Por Cambio16
05/05/2017
Robaban en naves, grandes almacenes, bares, restaurantes, gasolineras, explotaciones agrarias o entidades bancarias, y sustraían camiones u otros vehículos. Una operación conjunta de la Policía y la Guardia Civil ha permitido la detención de una organización multidelincuencial especializada en delitos contra el patrimonio. En total, han sido arrestadas 59 personas y se han esclarecido 126 hechos delictivos cometidos en diferentes provincias de la mitad norte del país.
Según han informado ambos cuerpos en sendas notas de prensa, los delincuentes asaltaban grandes superficies, empresas o entidades bancarias con coches de alta gama, también robados que les facilitaban la huída, y previo enfriamiento de los objetos sustraídos en naves abandonabas les daban salida al mercado por medio de receptadores.
La investigación se inició al detectarse, tanto en Valladolid capital como en la provincia, varios robos perpetrados en naves industriales, grandes superficies y tiendas de telefonía, además de la sustracción de cabezas tractoras, remolques con sus cargas y vehículos de gran cilindrada que solían utilizar para cometer los robos. Con las primeras pesquisas, los agentes averiguaron que detrás de estos delitos se podrían encontrar los miembros de una organización que ya anteriormente habían sido detenidos por hechos análogos.
Por este motivo se organizó un equipo conjunto entre agentes de la Policía Nacional y la Guardia Civil, con el objetivo de compartir la información ya existente y conseguir identificar a los implicados. Poco después se verificó que llevaban una amplia temporada cometiendo ilícitos penales en diferentes provincias de la geografía nacional, concretamente se les atribuyeron atracos en diferentes empresas, grandes almacenes y sustracciones de vehículos.
Avanzada la investigación se comprobó que sus integrantes tenían un algo grado de especialización en la comisión de todo tipo de delitos contra el patrimonio y contaban con un perfecto reparto de tareas, mientras unos obtenían la información, otros realizaban las vigilancias, las conducciones o el escalo para introducirse en el objetivo-. También se pudo comprobar que los ilícitos los cometían normalmente en horas nocturnas y para conseguir huir de una forma rápida, en caso de ser detectados, sustraían vehículos de alta gama con una potencia elevada.
Posteriormente y tras un estudio previo del objetivo a robar, se juntaban los miembros necesarios de la organización para la comisión del ilícito en función de la especialidad (especialistas en butrones, en cajeros, en alunizajes, inutilización de alarmas, conductores de camiones) y una vez cometido, previo “enfriamiento” de la mercancía mediante la ocultación en naves abandonadas, eran entregados a los receptadores que daban salida a lo sustraído.
Más adelante los investigadores detectaron tres células que actuaban de forma conjunta o aislada, en función de los intereses. Una de ellas cometía los robos en otras comunidades, obligando a desplazarse a los investigadores a Cantabria, tras detectar la comisión de diversos robos en esa zona y alrededores. A primeros de Marzo, en uno de los seguimientos realizados por los agentes en Zaragoza, se averiguó que el grupo tenía la intención de cometer un secuestro express. Este intento fallido, desembocó en la detención de los supuestos autores.
Poco después los investigadores detuvieron al cabecilla del entramado en el municipio vallisoletano de Laguna de Duero, decretando el juez su ingreso en prisión. Pero ante la ausencia del líder, otro nuevo cabecilla le sucedió, organizándose una nueva célula dedicada sobre todo en el robo de vehículos en Madrid. Ante las diversas coincidencias en investigaciones con varias unidades de Madrid, se establece un operativo conjunto y se averigua que la nueva célula realiza robos de vehículos por encargo para otra organización criminal.