La pintoresca e histórica ciudad de Cuenca, en las montañas del centro este de España, es noticia: sus habitantes han salido a las calles a rechazar la presencia creciente de macrogranjas porcinas en sus territorios. Pese a que el gobierno de Castilla-La Mancha aprobó a inicios de este año una moratoria para la instalación de esas grandes granjas hasta 2024.
Vecinos organizados han permanecido vigilantes para que esa moratoria se haga efectiva. Pero, contrariamente, observan nuevas macrogranjas. Durante el año se han registrado decenas de protestas cada vez más acaloradas y enérgicas. La de este fin de semana movilizó a los habitantes de todas las zonas rurales e incluso citadinas, en repudio a las instalaciones de esas granjas que contaminan las aguas, el medio ambiente y la salud.
En la manifestación, convocada por la plataforma Pueblos Vivos Cuenca y la coordinadora Stop Ganadería Industrial, denuncian que la moratoria aprobada por el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, no está teniendo ningún efecto.
Más aún, consideran que “no sirve para nada” y la califican como “una moratoria ‘coladero’ por la cantidad de formas que permite de saltársela”. Es por ello que, “desde su aprobación, se han tramitado nuevos proyectos de macrogranjas en Cuenca. Por ejemplo, en Portalrubio, Huete, Pajarón, Aliaguilla, Villar de Domingo García y un largo etcétera” indican.
Además, señalan, que “no se han detenido muchas de las que ya estaban en tramitación, como las de Priego, Gascueña, Cardenete o Villalba de la Sierra”. En ese sentido, los manifestantes se desplazaron desde la Estación del tren hasta llegar a Plaza de España, portando pancartas para repudiar la presencia masiva de esos establecimientos industriales de ganadería porcina.
Las macrogranjas porcinas de Cuenca
El conflicto entre autoridades y lugareños va más atrás. Estas grandes instalaciones han sido cuestionadas desde 2018 por contaminación de las aguas de diversas localidades. Ante la crítica de los pobladores, la Junta de Castilla-La Mancha decidió en enero aprobar la moratoria.
El aplazamiento implicaba también que no se autorizarían ampliaciones de las macrogranjas porcinas ya existentes en Cuenca. Aunque sí se estudiaría la autorización de explotaciones de porcino con sistemas tecnológicos apropiados para el tratamiento, valorización y separación de purines.
Los asentamientos rurales encuentran que detrás de la moratoria, hay una “letra menuda” que ha permitido en estos meses la proliferación de esas granjas. Sin que se ponga un freno. Los vecinos, ya cansados de esta situación plenaron las calles, con carteles que decían: “¡Cuenca, despierta, la mierda está en tu puerta!”, “Moratoria coladero” o “García-Page, atiende, Cuenca no se vende”.
Este es el quinto año consecutivo de manifestaciones, coincidiendo con la festividad de San Martín, fecha en la que tradicionalmente se llevaba a cabo la matanza del cerdo. En 2021 la concentración congregó alrededor de un millar de asistentes bajo el lema “Se venden 237 pueblos de la provincia de Cuenca”. Entonces se pidió una moratoria que detuviera la concesión de licencias. Un mes después, García Page anunció la decisión que detendría estos establecimientos hasta fines de 2024.
Sin embargo, Pueblos Vivos de Cuenca alerta que este año se han tramitado tres nuevas macrogranjas porcinas entre Huete, Portalrubio y Villalba del Rey. Cada uno de 2.496 cerdos de cebo a partir de 20 kilos.
Excrementos, moscas y contaminación
Una vez publicados los detalles de la moratoria, la asociación vecinal la calificó de “coladero” debido a las numerosas excepciones que incluye. Y que han permitido que se estén tramitando licencias de nuevas macrogranjas porcinas en Cuenca.
Específicamente en municipios como Puebla del Salvador (13.440 lechones), Villar de Domingo García (14.616 lechones). En Gascueña (dos macrogranjas de 6.000 cerdos de cebo), Pajarón (4.300). Así como en Villamayor de Santiago (ampliación a 4.000 cerdos de cebo), Aliaguilla (ampliación a 2.496) o Mira (1.248 cerdos de cebo).
Mención aparte merece el proyecto de Icpor (Grupo Incarlopsa) en la Alcarria Conquense. Planea construir tres macrogranjas de 2.496 cerdos de cebo cada una en los términos municipales de Huete y Portalrubio de Guadamejud, separadas un kilómetro entre sí.
Fraccionar el proyecto en tres partes y quedarse por debajo de 2.500 cabezas permite a la empresa promotora tramitarlo como evaluación de impacto ambiental simplificada y así agilizar los plazos y trámites. Estas macrogranjas, según se desprende de los propios proyectos, están preparadas para ampliaciones posteriores.
Además, cada macrogranja está formada por una nave, un edificio para usos múltiples y una balsa exterior de almacenamiento de purines.
La agrupación advierte que de acuerdo con los ratios técnicos habitualmente utilizados, cada macrogranja consumirá 10 millones de litros de agua cada año. Producirán 5,4 millones de litros de purín (excrementos mezclados con restos de pienso y productos de limpieza). Esto equivale a 1,6 piscinas olímpicas de purín al año.
Asimismo, se necesitarán 43 hectáreas de tierra de labor para esparcirlos. A la vez de generar malos olores y moscas, el purín vertido en exceso contamina con nitratos, tierras y aguas subterráneas.
CE multa a España por incumplir normativa
Denuncian las asociaciones vecinales que estas empresas deciden instalar sus macrogranjas percinas en pueblos pequeños y envejecidos de Cuenca. Con poca movilización y sin ordenanzas que restrinjan el vertido de purines. Siguen el modelo conocido como Integración que consiste en arrendar granjas o llegar a un acuerdo con un ganadero local.
En este acuerdo la gran empresa integradora proporciona al ganadero local los lechones con 20 kilos, el pienso, la atención veterinaria. Y el compromiso de recogerlos cuando pesen unos 100 kilos. Mientras que el ganadero local pone las instalaciones, la poca mano de obra necesaria. Y asumen la gestión de los purines y de las bajas de algunos animales.
Frente a tales manejos, la Comisión Europea ha multado a España por incumplir la normativa de nitratos en, entre otras regiones, Castilla-La Mancha. Allí se acredita un incremento de la contaminación por nitratos de origen agrícola y ganadero.
La Comisión denuncia que Castilla-La Mancha no ha previsto en sus programas de acción las medidas adicionales. O reforzadas relacionadas con la eutrofización o acumulación de residuos orgánicos, como los purines. En esa línea, las mediciones realizadas dentro de la Red Ciudadana de Vigilancia de Nitratos muestran que el 63% de las aguas subterráneas analizadas en la comunidad están contaminadas por nitratos.
Si estos pueblos presentan bajos niveles de población, con estas granjas, los habitantes buscan otros destinos para vivir. “Si las macrogranjas son progreso, preferimos emigrar y no progresar”, decía otra pancarta en la masiva manifestación del fin de semana.
Por este motivo, la dejadez de las instituciones ante las consecuencias surgidas de la ganadería industrial provoca un mayor impacto en la despoblación, revelaron voceros de esas asociaciones.