Por Natalia Lobo
26/05/2018
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El Real Madrid hace historia con su tercera Champions consecutiva. Los merengues consiguen su decimotercera Copa de Europa luego de vencer al Liverpool por 3-1 en el Estadio Olímpico de Kiev. Benzema (50’) y Bale (63’ y 82’) fueron los goleadores para el conjunto blanco, mientras que Sané marcó el tanto del descuento para el conjunto inglés.
Como se preveía, el partido empezó con un Liverpool bastante adelantado y presionando al Real Madrid en la salida. Sobre todo, Salah, Firmino y Mané, así como los laterales. Los “reds” tuvieron el control de los primeros minutos del encuentro. Sin embargo, los jugadores del Liverpool no estuvieron finos en los últimos remates que daban en los defensas blancos.
El Madrid supo aguantar el aluvión del Liverpool e incluso consiguió algunas ocasiones de la mano de Marcelo, señalado por Klopp como el punto débil del Madrid. Pero nada realmente inquietante para el Liverpool. Incluso cuando el equipo de Zidane tenía la pelota, el conjunto de Klopp no se veía incómodo en la cancha.
La lesión de Salah
Keylor Navas tuvo que intervenir varias veces. Especialmente clave en una salida ante un buen disparo de Alexander-Arnold. Minutos antes, Sergio Ramos había apagado el fuego de un remate de Firmino. Parecía que el primer gol del Liverpool iba a marcar el primero hasta que Sergio Ramos y Mohamed Salah cayeron en un forcejeo que terminó con el egipcio en el suelo y el hombro dislocado.
Salah abandonó el campo entre lágrimas y Ramos se vio de pronto liberado de una pesadilla. Entró por el egipcio Lallana. No fue la misma amenaza para el central, que se vio con más espacios para la salida. El golpe anímico de la salida de Salah fue mucho para el Liverpool que se empezó a sentir perdido en el campo.
El Madrid comenzó acercarse a Karius pero también perdió a Carvajal, que se dolió de un pinchazo. El lateral también se fue en lágrimas, probablemente pensando que se perdería el Mundial. Zidane le dio entrada a Nacho. Poco después Benzema marcó el primero, invalidado por fuera de juego.
El error de Karius
El segundo tiempo empezó con un Madrid más enchufado pero también con un error que nunca olvidará Karius. El portero del Liverpool intentó sacar el balón del área con la mano sin percatarse que Benzema estaba al lado. El francés solo tuvo que estirar la pierna para que la pelota se colara en la red. Se quedó protestando un supuesto fuera de juego. No había nada. Sin Salah y con semejante error, uno pensaría que el Liverpool se vendría abajo.
Pero para esas circunstancias están jugadores como Mané. El senegalés se erigió como líder del Liverpool cuando más lo necesitaba. Después de conducir una jugada ofensiva, el conjunto inglés consiguió un córner. Lo cobró Milner, lo remató Lovren y Mané lo agarra en plancha para mandarlo al fondo de la red. Valía el tanto para recuperar las buenas sensaciones. Y para destruirlas está Gareth Bale.
Gareth Bale, el «matador»
No se equivocó Zidane, un técnico inteligentísimo para leer los partidos. Intuyó el francés que Bale debía ser un revulsivo. El Madrid ya se le iba encima al equipo inglés que pudo ganar ventaja con un tiro de Cristiano que sacó bien Kirius, la única buena que tuvo en el partido. Pero cuando entró Bale, el galés fue a acabar con el partido. El galés se sacó una chilena tras un centro de Marcelo que dejó colgado a Kirius.
El Liverpool, sin embargo, fue capaz de sacudirse el gol. Mané siguió buscando el suyo pero se encontró con un sólido Sergio Ramos. El Madrid perdía la calma que había ganado desde que se fue Salah. Y, de nuevo, apareció Bale.
El galés volvió a probar a Kirius con un remate desde 40 metros que pegó en la mano del arquero y entró. Mientras el Madrid celebraba, el portero del Liverpool no hallaba en dónde meterse. Segundo error en el juego. Esta vez, el definitivo. Los 10 minutos finales valieron para darle, tal vez, una esperanza al Liverpool de descontar. No sucedió. El Madrid volvió a ser campeón de Europa. Por tercera vez consecutiva. La decimotercera de su historia. Saluden al Rey.