El Gobierno de Italia culpa a la empresa Autostrade por el derrumbe del puente en Génova de este miércoles, que causó la muerte de 39 personas y 16 heridos. Las autoridades piden dimisiones y trabajan para quitarle su concesión de peaje a la compañía gestora del puente.
El puente, con una antigüedad de 50 años, parte de una autopista de peaje que une la ciudad portuaria de Génova con el sur de Francia. Su caída se produjo mientras llovía torrencialmente causando que decenas de vehículos terminaran en el lecho de un río, así como la destrucción de una vida del tren y dos almacenes.
Mientras las grúas llegaban para desplazar trozos de cemento partido del tamaño de un camión, cientos de bomberos buscaban supervivientes, y el impacto y el dolor público se convertían en enfado por el estado del puente de 1,2 km de largo, terminado en 1967 y reformado hace dos años.
Revocación de la concesión
El estado del puente y su capacidad para soportar grandes aumentos de la intensidad y el peso del tráfico a lo largo de los años ha centrado el debate público. El vice primer ministro y ministro del Interior, Matteo Salvini, dijo que el gestor privado del puente había ganado «miles de millones» con los peajes pero «no gastó el dinero que se esperaba» y su concesión debería ser revocada.
Aparentemente hacía referencia a la empresa que tiene la concesión del puente, la italiana Autostrade, filial del grupo Atlantia. «Lo mínimo es imponer los mayores castigos posibles y asegurar que aquellos responsables por los muertos y los heridos paguen por cualquier daño y delito», dijo.
El portavoz de los bomberos Luca Cari dijo que 400 bomberos estaban en el lugar, levantando grandes trozos de cemento para crear espacios a fin de que los equipos de rescate buscaran supervivientes.
Asimismo, el ministro de Transporte dijo el miércoles que había iniciado un proceso para quitar la concesión a Autostrade y pidió la dimisión de los principales gestores de Autostrade.
«Autostrade per l’Italia no fue capaz de cumplir con sus obligaciones bajo el contrato que regula la gestión de esta infraestructura», dijo Danilo Toninelli en la televisión estatal RAI 1, añadiendo que buscaría aplicar grandes mulatasa a la empresa.
Pero Autostrade, filial de la cotizada Atlantia, dijo que había hecho comprobaciones regulares y sofisticadas de la estructura antes del derrumbe, confiando en «compañías e instituciones que son líderes mundiales en pruebas e inspecciones», y que éstas habían dado resultados tranquilizadores.
Inspecciones estructurales
«He dado mandato a mi ministerio para comenzar todos los procedimientos para aplicar el acuerdo, esto es revocar la concesión a estas compañías y buscar sanciones significativas que pueden alcanzar hasta 150 millones de euros basados en los términos del contrato», dijo el ministro.
El Puente Morandi, nombrado así por el ingeniero que lo diseñó, forma parte de la autopista A10 motorway gestionada por Autostrade. El trazado de 55-km de la A10 supone alrededor del 1,7 por ciento del tráfico de la red del mayor operador de peajes de Italia, según una estimación de un analista.
«Los principales gestores de Autostrade per l’Italia deben dimitir en primer lugar», dijo Toninelli en un mensaje en Facebook. También aseguró que el Gobierno inspeccionaría estructura de puentes viejos y túneles a lo largo del país con vistas a lanzar un programa de reparaciones si es necesario.
Cuidar a los ciudadanos
Pocas horas después de la catástrofe, el Gobierno dijo que el derrumbe demostraba que Italia necesitaba gastar más en sus deterioradas infraestructuras, haciendo caso omiso de las restricciones presupuestaria de la UE si es necesario.
«Deberíamos preguntarnos a nosotros mismos si respetar esos límites es ahora más importante que la seguridad de los ciudadanos italianos. Obviamente, para mí no», dijo el vice primer ministro Matteo Salvini.