A tan solo una semana de tomar el poder de los Estados Unidos, el gobierno de Biden fue demandadp por su orden ejecutiva para detener el arrendamiento de petróleo y gas en tierras y aguas federales. Los demandantes alegan que la decisión pone en riesgo el desarrollo futuro y los proyectos existentes.
La demanda fue presentada en el Tribunal de Distrito de Estados Unidos en Wyoming por Western Energy Alliance. Un grupo que representa a los productores de combustibles fósiles en tierras federales. Dicen que el presidente Joe Biden excedió su autoridad con la orden reciente y que no puede simplemente ignorar las leyes en vigor durante más de medio siglo.
«Los presidentes no tienen autoridad para prohibir el arrendamiento de tierras públicas. Todos los estadounidenses poseen el petróleo y el gas natural que se encuentran debajo de las tierras públicas. El Congreso les ha ordenado que lo desarrollen de manera responsable en su nombre”, dijo la presidenta de la Alianza, Kathleen Sgamma, en un comunicado.
Biden «viola la ley sin necesidad«
Para los demandantes la orden ejecutiva de Biden viola la Ley de Arrendamiento de Minerales, la Ley de Política Ambiental Nacional y la Ley Federal de Política y Gestión de Tierras. Argumentan que la de Biden es una acción innecesaria y sin respaldo, e inconsistente con las obligaciones estatutarias. Además de «un tanto arbitraria y caprichosa».
Según Sgamma, la orden también pondría en riesgo 8.800 millones de dólares en ingresos por conservación que financia el desarrollo mineral en propiedad federal. La demanda establece que la decisión pretende satisfacer a la izquierda ambientalista, pero dañaría seriamente los medios de vida de decenas de miles de estadounidenses. También pondría en riesgo a millones más si los servicios estatales se quedan sin financiamiento.
Una decisión que intenta abordar la crisis climática
Con apenas siete días en el poder, Biden ha deshecho muchos de los pasos de su antecesor Donald Trump. Como parte de su estrategia, ordenó al Departamento del Interior detener las nuevas concesiones de extracción petróleo y gas natural en terrenos federales y aguas territoriales. Así como emprender una «revisión rigurosa» de las prácticas existentes sobre otorgamiento de licencias.
La Casa Blanca dijo que la medida tiene el objetivo de hacerle frente a la crisis del cambio climático. Entre otras cosas, pretende transformar la economía fuertemente impulsada por combustibles fósiles en una de energías limpias.
«Hemos esperado demasiado para hacer frente a esta crisis climática, no podemos esperar más. Lo vemos con nuestros propios ojos, lo sentimos. Lo sabemos en nuestros huesos»
Joe Biden, presidente de Estados Unidos
Biden afirmó repetidamente que su enfoque consiste en crear empleos en los sectores de energía renovable para compensar cualquier pérdida en la industria de petróleo, carbón o gas natural. Sin embargo, advirtió que no va a prohibir el polémico método de extracción conocido como fracturación hidráulica o fracking.
La Casa Blanca también ordenó a las agencias federales que «eliminen los subsidios a los combustibles fósiles de conformidad con la ley aplicable», aunque la supresión de muchos de ellos tendrá que pasar primero por el examen legislativo.
El gobierno de Biden trata de enmendar errores de Trump
El plan del mandatario supone un giro de 180 grados al anterior Gobierno, quien buscó maximizar la producción de petróleo, gas y carbón de EEUU, eliminando ciertas regulaciones y facilitando los permisos ambientales. Pero la estrategia de Biden es distinta, su Gobierno ahora pretende duplicar la generación de energía eólica y que toda la flota de vehículos federales opere con electricidad, entre muchos otros cambios.
La promesa de Biden de volver a unirse al acuerdo climático internacional de París encabeza su lista de próximos pasos. La administración Trump anunció la retirada de Estados Unidos del histórico acuerdo en 2017, que se completó en noviembre. El expresidente también debilitó o deshizo otras políticas climáticas y ambientales menos conocidas que Biden se ha comprometido a restaurar.
Durante su mandato, Trump flexibilizó sistemáticamente los estándares ambientales de la era de Obama que van desde estándares de eficiencia energética para electrodomésticos y edificios hasta estándares de calidad del aire diseñados para proteger la salud pública.
Algunos de esos retrocesos, como los estándares de ahorro de combustible para automóviles y camiones, fueron más allá de lo que quería la industria. Bajo el mandato de Obama, los fabricantes de automóviles habían negociado estándares de eficiencia que gradualmente se volvieron más estrictos año tras año. En cambio, las agencias federales bajo el mandato de Trump congelaron los estándares. Esto llevó a algunos fabricantes de automóviles a aceptar voluntariamente continuar con las reglas más estrictas.
La eficiencia de combustible de automóviles y camiones en los EEUU disminuyó por primera vez en cinco años en 2019, según la Agencia de Protección Ambiental. El transporte es la mayor fuente de emisiones de gases de efecto invernadero del país.
El sector petrolero cuestiona agenda de la Casa Blanca
Aunque el Departamento del Interior declaró que la pausa no afectaría las operaciones existentes ni los permisos para los arrendamientos vigentes válidos, que se siguen revisando y aprobando, los republicanos y líderes de la industria aseguran que la orden dañaría la economía de Estados Unidos y provocaría la pérdida de miles de empleos.
Los republicanos en el Congreso dijeron que trabajarán para detener la agenda de Biden. “Los mandatos que restringen nuestras industrias de minería, petróleo y gas tienen un impacto adverso en nuestra seguridad e independencia energética”, dijo la representante Cathy McMorris Rodgers, miembro del liderazgo del Partido Republicano en la Cámara.
Como toda decisión de un Gobierno, conlleva un riesgo político. Aunque los defensores del medio ambiente aplauden este tipo de decisiones, el sector petrolero las critica. Dan Naatz, de la Independent Petroleum Association of America, un grupo de presión para los productores de petróleo y gas, señaló en una declaración separada que el plan de Biden es una prohibición que elimina los puestos de trabajo de los exploradores y productores de petróleo y gas estadounidenses.
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