Las compañías que promocionan o exageran sus credenciales ecológicas de manera engañosa para promover la percepción de que son respetuosos con el medio ambiente a menudo son acusadas de GreenWashing, «lavado verde». Pero ahora está surgiendo en las empresas un fenómeno más sutil que cobra vuelo, como el GreenHushing o «silencio verde», aseguran los investigadores climáticos.
A pocos días de celebrarse en Egipto, la cumbre climática COP27, varios analistas y ambientalistas observan que algunas empresas están minimizando deliberadamente y subestimando, o incluso guardando silencio, sobre sus emisiones y objetivos de compensación de carbono.
El GreenHushing es un término acuñado por académicos. Se refiere a las empresas y organizaciones que optan por permanecer calladas sobre sus estrategias climáticas porque tienen temor a ser acusadas de lavado verde. O ser nombradas y avergonzadas si se quedan cortas.
«(Tiene) sus raíces en el greenwashing en el sentido de que es el miedo a ser acusado de ‘ecoblanqueo’ por parte de los activistas. Esto lleva a las empresas a permanecer en silencio, a pesar de que en realidad están comprometidas con la Responsabilidad Social Corporativa (RSC)», según una investigación publicada por The Journal of Investigación. Que analizó el silencio ecológico en el sector del turismo, reseñó Context.
El miedo a la mala publicidad y una reacción violenta de los consumidores que dicen que una empresa y su marca no son tan ecológicas como presume, significa que algunas empresas son reacias a revelar sus compromisos climáticos. De esta manera evitar tal atención negativa.
El “silencio verde” de las empresas, ¿bueno o malo?
«El mayor escrutinio por parte de los medios, las ONG, el público y las autoridades de consumo. Así como de los mercados puede haber hecho que las empresas sean más cautelosas que nunca. Antes de comunicar sus objetivos», dijo Renat Heuberger, director ejecutivo y cofundador de South Pole. Una consultora climática con sede en Suiza y desarrollador de compensaciones de carbono.
Un informe publicado por South Pole, observó que algunas empresas, incluidas las de los sectores de tecnología, finanzas e ingeniería, prefieren el “silencio verde”. Y no llamar la atención sobre sus logros o hitos en la acción climática. Y encontró que casi una de cada cuatro de las 1.200 grandes empresas privadas de 12 países que encuestó ha establecido objetivos de cero neto pero ha decidido no publicar su progreso.
«Las empresas dudan en prometer demasiado públicamente lo que pueden ofrecer», refirió el informe. Y agregó que este “silencio verde” está ocurriendo incluso cuando la mayoría de las empresas gastan más dinero en cumplir con sus compromisos climáticos.
Casi las tres cuartas partes de las empresas encuestadas están invirtiendo más, no menos, para lograr sus objetivos, precisó.
«Esta es una tendencia preocupante, ya que una comunicación menos pública hace que los objetivos sean más difíciles de examinar y limita el intercambio de conocimientos», indicó el informe.
El estigma de ser etiquetado como un lavador verde por activistas climáticos o consumidores que exigen productos y negocios más ecológicos es su motivo principal. Pero también pueden temer el fracaso, en opinión de Heuberger.
«Por ejemplo, una de cada tres (29%) de todas las empresas que encuestamos dijo que cumplir con su objetivo de cero neto ha sido ‘más difícil de lo esperado’ durante el último año», adelantó.
Más regulaciones, más temores
El miedo a los litigios también puede disuadir a algunas empresas a incurrir en el “silencio verde” de hablar sobre sus objetivos climáticos por completo.
Una de cada cinco de las 2000 empresas más grandes del mundo que cotizan en bolsa se ha comprometido con un objetivo de emisiones «netas cero» en los próximos 20 a 30 años. Con el propósito de ayudar a abordar el cambio climático, según la Unidad de Inteligencia Climática y Energética (ECIU) con sede en el Reino Unido y Oxford Neto Cero.
Pero un número creciente de demandas están siendo presentadas por grupos ambientalistas que alegan que las declaraciones hechas por compañías sobre ser «limpias», «verdes» o «sostenibles» son engañosas.
«El aumento de los litigios climáticos es cada vez más preocupante», dijo Heuberger. Y agregó que la encuesta mostró que los encuestados de Francia se encontraban entre los más propensos a no publicitar sus objetivos basados en la ciencia.
Francia es uno de los pocos países que tiene una regulación explícita sobre reclamos climáticos corporativos, confió. Por el contrario, las empresas con sede en Singapur fueron las más abiertas a publicar sus objetivos de reducción.
Otro factor que se une a esa dinámica. Es el temor de las empresas corporativas a ser denunciadas por afirmaciones ambientales y de sostenibilidad engañosas. O, exageradas está creciendo a medida que los reguladores toman medidas drásticas y exigen que las empresas rindan cuentas por el lavado verde.
La semana pasada, la Autoridad de Normas Publicitarias ASA dijo que los carteles de HSBC utilizados por el banco antes de la cumbre climática COP26 del año pasado eran «engañosos». Luego de recibir las quejas de grupos ambientalistas. ASA es el organismo de control publicitario de Gran Bretaña.
Se activan organismos supervisores
Esta semana, el organismo de control financiero de Gran Bretaña también propuso nuevas reglas a partir de 2024. La entidad tomó acciones dirigidas a los fondos de inversión y sus administradores con la finalidad de evitar que los consumidores sean engañados por el lavado verde.
Y la Oficina de Competencia de Canadá dijo que había iniciado una investigación sobre Royal Bank of Canada. Específicamente, por acusaciones de que el prestamista más grande del país había engañado a los clientes sobre sus compromisos con respecto a la acción climática. Esta Oficina es un organismo federal encargado de hacer cumplir la ley.
En otro caso, los funcionarios alemanes y estadounidenses están investigando los informes y las acusaciones de un denunciante. Dijo que DWS, un importante administrador de activos alemán, exageró las credenciales ecológicas de sus fondos e inversiones. Esto provocó una demanda por parte de un grupo de consumidores alemán.