Durante el régimen de Nicolás Maduro la actividad petrolera de Venezuela se ha desplomado en forma estrepitosa y junto a la debacle económica que significa para ese país monoproductor, se une una importante corrupción que anida en la petrolera estatal. En adición, la ausencia de inversiones y mantenimientos en las amplias instalaciones de Petróleos de Venezuela (PDVSA), la hacen vulnerable a derrames petroleros, con las terribles consecuencias para sus ecosistemas marinos, el medio ambiente y la población.
El entonces gigante petrolero dejó de reportar datos operativos en 2016. Sin embargo, antes de esa fecha, el volumen de derrames e incidentes relacionados era incómodamente alto.
El Observatorio de la Tierra de la NASA, en septiembre de 2021, afirmó que los datos de PDVSA, agencias de noticias, informes científicos y grupos ambientalistas indicaron que hubo unos 40.000 a 50.000 derrames de petróleo entre 2010 y 2016. Derrames y fugas de crudo debido a infraestructura petrolera abandonada y por descargas operativas, azotan a Venezuela causando daños ambientales considerables.
Desde 2016, la situación se ha deteriorado significativamente, con derrames que han alcanzando niveles récord, reseñó la web especializada Oil Price. Según el Observatorio de Ecología Política de Venezuela, hubo 86 derrames de petróleo durante 2022 frente a los 77 del año anterior.
Detalló que estos derrames tuvieron lugar en los estados Zulia (31), Falcón (29). Anzoátegui (14), Monagas (5), Carabobo (3), Delta Amacuro (2) y Portuguesa (2). La organización aseguró que «no existe ningún tipo de información oficial» con respecto a la cantidad de barriles derramados y las dimensiones de las áreas afectadas.
«En el 2022 también se produjeron incendios y explosiones en diferentes instalaciones de PDVSA”, el Observatorio registró un total de 10 de estos siniestros, muchos asociados a los derrames.
Crecen los derrames petroleros Venezuela
El reporte de derrames de petróleo en Venezuela no se detiene en 2016. Todo lo contrario, aumenta considerablemente. El Observatorio Venezolano de Derechos Humanos Ambientales contabilizó 199 derrames de petróleo o un promedio de alrededor de 40 por año.
Durante el segundo semestre de 2022, de julio a diciembre, el think tank ambiental registró 35 derrames de petróleo en territorio venezolano. Esas cifras subrayan aún más que el volumen de derrames, así como otros incidentes dañinos para el medio ambiente causados por las operaciones de la industria petrolera, se están saliendo de control.
Hay denuncias de que el régimen autocrático de Maduro y PDVSA están encubriendo eventos que dañan el medio ambiente y otra mala prensa, incluida la emisión de gases tóxicos y derrames de petróleo.
El Observatorio indicó que durante 2022 la mayoría de los derrames de crudo ocurrieron en Zulia y Falcón. Esos estados contienen una porción significativa de los campos petroleros de Venezuela, torres de perforación, tanques de almacenamiento, oleoductos y refinerías.
Esa instancia contabilizó 31 derrames de petróleo en Zulia durante 2022, la cifra más alta en cualquiera de los estados. Es el lago de Maracaibo, el lago más grande de América del Sur y uno de los más antiguos del mundo. Ubicado en Zulia, que recibe la peor parte de las emisiones y derrames de la industria petrolera de Venezuela, fuertemente corroída.
El petróleo se descubrió por primera vez cerca del lago de Maracaibo en 1914, y la producción comercial comenzó en 1922. Una parte considerable de sus pesadas instalaciones tienen hasta un siglo de antigüedad, y muchas no han sido cartografiados ni mantenidos.
Daños profundos al Lago de Maracaibo
Esa infraestructura envejecida y decrépita arroja continuamente petróleo al lago de Maracaibo. La contaminación es tan grave que las comunidades locales afirman que el lago de Maracaibo huele persistentemente como una refinería. Con gases nocivos que se elevan del agua cubierta permanentemente por una mancha negra.
También están las orillas del cuerpo de agua que están constantemente cubiertas por una espesa baba residual de aceite negro. El daño que ha ocurrido a lo que podría decirse que es uno de los ecosistemas marinos más importantes y biodiversos de América del Sur parece irreversible.
2023 se inició con otro derrame petrolero que inauguró el año en materia ambiental en ese país. Una filtración de crudo dejó manchas de líquido negro que se extendieron por más de 30 kilómetros cuadrados en el Lago de Maracaibo, como reportó el investigador Eduardo Klein.
Si bien el lago de Maracaibo está experimentando la peor parte del daño ambiental por los derrames petroleros en esa región occidental de Venezuela, no es la única. El estado Falcón, que alberga la segunda refinería más grande del mundo, el Complejo de Refinería Paraguaná de 940.000 barriles por día, sufrió 29 derrames de petróleo en 2022.
Las fugas en las tuberías y los tanques de almacenamiento en la instalación son responsables de la mayoría de los derrames de petróleo que ocurren en Falcón. La instalación también ha sufrido cortes frecuentes debido a instalaciones muy corroídas, explosiones e incendios.
Los derrames y otras emisiones tóxicas del complejo Paraguaná están ocurriendo a un ritmo alarmante causando daños considerables a la costa y al medio ambiente marino circundante.
Desastre ambiental también alcanza a Falcón y Carabobo
En 2021, la Academia Venezolana de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales se refirió a la delicada situación. “A lo largo de la costa, los derrames de hidrocarburos y la descarga de desechos por parte de la industria petrolera ocurren cada día con mayor frecuencia”. Hay frecuentes derrames de bajo nivel del complejo de Paraguaná, y el petróleo se vierte regularmente en el Mar Caribe y en la costa cercana.
La problemática refinería El Palito, de 146.000 barriles por día, en el estado Carabobo, también tiene un largo historial de descarga de crudo y productos refinados en el área circundante.
Uno de los peores derrames petroleros registrados en Venezuela en los últimos años, que afectó gravemente al Parque Nacional Morrocoy, ecológicamente sensible. Ocurrió a fines de 2020 cuando se derramaron casi 27.000 barriles de petróleo de la refinería El Palito que inundaron las playas cercanas. Esto se produjo tras varios intentos por reiniciar El Palito, mientras se despedían asimismo gases nocivos.
Desde entonces, El Palito fue reacondicionado por la Empresa Nacional de Refinación y Distribución de Petróleo de Irán, de propiedad estatal, en un acuerdo de aproximadamente $ 110 millones alcanzado entre Caracas y Teherán. La refinería finalmente reinició operaciones en junio de 2023.
Venezuela está sufriendo un daño ambiental inmenso a manos de la otrora poderosa industria petrolera del país. La búsqueda despiadada del crecimiento de la producción de petróleo, está aumentando el volumen de derrames y otros incidentes que dañan el medio ambiente.
Legado pernicioso
Los científicos creen que el daño sufrido por el lago de Maracaibo es tan severo que gran parte de él ahora es irreversible. Con muchos de los ecosistemas marinos del cuerpo de agua destruidos. La gravedad y el volumen crecientes de los derrames, junto con la falta de esfuerzos de limpieza, seguirán causando estragos en el medio ambiente.
El legado más perdurable de Maduro para Venezuela, según Oil Price, será un desastre ambiental que está teniendo un impacto calamitoso en el undécimo país con mayor biodiversidad del mundo, cuya remediación requerirá miles de millones de dólares y décadas.