Por Cambio16
Las recientes declaraciones del arzobispo de Valencia, el cardenal Antonio Cañizares, preguntándose si en esta «invasión de inmigrantes» y refugiados «es todo trigo limpio», han provocado este jueves una oleada de críticas e incluso una denuncia ante la Fiscalía por un presunto delito de apología del odio.
Durante un encuentro informativo, Cañizares también consideró el miércoles que los gestos de acogimiento a refugiados e inmigrantes «pueden quedar muy bien hoy» pero esas personas son «realmente el caballo de Troya en las sociedades europeas».
Ante ello, la Red Española de Inmigración ha denunciado a Cañizares por un presunto delito de apología del odio al considerar que «criminalizó a las personas refugiadas y de origen inmigrante».
El cardenal «no dudó en calificar de invasión a Europa» la llegada de refugiados, en línea con los gobiernos de extrema derecha y formaciones de la derecha radical, ha argumentado esta Red.
Asimismo, la Red Acoge ha pedido al arzobispo de Valencia que se abstenga de realizar declaraciones que «generen confrontación, odio y rechazo», y ha resaltado que sus declaraciones «no son propias de una persona supuestamente concienciada con el amor al prójimo y la solidaridad con las personas más necesitadas».
No obstante, desde el ámbito religioso, el presidente de la Conferencia Episcopal Española, Ricardo Blázquez, se ha referido hoy a los refugiados señalando que «la presencia de Jesús se prolonga especialmente en los pobres y enfermos, en los perseguidos y refugiados, en los excluidos y descartados».
Blázquez se ha pronunciado así durante la homilía de clausura del V Centenario del nacimiento de Santa Teresa, ante 6.500 personas y una veintena de obispos y arzobispos entre los que figuraba el propio Cañizares.
Otras críticas
Por su parte, algunos líderes políticos como el alcalde de Valencia, Joan Ribó, han criticado las palabras de Cañizares tachándolas de «absolutamente intolerables». Ribó ha sostenido, además, que esas afirmaciones contradicen «totalmente» la Biblia, las declaraciones del papa Francisco, la Conferencia Episcopal y «el sentir de la gran mayoría de los valencianos».
El portavoz del grupo socialista en las Cortes Valencianas, Manuel Mata, ha afirmado en el pleno que el arzobispo «es una fábrica de apóstatas».
Y el exlíder del PSOE Alfredo Pérez Rubalcaba ha asegurado en su cuenta de la red social Facebook que siente «vergüenza» por esas declaraciones del arzobispo de Valencia.
Por su parte, la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) de Valencia, como movimiento de Iglesia en el Mundo Obrero, ha hecho un llamamiento a la sociedad para que la Comunidad Valenciana se convierta en «tierra de acogida de personas refugiadas».
Y ante las manifestaciones de Cañizares se han sumado a las palabras del papa Francisco, quien dijo: «ver y ayudar a ver en el emigrante y en el refugiado no un problema que debe ser afrontado, sino un hermano y una hermana que deben ser acogidos, respetados y amados».
No obstante, el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, se ha mostrado convencido de que «como eminente representante de la Iglesia», Cañizares participa del principio de misericordia con los más débiles y en concreto con los refugiados.
Fernández Díaz ha dicho que «nadie puede cuestionar que es evidente que la Iglesia Católica está en todo momento al lado de las personas más vulnerables de la sociedad, e instituciones como Cáritas son un ejemplo paradigmático».