Philippe Coutinho es un futbolista de esos que ilusionan. El brasileño es talento puro, visión de juego, regate y gol. Por ello no es de extrañar que el Barcelona se hiciera con sus servicios el pasado invierno por la cifra de 160 millones de euros, siendo el fichaje más caro del club. En el Mundial de Rusia, Coutinho será uno de los jugadores a tomar en cuenta.
Coutinho comenzó su carrera en Brasil, en las inferiores del C.R Vasco de Gama. Su calidad le valió ser fichado por el Inter de Milán en el 2008, con tan solo 16 años. Sin embargo, comenzó su carrera en el equipo italiano dos años después de la mano de Rafa Benítez.
El joven encantó al técnico español, que le dedicaba sesiones especiales para reforzar sus talentos. Sin embargo, el club no le ofreció a Benítez la plantilla que quería y se marchó. Coutinho quedó huérfano en el club y en el 2012 fue cedido al Espanyol. Jugó media temporada y volvió a Italia pero tampoco vio minutos con los nerazzurri. Entonces, el Liverpool llamó a su puerta y Philippe Coutinho se mudó a Inglaterra.
En Anfield, Coutinho deleitó a los aficionados reds. Fue de menos a más, mejorando con cada participación. En su última temporada con el equipo inglés, jugó 36 partidos, metió 14 goles y dio nueve asistencias. Pero más allá de las estadísticas, la manera de jugar del brasileño fue lo que llamó la atención del Barcelona, que buscaba un reemplazo para Neymar. Como culé, Coutinho ha jugado 20 partidos y hecho 10 goles. Se ha entendido bien con Messi y, poco a poco, empieza a despuntar como sustituto de Iniesta.
El apoyo de Neymar
Philippe Coutinho destaca también por su rapidez y su desborde, así como por su habilidad para rematar desde fuera del área y patear con ambos pies. Por ello, no es de extrañar que forme junto a Neymar y Gabriel Jesús la delantera de la canarinha.
Además, debido a sus buenos dotes de organizador, también puede asistir desde el mediocampo. El brasileño se erigió como la referencia del equipo de Tite mientras Neymar estuvo de baja. Sin embargo, con la reaparición del 1o, Coutinho ha demostrado que con los mejores solo sabe entenderse.
En Rusia, con 26 años, Coutinho puede terminar de dar el salto de gran jugador a crack indiscutible. En su punto de plenitud, el delantero puede aprovechar todas sus facultades para erigirse como ídolo de la afición y acallar a los críticos que no ven en él madera de estrella más allá del precio. Es la hora para que el pequeño mago muestre todos sus trucos.