A pesar de las críticas que acompañan sus avances, el mundo necesitará de la Inteligencia Artificial para derribar actuales limitaciones y alcanzar progresos hasta ahora desconocidos. Pero, al ritmo que va el desarrollo y el uso de la IA a escala global, es posible que todos terminemos leyendo a la luz de las velas. Su consumo de electricidad parece insaciable.
Las necesidades de energía de los centros de datos de esa tecnología desafían a las redes eléctricas que luchan por mantenerse al día con sus demandas. El consumo de energía del ecosistema de IA, que abarca todo, desde hardware hasta protocolos de capacitación y técnicas operativas preocupa. Su huella ambiental se está desviando de la sostenibilidad.
La energía necesaria para ejecutar tareas de IA se está acelerando con una tasa de crecimiento anual de entre 26% y 36%. Esto significa que para 2028, por ejemplo, la IA podría estar consumiendo más energía que la que demandó toda Islandia en 2021, con casi 400.000 habitantes. Otro estudio sugirió que la IA podría representar el 0,5% del uso mundial de electricidad para 2027 o aproximadamente lo que Argentina usa en un año.
Las llamadas unidades de procesamiento gráfico requieren más energía que un microchip promedio y emiten más calor. Estas GPU se utilizan para entrenar grandes modelos de lenguaje y responder a consultas ChatGPT.
Analistas de Wells Fargo proyectaron que la demanda de electricidad de EE UU podría aumentar un 20% para 2030, impulsada en parte por la IA, reseñó The New York Times. Mientras Goldman Sachs estimó que los centros de datos representarían el 8% del uso de energía de EE UU en 2030, frente a solo el 3% actual.
IA y su voraz demanda de electricidad
«Es un crecimiento de carga potencial verdaderamente astronómico», señaló Ben Inskeep, director de programas de Citizens Action Coalition. Un grupo de vigilancia del consumidor con sede en Indiana que está rastreando el impacto energético de los centros de datos.
Microsoft, Google, Amazon y Meta han anunciado planes para construir nuevos centros de datos en Indiana. Desarrollos que, según Inskeep, pondrían a prueba la red. “No tenemos suficiente energía para satisfacer las necesidades proyectadas de los centros de datos en los próximos cinco a diez años”, afirmó el directivo. “Necesitaríamos una gran cantidad de recursos adicionales”.
Desde hace una década, esas mismas cuatro empresas han estado a la vanguardia de los esfuerzos corporativos por adoptar la sostenibilidad. Pero en cuestión de meses, las demandas energéticas de la IA han complicado esa narrativa.
Las emisiones de Google el año pasado fueron un 50% más altas que en 2019. En gran parte debido a los centros de datos y al auge de la IA. Las emisiones de Microsoft también aumentaron por las mismas razones, un 29% el año pasado con respecto a 2020. Y las emisiones de Meta aumentaron un 66% de 2021 a 2023.
Tanto Google como Microsoft dijeron que la IA resultaría crucial para abordar la crisis climática. Que estaban trabajando para reducir su huella de carbono y ofrecer más energía limpia en línea. Amazon hizo referencia a sus esfuerzos en materia de sostenibilidad.
Las empresas tecnológicas tienen dos formas de satisfacer la demanda: aprovechar la red existente o construir nuevas centrales eléctricas. Cada una de ellas plantea sus propios desafíos.
En Virginia Occidental, las plantas de energía a carbón que estaban programadas para ser retiradas se mantienen en funcionamiento para satisfacer las necesidades energéticas de nuevos centros de datos al otro lado de la frontera, en Virginia.
Daños ambientales
Las empresas de servicios públicos en EE UU están construyendo nueva infraestructura de gas natural para dar soporte a los centros de datos. Goldman Sachs prevé que “el aumento del consumo de energía de los centros de datos en el país generará alrededor de 3.300 millones de pies cúbicos por día de nueva demanda de gas natural para 2030. Requerirá la construcción de nueva capacidad de gasoductos”.
Al mismo tiempo, los gigantes tecnológicos están trabajando para asegurar mucho más poder para impulsar el crecimiento de la IA. Microsoft mantiene un plan de 10.000 millones de dólares para desarrollar energía renovable destinada a centros de datos. Amazon ha dicho que utilizó energía 100% limpia el año pasado.
Toda esa nueva energía baja en carbono es genial. Pero cuando las propias empresas tecnológicas consumen esa electricidad para alimentar nuevos centros de datos de IA, lo que aumenta la demanda de energía, no están haciendo que la red en general sea más limpia.
Las demandas energéticas de la IA son cada vez más intensas. Microsoft y OpenAI están planeando construir un centro de datos de 100 mil millones de dólares. Podrían requerir cinco gigavatios de energía, o aproximadamente el equivalente a cinco reactores nucleares.
Y al mismo tiempo que las empresas construyen más centros de datos, muchos de los chips que son el núcleo de la revolución de la IA consumen cada vez más energía. Nvidia, el líder en chips de IA, presentó nuevos productos que consumirían exponencialmente más energía de la red.
El auge de la IA está generando grandes ganancias para algunas empresas y puede que aún produzca avances que ayuden a reducir las emisiones. Pero, al menos por ahora, los centros de datos están haciendo más daño que bien al clima.