El crecimiento del consumo de electricidad en el mundo disminuirá en 2023 por los efectos continuos de la crisis energética y la desaceleración económica. En la UE también se espera una contracción de la demanda de electricidad, caerá al nivel más bajo en 20 años.
La Agencia Internacional de la Energía estima que la demanda de electricidad en Estados Unidos disminuya casi un 2 % y en Japón un 3 %. Asimismo, en la Unión Europea caerá un 3 %, similar a la disminución registrada en 2022. Tras estas dos caídas consecutivas -que en conjunto representan la mayor contracción de la demanda registrada en la UE- el consumo eléctrico del bloque está a punto de llegar a los niveles de 2002. Si las perspectivas económicas mundiales mejoran, la agencia proyecta que el crecimiento del consumo global se recuperaría en 2024.
El aumento de la demanda mundial de electricidad se debe al mayor uso de refrigeración interior por el cambio climático. También por la fuerte la demanda en las economías emergentes y en desarrollo.
El informe evaluativo de la AIE pronostica que la demanda de China aumentará a una tasa anual promedio de 5,2% en los próximos dos años. Ligeramente por debajo de su promedio de 2015-19. Mientras que el crecimiento anual promedio de la demanda de la India hasta 2024 se estima en un 6,5 %. Muy por encima del promedio de 2015-19.
Comportamiento de la demanda electricidad en la UE
A pesar de que la demanda de electricidad en muchas regiones se contrae este año, como en la UE, para luego expandirse, el fuerte despliegue renovables significa que ahora están en camino de satisfacer el crecimiento adicional del consumo global de electricidad durante los próximos dos años.
Para 2024, la participación de las energías limpias en la generación mundial de electricidad superará un tercio. Y dependiendo de las condiciones climáticas, el próximo año bien podría ser el primero en el que se genere más electricidad en el mundo a partir de renovables que a partir del carbón.
Al mismo tiempo, se espera que la electricidad generada de combustibles fósiles disminuya en los próximos dos años. Se prevé que la electricidad generada por la fuente de hidrocarburos caiga significativamente, mientras que la generación a carbón disminuirá ligeramente en 2023 y 2024, después de aumentar un 1,7 % en 2022.
“La necesidad mundial de electricidad crecerá fuertemente en los próximos años. Se espera que el aumento global de la demanda hasta 2024 ascienda a unas tres veces el consumo actual de electricidad de Alemania”, señaló Keisuke Sadamori. Director de Mercados Energéticos y Seguridad de la AIE. “Y nos alienta ver que las energías renovables representan una parte cada vez mayor de la generación de electricidad”.
Esto resulta en una disminución en el uso de combustibles fósiles para la generación de energía. Ha llegado el momento, agregó el ejecutivo, de que “los responsables políticos y el sector privado aprovechen este impulso para garantizar que las emisiones del sector eléctrico disminuyan de forma sostenida”.
Reemplazo gradual y sostenido de las renovables
En otra señal de que la transición energética se está afianzando, la AIE ahora prevé que la electricidad generada a partir de combustibles fósiles caerá en cuatro de los seis años entre 2019 y 2024.
En el pasado, las disminuciones anuales en la generación a partir de combustibles fósiles eran raras y se produjeron principalmente después choques energéticos y financieros. Cuando se suprimió la demanda mundial de electricidad. Pero en los últimos años, la electricidad generada a partir de combustibles fósiles se ha rezagado o ha disminuido incluso cuando la demanda de electricidad se expandió.
Eso indica que el mundo se está moviendo rápidamente hacia un punto de inflexión en el que la generación global de electricidad por fósiles será reemplazada cada vez más por energía limpia, según el informe.
En particular, el texto examina en detalle las fuerzas que impulsan la disminución de la demanda de electricidad en la UE. Encontró que las industrias intensivas en energía del bloque aún no se han recuperado de la caída de la producción del año pasado.
En las perspectivas de la AIE, casi dos tercios de la reducción neta en la demanda de electricidad de la UE en 2022 provino de industrias con un uso intensivo de la energía que se enfrentaron a los elevados precios tras la invasión rusa de Ucrania. Esta tendencia ha continuado hasta bien entrado 2023, a pesar de que los precios de las materias primas energéticas y la electricidad han caído desde los máximos anteriores.