Los focos de atención y críticas suelen posarse sobre la inmensidad de la Amazonia de Brasil y la deforestación de sus plantaciones. Al sureste de su geografía está Paraguay y la región del Gran Chaco, igualmente amplia llana y boscosa. Rica en especies exuberantes de fauna y flora. Productiva. Sin embargo, ganaderos ilegales destruyen sus bosques milenarios para criar bovinos y vender el cuero a empresas de coches como BMW y Jaguar Land Rover.
Los bosques secos del Gran Chaco están desapareciendo más rápido que cualquier otra región en el globo. Hogar de jaguares, osos hormigueros gigantes y decenas de especies endémicas. Esta zona única y fantástica fue descrita por Sir David Attenborough, científico y naturalista británico, como “una de las últimas grandes áreas silvestres del mundo”.
En 2016, este país sudamericano había perdido un área de bosque más grande que Suiza. La mayor parte en los 10 años anteriores. La desforestación se aceleró a partir de 2019. Impulsada por la ganadería industrial para abastecer la demanda foránea de cueros.
Los estudios indican que ningún producto en el mundo es más responsable de tanta deforestación como la carne vacuna y el cuero paraguayo. Más de una quinta parte de esta actividad es ilegal. Por supuesto, esta acción resulta calamitosa para la biodiversidad y el cambio climático global.
La organización Earthsight identificó los mataderos que compran ganado de estas fincas en Paraguay. Asimismo, rastreó la cadena de suministro que entrega las pieles a unas de las principales curtidurías europeas en Italia, el mayor destinatario de cuero.
Empresas de coches con el ojo en el Gran Chaco de Paraguay
Paraguay se encuentra dividido en dos grandes regiones separadas por el río Paraguay. En la zona oriental está la capital y congrega la mayor parte de la población, la industria y las tierras destinadas a la agricultura. Mientras que la occidental o Chaco paraguayo ocupa el 62% del territorio y con solo el 3% de la población. Tiene un gran potencial productivo debido a la calidad y cantidad de recursos naturales.
La investigación de Earthsight sobre las empresas de coches y su vínculo con el Gran Chaco de Paraguay surge de un ejercicio previo sobre la deforestación ilegal y la corrupción en Paraguay. Asociadas a la producción de carbón vegetal para su venta en Europa. «Rastreamos los productos hasta llegar a cadenas de supermercados en Alemania, incluidas Lidl y Aldi”, dice Rubens Carvalho, investigador brasileño de la organización inglesa.
«A raíz de este estudio, aprendimos que la ganadería para la exportación de carne y cuero era un factor mucho más importante de deforestación de lo que suponíamos., lo comprobamos con imágenes satelitales, recuerda.
La organización Earthsight asegura que hace una década una serie de empresas gigantes, incluidas la Nestlé y Unilever, se comprometieron a detener el uso de productos de la deforestación para 2020. «Ninguna se ha acercado siquiera a lograr este objetivo», subraya.
“Este fracaso prueba que no se puede confiar en que las multinacionales limpien sus cadenas de suministro de forma voluntaria. Demuestra la urgente necesidad de una legislación que exija que estas empresas no contribuyan a la deforestación y otros abusos. Europa tiene un papel fundamental que desempeñar. La Unión Europea y el Reino Unido son responsables del 10% de la deforestación global incorporada en productos básicos. Importan 6.000 millones de euros de soja, carne de vacuno, cuero y aceite de palma que se cultivaron o criaron en tierras taladas ilegalmente. Italia y Alemania son los principales consumidores”, apunta el informe.
Piden legislación para frenar los abusos, la UE es cómplice
La investigación refiere que las empresas de coches utilizan cueros que provienen de dos mataderos que procesan animales de la zona de tala ilegal de bosques en el Gran Chaco de Paraguay. Una de estas transnacionales es la alemana BMW. Asimismo, Jaguar Land Rover no negó utilizar cueros que provienen de otra curtiduría que recibe las pieles de un matadero que procesa animales de la misma fuente.
El reporte denuncia que ningún productor de autos pudo rastrear la cadena de suministro de los productos que compra hasta la finca de origen. Un hecho que la organización considera esencial para evitar su complicidad en abusos de derechos humanos y ambientales.
No obstante, el investigador brasileño recalca las medidas ambientales tomadas por la curtiduría paraguaya Cencoprod. «Tenía la capacidad de rastrear las pieles hasta el rancho de donde provenían. Pero ninguno de sus compradores había mostrado interés en tales medidas. Por ello no les resultó rentable implementarlas”, precisa.
Por este motivo, Earthsight aboga por una legislación a nivel de la Unión Europea y del Reino Unido. «Deben legislar para que estas empresas de automóviles limpien sus cadenas de suministro”, recalca. El obstáculo es que gremios vinculados con la industria automotriz europea han desarrollado campañas de lobby ante la UE y el gobierno alemán impedir proyectos de ley en este sentido.
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