La pandemia y sus secuelas aceleran la inventiva y la creatividad, como formas de escape y también de sobrevivencia. El mundo de la moda respondió semanas atrás con la donación de mascarillas a hospitales, elaboradas por sus diseñadores. Ahora lo retoman como un negocio, dada la insospechada extensión de su uso posconfinamiento.
Un sinfín de telas, tijeras y talentos del fast fashion e incluso, de las grandes firmas, están al servicio de este nuevo producto de primera necesidad. Ahora la protección más básica para sociabilizar e incorporarse a la cotidianidad está en manos de la alta costura. También de los talleres de confección pequeños e incluso domésticos.
Con la producción paralizada por efecto del coronavirus y las tiendas cerradas, las marcas de ropa han visto en las mascarillas una alternativa. Para mover producción, ventas, ingresos, empleos. Y crecer.
Las hay infantiles y divertidas, formales o casuales para la oficina. Irreverentes, vintage, glamorosas y deportivas. Con las iniciales bordadas y la bandera de España, o los colores del equipo de fútbol. Las hay hasta impresas con nuestras propias caras. Con telas reutilizables y lavables.
Mascarillas de moda
Al inicio de la crisis sanitaria, Carolina Herrera se puso a disposición del Gobierno para fabricar mascarillas y batas sanitarias. Cambió entonces su línea de producción de sastrería por estos implementos.
Asimismo, otras marcas de lujo de talla mundial, donaron cantidades millonarias para ayudar a los centros de salud. También redimensionaron sus ateliers para producir mascarillas. Balenciaga y Saint Laurent. Giorgio Armani, Dolce & Gabbana se anotaron en esa obra.
La plataforma de búsqueda de moda Lyst indicó que las solicitudes de mascarillas de diseño se disparó en un 496%. La más cotizada es un modelo de Off-White con el logo de la marca. Además de estar agotada, fue nombrada como el producto más deseado del primer trimestre del año.
La diseñadora francesa Marine Serre lleva varias colecciones fabricando mascarillas, pero ha sido en estos dos meses cuando se han desatado su comercialización. En su último desfile en París, cuando la pandemia daba sus primeros pasos en Europa, subió algunas a la pasarela. Ahora se venden por 260 euros en su web. Se diseñaron originalmente para protegerse de la contaminación y tienen un filtro de aire.
Los diseños de otras firmas como Fendi, que tenía en su colección un modelo con su logo por casi 200 euros, o Gucci también han volado del stock de sus webs y de los grandes portales de venta de lujo online.
“Felices” y de dibujos animados
Disney lanzó una colección para los más pequeños, de dibujos animados y personajes de sus películas más favoritas y emblemáticas.
Mientras, la diseñadora española Ágatha Ruiz de la Prada decidió colaborar con Lidl en la creación de tres diseños exclusivos de mascarillas. Esta vez con un fin solidario: recaudar fondos para el proyecto ‘A tu lado’, desarrollado por Save the Children. Para ayudar a las familias más vulnerables y afectadas por la pandemia.
«Me hace mucha ilusión poder colaborar en este proyecto y demostrar que la moda española también se está volcando de manera extraordinaria para ayudar a la sociedad. He creado tres mascarillas ‘felices’, con colores vivos, además de corazones y besos, para trasladar un punto de optimismo. Y que uniendo nuestras fuerzas saldremos de esta», explicó.
Detalló la diseñadora que es consciente de la importancia que tiene para nuestra salud. Y convencida de que se van a convertir en un complemento más en nuestras vidas.
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