Por Iñigo Aduriz
23/03/2017
Utilizaban el método del butrón y así irrumpían en grandes naves industriales o en comercios al por mayor para robar todo lo que encontraban. Se trataba de una red organizada que acaba de desarticular la Guardia Civil y que operaba en 14 provincias españolas. Según ha informado el Instituto Armado a través de una nota, en el marco de la operación se ha detenido a 14 personas (13 de nacionalidad rumana y una española) que tenían edades comprendidas entre los 24 y los 43 años. Y, en total, se les atribuyen 91 delitos.
También se han practicado ocho registros domiciliarios y se ha irrumpido, asimismo, en dos talleres mecánicos, donde se han intervenido cinco vehículos, una bicicleta, dos armas de fuego, dinero en metálico, numerosos teléfonos móviles, 2.000 metros de cable de cobre, herramientas de uso profesional, dispositivos electrónicos, productos alimenticios y abundante documentación.
Siempre según la información facilitada por la Guardia Civil, la investigación se inició a raíz de un robo cometido en un establecimiento de distribución de bebidas de la localidad albacetense de Ossa de Montiel, en el cual los autores sustrajeron el camión de reparto de la distribuidora. Efectivos del Equipo de Patrimonio, pertenecientes a la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil de Albacete, tras inspeccionar la zona obtuvieron pruebas de interés para tratar de identificar a sus autores.
El avance de las investigaciones permitió comprobar la existencia de una organización criminal con base en la zona próxima al Corredor del Henares, teniendo sus componentes su residencia temporal en esa zona, estableciendo así el perfil geográfico delincuencial de la red. El grupo delictivo planificaba sus actuaciones. Y es que antes de cometer los robos seleccionaba el lugar en base a informaciones obtenidas mediante reconocimientos previos de la zona o bien por robos cometidos con anterioridad.
Mediante butrones practicados en el techo, accedían a las naves industriales de donde sustraían los objetos previamente seleccionados. Si una vez en el interior se hallaban vehículos, éstos eran cargados con el material sustraído para, posteriormente y tras cambiarles las placas de matrícula, darles nuevo uso en sus actividades delictivas. El Instituto Armado sostiene así que los detenidos formaban un grupo criminal perfectamente organizado, con una estructura jerárquica tipo piramidal. El primer escalón estaba formado por los “jefes” o encargados de realizar las funciones de dirección y coordinación de todo el entramado delincuencial.