Por Natalia Lobo
04/06/2018
El senegalés Sadio Mané se ha labrado un puesto como uno de los mejores atacantes del fútbol europeo esta temporada y, sin duda, será uno de los nombres a tener en cuenta este verano en Rusia. Este curso con el Liverpool marcó 23 goles y dio nueve asistencias y conformó, junto a Salah y Firmino, el tridente más efectivo del continente.
Sin botines pero con talento
Mané (10 de abril de 1996) se crió en la pequeña localidad de Bambali, en el seno de una familia modesta. De chico siempre se interesó en el balompié y su ídolo era Ronaldinho. A los 15 años viajó con su tío a la ciudad de Dakar para participar en unas pruebas del equipo Generation Foot. Sus zapatillas estaban destruidas y no tenía la indumentaria adecuada. El ojeador lo increpó. “Le dije que fui con lo mejor que tenía y que solo quería jugar, probarme”, contó Mané sobre aquél día.
Finalmente, Mané hizo la prueba. Su velocidad, regate y capacidad para el gol le valieron una ficha en el equipo. Sus papás no entendían porque quería jugar al fútbol, sin embargo lo apoyaron. Pudo jugar y no pasó mucho tiempo para que su trabajo duro y su talento lo llevaran a Europa. Se fue al Metz de Francia y luego al Salzburgo. En Austria, ganó la Bundesliga y la Copa de Austria. Y lo hizo dejando una marca de 45 goles en 87 partidos. De allí, fue adquirido por el Southampton. Su fútbol llamó la atención de Jürgen Klopp, que lo seguía desde el Salzburgo y se lo trajo al Liverpool en el 2016.
Velocidad y versatilidad
Sadio Mané destaca porque su rapidez y su versatilidad. Es capaz tanto de crear ocasiones como de marcar y funciona en cualquier posición de ataque. Primero estuvo en la banda derecha pero, con la llegada Salah, pasó a la izquierda sin problemas. “Jugar bien es ayudar a tus compañeros. Si no contribuyes a que el equipo crezca no estás jugando bien, por más que metas goles”, asegura el extremo.
Una de sus características es el desmarque. Para el senegalés es una habilidad natural y que aprovecha para crear espacios para sus compañeros. Esta es una de las características que más le aprecia Klopp. Por otro lado, y como se evidenció en la final de Champions, Mané tira del carro cuando es necesario y se erige como líder cuando el equipo lo requiere.
Busca revancha con Senegal
Senegal fue una de las sorpresas del Mundial Corea-Japón 2002. En su primera participación en un campeonato del mundo, los africanos derrotaron a Francia, campeón vigente de aquél entonces, en la fase de grupos. Y luego llegaron a cuartos de final, en donde cayeron ante Turquía. Con Mané, el equipo pretende volver a llegar lejos en Rusia.
El extremo fue una pieza clave para la clasificación de Senegal para este Mundial. También fue fundamental para alcanzar la final de la Copa Africana de Naciones 2017. Sin embargo, Mané falló el quinto penal en la tanda decisiva ante Camerún. El fútbol le dará otra oportunidad.