El pasado mes de abril, la Comisión Europea publicó un estudio sobre las nuevas técnicas genómicas (NGT). El estudio muestra que las NGT, que son técnicas para alterar el genoma de un organismo, tienen el potencial de contribuir a un sistema alimentario más sostenible como parte de los objetivos del Pacto Verde europeo y de la estrategia «De la Granja a la Mesa». En respuesta y ante la gravedad del error, el Instituto de Evaluación Independiente del Impacto de la Biotecnología (TestBiotech) solicitó a la Comisión una revisión del informe, pues establecen un acento político indebido y contraria a la evidencia científica existente.
En respuesta a la carta, la comisaria europea de Salud y Política de Consumidores, Stella Kyriakides, rechazó las críticas porque considera que no existen nuevos riesgos asociados con las plantas derivadas de plantas modificadas genéticamente en comparación con las plantas obtenidas de forma convencional, siempre que no se insertaran transgenes.
Para TestBiotech la respuesta es totalmente absurda. Considera que la Comisión «repite directamente las afirmaciones de la industria y los expertos afiliados que son contrarias a la evidencia científica existente». Muy grave. La Comisión Europea «difunde información errónea y alejada de la ciencia»
La Comisión de la UE difunde información errónea
El estudio de la Comisión se refiere a dos métodos de ingeniería genética: la mutagénesis dirigida (Nueva GE), que utiliza herramientas como CRISPR/Cas, y la cisgénesis, que implica el uso de ingeniería genética para transferir genes dentro de la misma especie o una especie estrechamente relacionada.
Luego, en su carta a TestBiotech la Comisión de la UE argumenta que basándose en las opiniones científicas de la EFSA y una parte significativa de los organismos científicos, el estudio encuentra que las plantas obtenidas por mutagénesis dirigida y cisgénesis no plantean nuevos riesgos en comparación con las plantas obtenidas de forma convencional».
Una afirmación que implica que la Comisión está ignorando la evidencia científica de que Nueva GE (Nueva Ingeniería Genética, edición del genoma) está asociada con riesgos nuevos y específicos. Por ejemplo, expertos de las autoridades ambientales de Austria, Alemania, Italia, Polonia y Suiza publicaron recientemente un artículo científico conjunto que muestra que todas las plantas derivadas de nueva GE deben someterse a una evaluación de riesgo obligatoria que considere los efectos previstos y no deseados.
La razón es que las herramientas como CRISPR/Cas hacen que el genoma esté disponible para cambios en mayor medida, en comparación con el mejoramiento convencional. Permiten cambios genéticos que de otro modo sería poco probable que ocurrieran. «En muchos casos, los efectos previstos y no deseados resultantes, así como los riesgos, pueden distinguirse claramente de los asociados con las plantas obtenidas de forma convencional», señaln desde TestBiotech.
TestBiotech denuncia el desconocimiento de la ciencia
La ONG declara que la Comisión Europea fundamenta en los dictámenes de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA). Sin embargo, un análisis más detallado muestra que la alegación de la Comisión no está respaldada realmente por la EFSA. Pues la Autoridad «nunca tuvo el mandato de examinar exhaustivamente los riesgos derivados de las nuevas técnicas de GE».
Además, en uno de sus informes sobre la nueva GE, la EFSA enfatiza que los cambios genéticos que surgen de la mutagénesis dirigida pueden ir mucho más allá de los de cualquier planta modificada genéticamente presentada hasta ahora para la evaluación de riesgos.
TestBiotech critica a la Comisión Europea por «incorporar terminología fuertemente sesgada y una perspectiva liderada por la industria en su informe», que claramente no se basan lo suficiente en la ciencia. «Se crea la impresión de que la Comisión «está apoyando activamente las demandas extremas de la industria para desregular las nuevas plantas de GE». Sin embargo, una sentencia del Tribunal de Justicia de la UE ordena que estas plantas deben ser sometidas a un proceso de aprobación obligatorio conl por conlleva riesgos para la salud y el medio ambiente.
El estudio de la Comisión Europea
El estudio sobre las NGT de la Comisión proclama que los productos NGT tienen el potencial de contribuir a sistemas alimentarios sostenibles con plantas más resistentes a las enfermedades, las condiciones ambientales y los efectos del cambio climático. Además, los productos pueden beneficiarse de mayores cualidades nutricionales. Por ejemplo, un contenido de ácidos grasos más saludable y una menor necesidad de insumos agrícolas, como los pesticidas. «Las NGT pueden tener beneficios para muchos sectores de nuestras sociedades», señala la Comisión.
El estudio también se refiere a las preocupaciones asociadas con los productos NGT y sus aplicaciones. Entre ellas la posible seguridad y el impacto medioambiental. Por ejemplo, en la biodiversidad, la coexistencia con la agricultura ecológica y libre de transgénicos, así como el etiquetado. «Las NGT son un conjunto muy diverso de técnicas y pueden lograr diferentes resultados. Siendo algunos productos vegetales producidos por NGT tan seguros como las plantas cultivadas de forma convencional para la salud humana y animal y para el medio ambiente», se lee en el estudio.
Tras la publicación de su investigación, la Comisión Europea dijo que el momento es perfecto para mantener un diálogo abierto con los ciudadanos, los Estados miembros y el Parlamento Europeo «para decidir conjuntamente el camino a seguir para el uso de estas biotecnologías en la UE. La Asociación Nacional de Obtentores Vegetales (Anove) ha manifestado que «se necesita una acción urgente de la Comisión y los Estados miembros para permitir un enfoque diferenciado de los productos derivados de métodos innovadores de genética vegetal«. Por lo que su publicación representa «un paso clave para permitir que Europa adapte su legislación al progreso científico».
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