Vladimir Putin ha accedido, por la presión internacional, a sentarse en una mesa de negociaciones en Bielorrusia, pero sin dejar los ataques a Ucrania, ahora por otros flancos. Durante la cruenta ofensiva, fuentes diplomáticas denuncian que Rusia está empleando bombas termobáricas contra su vecino, pese a estar prohibidas por la convención de Ginebra.
En el sexto día de la invasión de Ucrania, luego de la orden de Putin de ejecutar una «operación militar especial» para «desmilitarizar y desnazificar Ucrania», son muchos los eventos sucedidos. El pedido del presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, de que su país sea adherido en forma inmediata por la Unión Europea. Y entre otras, el avance de una gigantesca caravana militar rusa de unos 64 kilómetros que se aproxima al norte de Kiev. Compuesta por cientos de vehículos blindados, tanques, artillería y vehículos de apoyo logístico, recogida por señales satelitales.
Mientras tanto, la embajadora ucraniana en Washington, Oksana Markarova, junto a grupos de derechos humanos, denunciaron que Rusia ha lanzado bombas termobáricas en Ucrania.
Al término de un encuentro en el Congreso de EE UU, Markarova acusó a las fuerzas rusas de usar estas bombas termobáricas en Ucrania. También conocidas como bombas de vacío que provocan explosiones de alta temperatura y un gran desastre.
«Usaron la bomba de vacío, que en realidad está prohibida por la convención de Ginebra», aseguró la diplomática. Tras recordar que este armamento “está prohibido por la convención de Ginebra dado su gran poder de devastación”.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, dijo que no tenía confirmación de que Rusia hubiera utilizado esas armas. “Si eso fuera cierto, podría ser un crimen de guerra”, advirtió. Y puntualizó que hay organizaciones internacionales que evaluarían eso y que el gobierno de Biden “buscaría ser parte de esa conversación”.
Rusia emplea bombas termobáricas contra Ucrania
La denuncia de la embajadora Oksana Markarova fue confirmada horas después por un equipo de periodistas de CNN. La cadena estadounidense informó que sus corresponsales habían visto un lanzacohetes múltiple termobárico ruso tipo TOS-1 cerca de la frontera ucraniana. En las proximidades de Járkov, la segunda ciudad más poblada del país.
Asimismo, The Telegraph recogió la versión de oficiales en el oeste de ese país, que alertaron de la posibilidad de que Rusia utilizara estas bombas termobáricas o de vacío. Como lo hizo la Unión Soviética en Afganistán en los años ochenta, o Rusia en la guerra de Chechenia (1999-2004).
Amnistía Internacional alertó que estas no serían las únicas armas prohibidas empleadas por las tropas rusas. Acusó al ejército del Kremlin de usar municiones racimo, ampliamente prohibidas.
Las bombas termobáricas o de vacío, tal y como explican científicos de la Universidad Técnica de Medio Oriente de Turquía, se clasifican como un subcomponente de una familia más grande de sistemas de armas. Se conocen comúnmente como armas volumétricas.
Las armas volumétricas incluyen explosivos termobáricos y de combustible-aire (FAE, bombas de aerosol en alemán). El término «termobárico» es una palabra compuesta derivada del griego. «Therme» y «baros» que significan «calor» y «presión» (lo que implica los efectos de la temperatura y la presión sobre el objetivo), respectivamente.
Las características de esta categoría de armas son principalmente la creación de una gran bola de fuego y un buen rendimiento de explosión. Tanto los dispositivos termobáricos como los FAE funcionan basándose en algunos principios técnicos similares, indicó el estudio.
El poder devastador del armamento ruso
Estas bombas termobáricas (TBX) empleadas por Rusia en sus ataques a Ucrania, según fuentes diplomáticas, constan de una cierta carga central (llamada núcleo), que suele ser un alto explosivo. Y una carga secundaria externa (formulación rica en combustible).
Por lo tanto, la detonación de TBX consiste en una doble acción: se produce la acción anaeróbica (sin oxígeno del aire) dentro del núcleo convencional de alto explosivo. Luego ocurre la acción de combustión retardada aeróbica de la mezcla de combustible de la carga externa que depende principalmente del consumo del aire circundante.
La explosión provoca una gran onda expansiva de alta presión y temperatura que puede causar que la gente muera asfixiada, debido a la falta de oxígeno. O incluso incinerada, señala el informe Thermobaric and enhanced blast explosives (TBX and EBX) de la citada universidad.
Rusia fue el primer país que logró desarrollar este tipo de armas. El cohete RPO-A Schmel, lanzallamas de infantería probado con éxito en 1984, fue la primera arma termobárica. Contenía una mezcla autodeflagrante compuesta por magnesio (Mg) y nitrato de isopropilo (IPN).
Este explosivo termobárico simple produjo una onda de alta presión devastadora a través de las cuevas y sistemas de túneles de Afganistán, causando enormes daños en los laberintos subterráneos de la región.
Su efecto mortal no se debe simplemente a la falta de oxígeno causada, sino al barotrauma de los pulmones que surge de la onda de presión negativa que sigue a la fase de presión positiva de la explosión.
En espacios confinados, los TBX pueden convertirse en una fuente de energía letal contra objetivos blandos. En una fracción de milisegundo dentro de un edificio o hasta un segundo dentro de un túnel. Debido a su alto poder de devastación, los TBX son prohibidos por la convención de Ginebra.
La alerta nuclear en Rusia es escalofriante
Mientras el mundo mira con terror la amenaza nuclear del presidente ruso en el conflicto, gobiernos y organismos de la talla de Naciones Unidas lo repudian. El secretario general de la ONU, António Guterres, señaló que la tragedia de Ucrania es “una gran crisis regional” que puede tener implicaciones “desastrosas para todos”.
“Ayer, las fuerzas nucleares rusas se pusieron en alerta máxima. Esto es un hecho escalofriante. La mera idea de un conflicto nuclear es simplemente inconcebible”, dijo ante el pleno de la Asamblea General convocada de emergencia para tratar la invasión rusa a Ucrania.
“Nada puede justificar el uso de armas nucleares”, añadió Guterres en el debate con más de cien oradores en el que los 193 Estados miembros de la ONU votarán una resolución condenando la ofensiva rusa y llamando a la paz y el diálogo. Después de que el viernes pasado el veto de Rusia impidiese cualquier acción del Consejo de Seguridad.
Además resaltó que las hostilidades pueden generar la peor crisis humanitaria y de refugiados de Europa en décadas.
“Esta escalada de violencia está provocando la muerte de civiles, es totalmente inaceptable. Ya es suficiente. Los soldados deben regresar a sus cuarteles. Los líderes necesitan avanzar hacia la paz”, insistió. E hizo un llamado a proteger a los civiles y a respetar el derecho internacional humanitario y de derechos humanos.
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