda tenía las paredes cubiertas con trofeos de caza, algunos de ellos de procedencia ilícita, por lo que se han entregado las evidencias correspondientes a la Fiscalía de Medio Ambiente para tomar las medidas oportunas.